Depardieu cumplió su amenaza: viajó a Rusia para ver a Putin

El presidente le daría el pasaporte al actor, que busca eludir las tasas de Francia
La saga fiscal francesa que tiene como protagonista a Gérard Depardieu sumó un nuevo capítulo. El actor llegó ayer a Sochi, al sur de Rusia, donde iba a ser recibido por Vladimir Putin, según dijo el vocero del presidente, para obtener su nuevo pasaporte ruso, que solicitó para evadir los altos impuestos de su país.

Putin concedió por decreto el jueves la ciudadanía rusa a Depardieu, que se opone al impuesto de 75% a los ingresos superiores a un millón de euros anuales que quería aplicar el presidente francés, François Hollande.

La medida fue anulada por el Consejo Constitucional francés, pero el mandatario prometió seguir adelante con el impuesto, con algunas variantes en la propuesta.

El vocero de Putin, Dimitri Peskov, dijo que el presidente celebraría una reunión privada con Depardieu en el destino turístico de Sochi, en el mar Negro, anoche.

"No se descarta que durante esa reunión se entregue un pasaporte a Depardieu", dijo Peskov, citado por la agencia de noticias estatal RIA.

Además del viaje del actor a Rusia, los episodios por las tasas fiscales suman otros capítulos. Según el diario francés Le Figaro, Depardieu y Hollande habrían mantenido una conversación telefónica "franca y directa", en la que hablaron sobre el exilio fiscal, destierros, intimidades amorosas y hasta de poesía francesa.

Según la versión, Hollande habría tenido la iniciativa de la llamada, de una hora y media. De acuerdo a los voceros del Palacio del Elíseo, la llamada habría sido "cosa del actor" y durado "poco más de media hora".

De acuerdo con las fuentes de Le Figaro, Valérie Trierweiler, la pareja de Hollande, habría oficiado de "intermediaria", consciente de que el caso Depardieu se convirtió en una cuestión nacional. Trierweiler, por su parte, desmintió los rumores.

Todas las fuentes coinciden en lo esencial. Hollande quería saber de primera mano si Depardieu piensa o no exilarse "definitivamente". Depardieu, en tanto, se quejó ante Hollande de los dichos del primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault, que calificó al actor de "patético" por su intención de exiliarse en Bélgica.

Antes de su viaje a Rusia, el célebre intérprete de Cyrano de Bergerac había ratificado su intención de radicarse y naturalizarse en Bélgica, país cuyo régimen fiscal es mucho más clemente que el de Francia para los millonarios.

En plena espiral de provocación también llegó a decir que ya podía contar con tres países para acogerlo: Bélgica, Montenegro y Rusia. Moscú tiene un impuesto fijo sobre la renta del 13 por ciento.

Depardieu no es el único famoso que coqueteó con la idea de viajar a Rusia. Anteayer, la actriz Brigitte Bardot amenazó también con instalarse a orillas del Volga si el gobierno no hace nada para salvar a dos elefantes amenazados de ser sacrificados antes del 14 próximo, en Lyon.

El exilio fiscal de Depardieu y las filosas declaraciones de Bardot agudizaron ayer en Francia el debate mediático sobre los salarios de actores y actrices franceses.

En plena crisis, los sueldos de los actores y actrices se convirtieron en un nuevo ejemplo de excesos que, alimentados con dinero público, ni el Estado ni los franceses parecen poderse permitir. La polémica se desató cuando un conocido productor francés criticó en una columna de Le Monde los altos salarios que reciben los actores.

EL GOBIERNO DEFENDIÓ AL CINE

El gobierno francés defendió ayer el sistema de ayudas públicas al cine en el país y aseguró que no es utilizado para pagar los elevados salarios de algunos actores, una polémica que se instaló en los últimos días en el país.

"El dinero público permite apoyar prioritariamente a las películas de la diversidad", dijo la ministra de Cultura, Aurélie Filipetti. La funcionaria afirmó que son las cadenas privadas de televisión las que dedican cada vez más dinero a producir films de más de siete millones de euros. "Son más audaces en la financiación del cine de autor", añadió.

Comentá la nota