Mónica Febe Alvárez es parte de los 150 miembros de la Asociación Civil Rancho Móvil de la Costa, un predio natural ubicado al sur de Mar del Plata, entre la ruta 11 y el mar, situado frente al camino de ingreso al famoso barrio privado Marayuí, unos kilómetros antes de las colonias turísticas de Chapadmalal.

Por estos días, la gente que allí reside y acampa vive horas de preocupación. Denuncia que un privado comenzó con tareas dedesmalezamiento sobre mucha de la vegetación autóctona de la zona y que se presentó en el lugar para anunciar el inminente desarrollo de un emprendimiento privado. 

Según contó Febe Alvárez, “el año pasado, el abogado de la agrupación, José González, reunió a la comisión directiva para plantearle, junto a una empresa, la utilización del nombre de la asociación a fin de habilitar un proceso licitatorio para la realización de un proyecto inmobiliario en el predio lindero, que no afectaría al del Rancho Móvil”.

La socia reclama ahora que “desde la semana pasada, algunos hombres con moto sierras ya trabajan dentro de la zona del Rancho”, aseguró que “han sacado árboles desde la raíz” y que la persona que se presentó como dueña del capital de inversión, “nos anticipó que ya no podremos acampar aquí, que si queremos quedarnos deberemos ocupar nuevos módulos habitacionales de los cuales ya nos mostró imágenes y pagar, en principio, 1.000 pesos de cuota mensual”.

En el año 2014, un grupo de concejales visitó el lugar en el marco de un proyecto de readecuación de pliegos para que lleguen ofertas de licitaciones en las playas del sur. El Rancho, que funciona como tal desde hace 13 años, pero que tiene a muchos ocupantes de casillas rodantes desde antes de los 90´, “funciona con un permiso de uso precario, renovado hace pocos años”, según reconoció Febe Álvarez.

Aunque los lugareños prepararon un escrito y luego de ser atendidos porMarcelo Tobad, del Ente Municipal de Turismo, adelantaron que presentaran un inminente denuncia formal ante la comuna, están intranquilos porque sostienen que “González es un prestamista, que supo que esto es una mina de oro y que siempre estuvo asociado a actuales funcionarios”.

“Entre que nos toman la denuncia, mandan los inspectores y los procedimientos del expediente, avanzarán con un daño ambiental terrible, derribando toda la fauna autóctona del lugar. La persona que nos visitó nos adelantó además que se cerrará todo el lugar, que se van a maximizar las parcelas, con orientación norte a sur, hasta el mar y que se venderán a 30 mil pesos. Y que las que dan al mar, se les otorgarán a determinados viejos y actuales funcionarios definidos por los financistas, sin tapujos ni reparos en darnos los nombres”, sentenció Fabe Alvárez.

El predio lindero, del otro lado del denominado arroyo seco, donde la gente del Rancho Móvil creía que se desarrollaría inicialmente el proyecto, perteneció durante mucho tiempo a una agrupación llamada “50 hombres sin trabajo”.

De acuerdo a las declaraciones de la socia de la asociación civil, “ellos nunca se preocuparon por el lugar. Lo que hicimos nosotros es parquizarlo, construir baños, poner luz. Hicimos de ese lugar un atractivo turístico muy lindo, de orgullo en la ciudad, sobre todo para los que eligen vivir de la misma forma que nosotros y para aquellos que desean hacer otro tipo de turismo. Fuimos estafados en buena fe”, concluyó Fabe Alvárez, instantes antes de partir a una reunión vecinal para juntar firmas en favor del futuro del lugar.