Denuncian que un funcionario del PAMI se quedó con subsidios para inundados

Denuncian que un funcionario del PAMI se quedó con subsidios para inundados
Infobae recorrió el barrio San Fermín, en Luján, y habló con los vecinos afectados por la inundación del 2012 que nunca recibieron la ayuda prometida. Pedirán informes y que investigue la Justicia
A diez minutos de la Basílica de Luján, el escenario es otro. Tierra olvidada. Campo arrasado. Calles de tierra, donde el calor pega el doble. Casillas, barro, escombros y polvo. Carros tirados por caballos y gallinas que se cruzan de patio en patio. No hay límites. Tampoco esperanzas, porque ya se las robaron a todas.

A los barrios San Fermín, San Jorge y Santa Marta sólo los divide una calle precaria de tierra. Los políticos sólo aparecen en épocas de campaña, con las manos llenas de promesas: la carta habitual. Cuando llueve, el miedo es profundo porque la recuperación después del temporal es lenta. Desde la última gran inundación del 2012, estos barrios se convirtieron en pasos del río, en menor medida, por lo menos, tres veces más. Nunca les llegó la ayuda prometida, ni los subsidios por los cuales firmaron todos los papeles y en los que depositaron sus sueños de volver a empezar.

"Todos fuimos al Registro Civil de Luján. Hicimos todo lo que nos pidieron, pero acá nunca llegó nada. Esos subsidios ya se tienen que haber cobrado". La que habla con convicción es Marta, una de las vecinas del San Fermín. "Vino un tal Diego Bava. Dijo que le demos todo a él y que él se iba a encargar de cobrarnos los cheques. Nunca más volvió". Marta habla pausado y cada tanto se toca la venda que tiene en su pierna derecha. "Tuvimos un accidente en la chata y yo salí despedida. Ya no sirve más. Mi marido junta cartones y de eso vivimos". La voz de Marta suena cansada, rendida. Bava es el apellido que más se nombra en el San Fermín. Es el responsable de la Delegación del PAMI de la localidad de Jáuregui, un pueblo del partido de Luján, lugar al que llegó luego de su incansable peregrinar por el calor del poder. Bava se transformó en un referente territorial y recorrió cada uno de los barrios lujanenses.

"En la campaña venían todos. Ahora nadie se acuerda". Esta vez, la que habla es Amelia Romero, responsable del comedor "El Triunfo". Amelia vive en frente de Marta, pero apenas se conocen. En su comedor, con pisos de tierra y materiales precarios, Amelia y su esposo, Claudio Bravo, les dan de comer a 150 chicos. Mientras habla con Infobae, los chicos dan vueltas, alborotados por las cámaras de fotos y video. "Por lo menos, los estafados fuimos 20 familias. Bava prometió todo, hizo los papeles, nos pidió documentos, pero de un momento a otro, no volvió más". Con el correr de los minutos, los vecinos se sueltan y dan más detalles de irregularidades y de promesas incumplidas.

"Bava apareció y se llevó todo. Él fue como otra inundación". Amelia no pierde el sentido del humor. En el 2012, las lluvias y la crecida del Río Lujan se llevaron todo. Más de 300 autoevacuados y otras 120 personas necesitaron asistencia. Los subsidios, su mayoría por no más de seis mil pesos, fueron entregados por el gobierno nacional, pero en casi todos los casos, tramitados por intermediarios del kirchnerismo local.

Infobae confirmó que el que recorrió la zona una y otra vez fue el propio Bava, acompañado por su secretario privado, al que los vecinos identificaron como "Jonathan". Él dirigía y sus asistentes llevaban adelante la copia de toda la información. "La gente no quiere saber más nada con la política. Vienen con papeles y promesas. Era la plata que ellos decían que eran para las obras. Decían que trabajaban para la Presidente. La última inundación se llevó todo, parece que ellos también". Amelia se ríe cuando habla; no es una sonrisa de felicidad, es un gesto de resignación. Ella y Claudio se conocieron en Moreno, hace más de seis años. Ahí fue cuando apostaron a crecer y se mudaron a Luján. A los pocos segundos, Romero es tajante: "Pobres jubilados, les toca lidiar con Bava".

