Desalojaron 32 familias que habían usurpado viviendas sociales

Desalojaron 32 familias que habían usurpado viviendas sociales

Ocurrió en Nonogasta, más precisamente en barrio 1º de Febrero, en un clima tenso, ya que allí había gran cantidad de niños. 

La razón radicó en que dichas unidades habitacionales ya habían sido adjudicadas a otras personas, en una muestra del creciente déficit habitacional riojano que hoy se estima es de unas 5 mil viviendas.

Este lunes, personal policial de Chilecito y Nonogasta, hicieron efectivo una orden judicial de desalojo para las personas que ocuparon ilegalmente viviendas en el sector conocido como “Viviendas Sociales” o barrio “1º de Febrero”, en Nonogasta.

Dichas viviendas habían sido usurpadas hace poco más de un mes y cabe señalar que se trata una obra que no está a cargo de la delegación Chilecito de la Administración Provincial de Vivienda y Urbanismo (APVyU), sino que las mismas habrían estado manejadas por el dirigente Matías Díaz Moreno, quien habría pedido a la Justicia que se desaloje las casas usurpadas.

Se trata de un predio donde algunas de las casas ya se habían entregado, debido a la urgencia de casos puntuales por demanda de las mismas; en tanto restaban entregar otras que son las que fueron usurpadas. En un principio se hablaba de ocho usurpaciones, sin embargo con el correr de los días ese número se habría duplicado e incluso la gente tomó posesión ilegal de casas a “medio construirse”.

El segundo jefe de la Regional II de Policía, con asiento en esta ciudad, comisario Jorge Corzo confirmó a la prensa la ejecución de la orden de desalojo, emanada por la jueza Marta Magaquián.

“Con una comisión policial nos constituimos en este barrio donde teníamos una medida judicial que dar cumplimiento con respecto inspeccionar los domicilios de este barrio y toda aquella persona que no acreditara la ocupación del inmueble debía ser desalojada”, dijo el comisario.

Además agregó que “la gente tomó conocimiento de esta intervención, se le explicó y se les pidió el máximo de la colaboración para que no haya ningún inconveniente”. El desalojo se desarrolló con normalidad y sin hechos de violencia aunque sí sobresaltos de familias que advertían no tener donde pasar la noche.

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