Derecha moderna vs. conservadurismo: la contradicción que el PRO no pudo resolver en Salta

Derecha moderna vs. conservadurismo: la contradicción que el PRO no pudo resolver en Salta

La gran maquinaria marketinera del Pro busca presentarlo como un “espacio moderno y desideologizado” o cuando menos como una derecha moderna, sin embargo la selección de sus referentes en Salta contradice este objetivo.

El esfuerzo comunicacional del Pro está centrado en mostrarlos como “la renovación de la política, lo nuevo”, outsiders de la politica. Paralelamente en nuestra provincia sus dirigentes se enrolan dentro de la derecha conservadora y tradicional que los emparenta más a lo viejo en todo aspecto que a alguna novedad.

En Salta, múltiples factores condujeron al Pro al fracaso de lo que descontaban era un éxito seguro. El descrédito que entre sus filas tiene el trabajo territorial tradicional con dirigentes y referentes. La sobreestimación del peso de la figura de Macri como valor político en el plano local, pero fundamentalmente la contradicción entre su colorida y moderna comunicación, y sus conservadores candidatos de la aristocracia provincial.

Durand Cornejo, De los Ríos o Virginia Cornejo no representan casos de empresarios exitosos o “self made man” de esos que seducen y vitorea el emprededurismo del Pro. Todo lo contrario el Pro en Salta logro representar en sus listas un puñado de familias tradicionales que poco tienen que ver con el dinamismo, la evolución social y el éxito personal y más con posiciones sociales y de poder heredadas por vínculos de sangre.

El espacio vacante en la política argentina es el de una centro derecha moderna. Que rechace los gobiernos militares, que respete la libertad en la sexualidad, que razone a los derechos humanos como un bien social consolidado, sin que encuentre en ello oposición alguna a promover la libre empresa con el mínimo de injerencia estatal, poniendo al estado al servicio del individuo y no viceversa.

Jactándose de su “gestión” al frente del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, el Pro se proyectó como fuerza política a todo el país. El concepto de “gestión”, mas emparentado con lo empresarial que con lo político, es fundacional puertas adentro del Pro. Macri, previo a ser jefe de gobierno, estaba avalado por “su gestión ganadora” en Boca, sin embargo la única “gestión” que podían exhibir sus candidatos en Salta era la de sus antepasados que gobernaron nuestra provincia por casi 200 años, pero ninguna a título personal.

Así sintetizando, gestión, modernidad, perfil empresario, ambigüedad en la definición ideologica, liberalismo en lo económico definirían al Pro nacional. Conservadurismo, escasa o nula gestión, larga permanencia en la política, alianzas con el peronismo o pases de partidos, más un condimento elitista fue sin embargo la apuesta salteña del Pro que lo condujo al fracasó del 12 de abril pasado.

El Pro salteño no buscó ser masivo sino solo el sucesor del desgastado caudal electoral que alguna vez tuvo el PRS en la ciudad de Salta y del que fugazmente disfrutó el PO en el 2013.

Frente al poncho que decora el hombro de Martin de los Rios, solo un grupo de porteños descuidados puede ver una postal novedosa y pintoresca. La gran mayoría de salteños solo ve la jactancia de una vieja y pequeña elite que pelea por la reivindicación de una Salta rural y conservadora.

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