El funcionario llegó al PAMI por una razón clave: su ductilidad para manejarse entre los despachos. Por su movilidad en el terreno, conoció y generó una gran relación con Leonardo Boto, secretario ejecutivo del Instituto Nacional de Promoción Turística. Boto fue la estrella en la inauguración de la oficina de PAMI en Jáuregui e intenta posicionar su nombre para el 2015. Bava entró a la política en los noventa, como secretario privado de Miguel Prince. Ahí se mantuvo durante cuatro períodos de gobierno. Prince perdió con la entonces diputada nacional Graciela Rosso y se perdió su quinto mandato consecutivo, pero Bava se quedó. Conquistó a Rosso y se ganó un lugar como asesor de su gestión. Luego de su mandato, la ex intendenta pasó a formar parte del Ministerio de Seguridad como coordinadora de la Unidad de Prevención de las Adicciones.

Los subsidios en el San Fermín eran por seis mil pesos y se establecieron para ser destinados a la compra de materiales para la refacción de las casillas afectadas por las inundaciones. Bava se mostró como facilitador de un primer subsidio que cobró el comedor "El Triunfo" y eso le sirvió como carnada para conseguir los datos del resto de los vecinos.

Graciela Soler vive en el San Fermín hace cinco años. Camina con dificultad y su pobreza es casi extrema. Vive entre basura y chatarra. "Vino Bava, llené los papeles que me dijo. Hace tiempo ya. No volvió nada. Se presentó, nos dijo que nos iba ayudar. Yo le di mi documento. Todos le dieron su documento. Se suponía que iban a ser dos mil pesos. Firmé un papel, no leí nada, era para cobrar. Él retiraba el cheque", sentencia Graciela. El supuesto modus operandi de Bava se repite en cada testimonio de personas que no tienen nada que perder, ni nada por qué mentir. El caso de Jorge Castillo es diferente. Castillo vive en una casa de material que alquila por 800 pesos, a pocos metros del comedor de los Romero. "Yo hace 20 años que vivo acá, vivía a una cuadra de este lugar pero perdí todo. Sólo me dieron mercadería. Sé lo que pasó con los subsidios, pero por suerte yo no pagué nada", cuenta Castillo.

Infobae se comunicó con Bava en dos oportunidades. La primera fue el jueves 20 de febrero. Consultado por las denuncias de los vecinos, el funcionario del PAMI se defendió: "Es mentira. Los subsidios se cobraron y todos recibieron su dinero", disparó en forma terminante Bava. La conversación no duró más de cinco minutos. Así, confirmó dos detalles centrales: que existió una tramitación de subsidios y que él participó. Al día siguiente, Infobae le pidió a Bava que diera más detalles; esta vez la postura fue incoherente.

-¿Puede decirnos en nombre de quién tramitaba los subsidios? ¿Gobierno provincial o nacional?

-Yo no te puedo dar esa información.

-No le estoy preguntando nada comprometedor. Es una información simple.

-Yo estoy trabajando y vos me estás faltando el respeto...

-¿Le parece, Bava? Sólo le estoy haciendo una pregunta sobre los subsidios que usted ayer dijo que se cobraron...

-Esto no se habla por teléfono, me estás faltando el respeto, yo no tengo por qué darte esa información.

-Bava, los vecinos afirman que usted se robó los subsidios...

-No tengo nada que decirte.

La comunicación se corta en forma abrupta.

En Luján todo es incertidumbre. Federico Guibaud, concejal de Luján y jefe de bloque del Frente Renovador, aseguró que esta semana presentarán un pedido de informes exigiéndole al poder municipal que informe sobre la situación de subsidios pedidos por parte de los vecinos del San Fermín.

Las actitudes de Bava no ayudan. Tenía un perfil público en la red social Facebook donde publicó fotos junto a funcionarios de primera línea del Gabinete nacional. Luego de los llamados de Infobae, desactivó su cuenta. Las horas corren, el tiempo pasa. Cuando uno no tiene esperanzas, los minutos no se superponen unos a otros: es la letanía del no tener futuro. La certeza de saber que no hay justicia.

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