La derecha está vacante y el extraño caso de Benjamin Button

La derecha está vacante y el extraño caso de Benjamin Button
Las categorías de izquierda y de derecha, según varios politólogos y sociólogos, son insuficientes para explicar la compleja realidad de las sociedades modernas. Muchas veces también la estratificación social queda insuficiente para analizar las relaciones económicas productivas de la revolución tecnológica.
Cuando hablamos de tendencias políticas, izquierda y derecha parecen términos demodé que llevan intrínsecamente connotaciones negativas. Hablar de izquierda parece remitir a pecados de juventud que hombres y mujeres serios, adultos y adustos no quieren cometer. Y cuando hablamos de derecha, se la asocia a posturas totalitarias, tendencias que restringen libertades individuales o desprecio a minorías sociales raciales étnicas o culturales. Ya lo dice el dicho popular que refleja estas tendencias: “Si a los 20 años no sos de izquierda no tenés corazón, pero si lo seguís siendo a los 40 no tenés cabeza”.

La ciudad de Mar del Plata ha sido caracterizada como una sociedad “socialista” pero, en rigor de verdad, desde el retorno a la democracia el electorado marplatense ha oscilado entre gobiernos radicales y de derecha con las intendencias de Ángel Roig, Elio Aprile y Daniel Katz, por un lado, y la de Mario Russak y Acción Marplatense (hijo político del russakismo), por el otro.

Acción Marplatense, surgida del gabinete de ese intendente electo democráticamente en 1991, excomisionado de la dictadura más terrible que vivió la Argentina, logró conectar con un grupo de jóvenes entusiastas, algunos con pasado ucedeista y empresarios con un perfil apartidario como Eduardo Pezzati, presidente del Emtur de la gestión russakista y Ricardo Palacios, hoy expulsado de la escena pública de AM.

Luego de que Katz se convirtiera al radicalismo K, Acción Marplatense apareció para expresarle al electorado local una opción de tinte vecinalista que defienda los intereses de la ciudad por sobre las tensiones partidistas. Sumó dirigentes de distintos ámbitos (exfuncionarios judiciales, dirigentes barriales y representantes de clases medias acomodadas) que no encontraban en el radicalismo en crisis o en el peronismo (que siempre había sido una apuesta perdedora en Mar del Plata) una opción de poder para gobernar la ciudad en 2007. Así, conquistó el poder.

Con el transcurso del tiempo, y a través de la relación del intendente con el empresario Aldrey Iglesias, el vínculo de Pulti con el gobernador Daniel Scioli se profundizó y consolidó y llevó al intendente a tomar partido y abandonar su postura “neutral”: en 2009 encabezó como testimonial la lista de legisladores seccionales del Frente para la Victoria. Como dicen, la política es el arte de lo posible y Pulti logró amalgamar sectores realmente contrapuestos y dejar sin lista al FpV. Lo cierto es que algunos ven en Acción Marplatense un viraje muy similar a muchos peronistas duros exduhaldistas de paladar negro. El fenómeno se conoce en los pasillos de la política como “el extraño caso de Benjamin Button” donde el protagonista nace viejo y se vuelve joven, haciendo un paralelismo con la política que nace de derecha y se transforma en izquierda. Hoy, Pulti, pese a la resistencia de los kirchneristas más ortodoxos, es el representante K de Mar del Plata y busca darle a su gestión un perfil progresista.

En ese contexto, la representación de la derecha marplatense hoy está vacante. Hasta ahora la fuerza de Carlos Arroyo, que logra perforar el piso para conseguir concejales pero no construir un liderazgo que cohesione esos votos y los solidifique en una fuerza para contactar con sectores más amplios del electorado marplatense, aparece como insuficiente para ocupar el lugar vacante que deja Acción Marplatense en su desplazamiento en el arco ideológico. Arroyo no ha logrado articular relaciones políticas hacia arriba que le permitan entablar alianzas perdurables ni con el macrismo, ni con Francisco De Narváez más cercanos al arco ideológico que él representa.

El PRO de Mar del Plata, más allá de la buena imagen que tienen estos dirigentes en la ciudad, no ha logrado la popularidad para colocarse en el ring y enfrentar a Pulti. La presencia de Hernán Alcolea, concejal del PRO que acompaña con su voto temas sensibles de la gestión de Pulti, se conforma en una pieza más de la estructura de poder local presentando algunos proyectos para mostrarse opositor pero sumándose a la mayoría de AM.

En el plano partidario, el PRO busca una figura popular que conecte la imagen de Macri con el electorado y postulan desde las usinas porteñas al excorredor Eduardo “Lalo” Ramos para instalar como figura seccional que genere el “efecto Del Sel” y le ayude a sumar votos.

En el plano local, el empresario Emiliano Giri, del PROA, que protagonizó varios encuentros políticos durante el verano, disputa la representación del espacio. Si bien la alianza entre Mauricio Macri y De Narváez no está sellada aún, Giri participó de un encuentro que tuvo repercusión en medios nacionales. Visitó a De Narváez y posó en una foto, gesto que se leyó en algunos sectores del macrismo como la ruptura del Tano Angelici con el liderazgo de Macri. Giri suele repetir por lo bajo que hay “que armar un espacio de mayorías, hay que juntarnos con el Colorado”. “Tenemos un desafío y podemos construir una opción que le pelee mano a mano a Pulti”, insiste. Si bien la presencia en encuestas locales de estos dirigentes es mínima, ellos aspiran a la tracción que pueda generar la alianza Unión Celeste y Blanco y PRO para consolidar el espacio y representar al electorado que se ve desencantado por el “ultrakirchnerismo” de Pulti.

Si bien el intendente Pulti refrendó títulos en 2011, no pudo hacer una elección muy superior a la de 2007. Su electorado va mutando y con ello su realineamiento. El kirchnerismo puro lo enfrentó por no reconocerlo como propio y deberá resolver qué hará en este turno electoral.

Lo cierto es que la derecha está vacante y habrá que ver quién expresa a ese sector en las legislativas de este año, formalmente convocadas por el Gobierno nacional y adheridas por el Gobierno provincial.

La columna de miércoles será un fiel reflejo de los posicionamientos que se disputan en el corazón y la cabeza del electorado marplatense. Hasta la semana que viene.

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