Denuncian a los talleres clandestinos que proveen a La Salada

Denuncian a los talleres clandestinos que proveen a La Salada

Son unos 30 mil, según una investigación iniciada por un legislador porteño. En cada uno trabajan en negro 10 personas y funcionan tanto en el Conurbano como en la Ciudad.

A un día del operativo que arrasó con 7.000 puestos ilegales en La Salada, volvió a tomar impulso la investigación sobre miles de talleres clandestinos que abastecen tanto a las ferias establecidas en galpones como a los vendedores más precarios, que son los que fueron desalojados y se ubican en veredas y sobre el Camino de la Ribera.

“Tienen su base en 30 mil talleres clandestinos en Villa Celina, barrio Olimpo, Burzaco y Capital Federal, entre otros lugares, con trata de personas, trabajo esclavo, droga, contrabando y prostitución, que hacen de este complejo un reino de la ilegalidad difícil de frenar”, denunció ayer Gustavo Vera, titular de la ONG La Alameda, legislador porteño y precandidato a Jefe de Gobierno porteño.

Según información de la ONG La Alameda, que conduce Vera, en cada uno de los talleres trabajan diez personas. “Si a esa gente se les suman los que trabajan en los puestos, también en negro y sin estar registrados, la cuenta da medio millón de personas”, agregó Vera en diálogo con Clarín.

La denuncia es del 11 de marzo de 2013 y se llevó a cabo ante la AFIP y el juzgado federal de Ariel Lijo; la hicieron en conjunto La Alameda y la CGT a través de Julio Piumato. En tres talleres de los 40 denunciados, en la Capital Federal, se hicieron allanamientos y se incautó maquinaria y mercadería.

Tras el operativo que se realizó ayer, la investigación toma un nuevo impulso, ya que vuelve a sacar a la luz la venta y la producción ilegal de indumentaria.

“Lo que hicieron fue, básicamente, barrer con el sector que no tributaba. Sacar lo truchísimo y dejar lo trucho. Pero es probable que se reconstruya, porque en La Salada y en el ámbito de los talleres que la abastecen reina la ilegalidad y una y otra vez vuelve a resurgir”, denunció Vera.

En ese sentido, ayer tomó más fuerza la versión que circulaba el miércoles sobre que, advertidos la noche anterior, la mayoría de los puestos fueron desarmados y la mercadería guardada antes del desalojo, por lo que la gente de la de la zona no descartaba que la feria en la calle, que funciona sobre todo los domingos, vuelva a instalarse en poco tiempo (ver Temen...).

El operativo de ayer tiene su origen en una denuncia de octubre del año pasado, en la que vecinos y vendedores advirtieron sobre lesiones, amenazas y uso de armas de guerra de parte de barras de Boca y de River que manejaban los puestos ilegales montados sobre el Camino de la Ribera. Según publicó ayer Clarín, los barras les cobraban por el alquiler, la limpieza y la seguridad de los espacios.

Desde octubre a la actualidad, la pelea provocó dos muertos, los hermanos Zárate, denunciados en la causa. Y el principal señalado es un hombre apodado “El Cejudo”, otro de los personajes de peso en la zona, de acuerdo a lo que relataron vecinos y vendedores.

Un informe del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) hecho entre 2008 y 2010 estableció que si blanquearan los talleres clandestinos y se pusiera bajo convenio a los trabajadores en negro, igualmente La Salada estaría vendiendo un 43% más barato que en los shoppings.

En Punta Mogote, Urkupiña y Ocean, los tres “shoppings” más grandes de La Salada, el 50% de la ropa que se vende es de marcas falsificadas, por lo que también se cobra un impuesto de entre $ 100 y $ 200, según la feria. Esas prendas son producidas en muchos de los 30 mil talleres clandestinos que abastecen a los puestos.

Jorge Castillo es la cara visible de Punta Mogote, la feria más importante de La Salada, que factura $ 300 millones por día, tiene sucursales en la Ciudad y otras provincias y hasta un proyecto para instalarse en avenida Santa Fe

Comentá la nota