En el departamento, cuya cabecera es Sáenz Peña, estiman la siembra de unas 30 mil hectáreas de girasol aunque, si el clima sigue acompañando al hombre de campo como hasta el momento, la superficie sembrada de la oleaginosa podría llegar a unas 40 mil hectáreas. Estos datos surgen sobre una intención de unas 350.000 hectáreas en toda la provincia.
El momento del girasol
El algodón, como se sabe, ya no es del agrado de los productores de pequeña y mediana escala por los vaivenes en el precio del producto que no les aseguran un buen negocio al momento de la cosecha. La soja primavera tampoco tiene buenos antecedentes en el domo agrícola central, ya que las elevadas temperaturas del último trimestre del año pueden jugarle una mala pasada al cultivo estrella. El poroto podría ser una posibilidad pero recién para sembrar a finales del año, lo que significaría que el agricultor deberá esperar hasta marzo “o más adelante” para hacerse de algo de dinero.
“En la medida que se consiga financiación se seguirá sembrando, porque por la pérdida de producción que tuvimos en el último verano todos los medianos productores quedamos en una situación de quebranto”, advirtió.
Sembrar una hectárea de girasol
cuesta entre 700 y 900 pesos
Para la siembra de girasol el productor deberá invertir entre 700 y 900 pesos por hectárea, según los números estimados por los abastecedores de insumos, sean cooperativas o privados. Como dato vale mencionar que la bolsa de semilla de la oleaginosa en el material de preferencia del agricultor chaqueño tiene un costo de mil doscientos pesos “de contado”. Una bolsa sirve para la siembra de un promedio de tres hectáreas.
Lluvias, un factor clave en la siembra
En los últimos años agrícolas, el departamento Comandante Fernández, no sobrepasó las 25 mil hectáreas de girasol, por lo que la campaña presente con la proyección base ya es excepcional. “Siempre teníamos el tiempo compartido con el sorgo o con otros cultivos que tomaban más lugar en la superficie del distrito y competían directamente con el girasol que, a diferencia de este año, es el cultivar que se impone gracias al recupero de la humedad” – al tiempo añadió - “Lo que se sembró en el período anterior a las lluvias no tendría que resembrarse porque las plantas ya estaban emergiendo, lo que deja al productor tranquilo para avanzar con la siembra en otros lotes que seguramente le quedaron sin cultivar”, añade. Sucede que el chacarero que sembró con una mínima cuota de humedad no arriesgó todos sus lotes, pero con los más de cien milímetros esas chacras que quedaron sin trabajar definitivamente serán cultivadas con girasol”, señaló Otto Ferber.
“El agua que llegó en el momento justo permitió que el productor se defina a favor de la oleaginosa y, por lo que se observa en los campos que fueron sembrados, todo transcurre con normalidad, es decir que no se registran ataques de plagas que podrían complicar el inicio del desarrollo de las plantas”, indicó. Igualmente no dejó de recomendar la recorrida diaria de los cultivos para detectar cualquier situación anómala
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