Una joven denunció ayer a un grupo de personas que irrumpió irregularmente en un terreno en construcción de su propiedad, ubicado en la esquina de las calles 9 de Julio y San Lorenzo, y apuntó contra la Policía por falta de acción y connivencia con los usurpadores.

En diálogo con EL LIBERTADOR, Niyi Núñez Kuroki contó el calvario que sufre desde hace aproximadamente seis días, cuando un grupo de desconocidos ingresó a un terreno familiar del cual ella y su hermana Norma son dueñas del 50 por ciento y la mitad restante pertenece a su tío, quien recientemente habría vendido su parte a una persona de nombre Porfirio Aquino.

Al parecer, el drama comenzó el martes pasado, cuando personas desconocidas llegaron al lugar y sin aviso previo a las hermanas Núñez Kuroki ingresaron y comenzaron construir sin planos que avalen la obra y sin un agrimensor que dividiera la parte que le corresponde a cada dueño.

"Llegaron con mucha prepotencia, ingresaron sin permiso y comenzaron a trabajar en el lugar, construyendo incluso en la parte del condominio que nos corresponde a mí y a mi hermana", explicó indignada Niyi, quien no dudó en dar aviso al 911 para que interviniera.

Según la denunciante, la intervención policial dejó mucho que desear, porque desde un principio se negaron a retirar a estas personas del lugar, alegando que no podían hacerlo sin una orden de desalojo, por lo que estas personas continuaron en el lugar.

Niyi contó que su representante legal intentó mediar con Porfirio Aquino, supuesto propietario de la mitad del terreno, pero todos los intentos fueron en vano, porque nunca se mostraron predispuestos a llegar a un arreglo.

"Mi abogado intentó mediar para que estas personas entendieran que sólo podían edificar en la mitad que correspondía de acuerdo a los títulos de propiedad, pero lo único que hicieron fue cerrar todos los accesos al lugar y continuar con las obras", detalló la joven, quien solicitó nuevamente presencia policial para obligar a estas personas a liberar los ingresos, pero tampoco hubo respuestas.

"Un día vino la Policía y un efectivo, de rango jefe, miró sobre una pequeña abertura hacia adentro de la construcción y ubicó a una de estas personas y la llamó por su nombre. Es decir, el efectivo conocía a uno de los sujetos atrincherados dentro del lugar y no hizo nada ante nuestro pedido", aclaró la joven, quien asegura que existe connivencia entre la Policía y estas personas que sólo exhibieron un boleto de compra venta a nombre de Porfirio Aquino.

"No tenemos problemas con la venta realizada por mi tío, de hecho el vendió su mitad y estaba en todo su derecho, pero estas personas invadieron el 50 por ciento restante que es nuestro y encima nos prepotean y nos amenazan", expresó Niyi, quien hace responsable a la Policía de cualquier inconveniente que le suceda tanto a ella como a su familia.

"Mi abuela tuvo un pico de presión por toda esta situación, mi mamá está mal y nosotras tenemos miedo, porque estas personas son violentas, son matones que no les importa si sos mujer, te patotean igual", concluyó.