Dengue: mayor riesgo en floreros, botellas y piletas

Dengue: mayor riesgo en floreros, botellas y piletas

El lunes pasado terminó el último monitoreo aédico. El anterior fue de riesgo moderado pero preocupa en algunas zonas.

Platos que sostienen macetas, plantas acuáticas con agua de hace meses, piletas con larvas de mosquitos. El riesgo del dengue, zika y chikunguña sigue presente en muchos de los hogares cordobeses. El lunes pasado se terminó el último monitoreo aédico, cuyos resultados aún no fueron dados a conocer. 

Lo que sí se sabe es que existen tres sitios predilectos del mosquito cordobés. El primero son las plantas en todas sus variedades: acuáticas, macetas y los platos que la sostienen. Cuando el agua no se cambia en forma periódica el riesgo crece. 

“El aedes resiste al frío y al invierno”, informó Marcela Miravet, secretaria de Prevención y Promoción de la Salud de Córdoba. Es que los huevos depositados por la hembra se humedecen ante las primeras lluvias y eclosionan después. No se mueren con el frío ni con la sequía. 

También a través del monitoreo aédico se encontraron muchos reservorios en las botellas almacenadas en patios y espacios del exterior. A todas hay que guardarlas boca abajo y si es posible bajo techo. 

Finalmente, las piletas y piscinas fueron el tercer hogar preferido, según se pudo comprobar en las dos acciones de bloqueo realizados en Urca y San Rafael ante la aparición de casos de zika. “Además del cloro, hay que incorporar el uso de los larvicidas, que también se venden en los negocios del rubro”. 

El último monitoreo realizado por Salud y la Universidad Nacional de Córdoba terminó el lunes pasado. El anterior, había dado un resultado “moderado”: en sólo el 2,8 por ciento de las viviendas se encontró la larva del mosquito. Sin embargo, en el noreste el riesgo fue mayor: 5 por ciento de las casas con presencia del Aedes. 

Durante esta nueva temporada no se registraron nuevos casos de dengue autóctono. Sí dos casos de zika provenientes de mujeres que viajaron al exterior. Una de ellas estuvo en Miami y Panamá. La otra, en Playa del Carmen. 

En ambos casos se realizaron operativos de bloqueo: fumigación espacial y en domicilio. También se realizaron visitas casa por casa en las manzanas colindantes. No se encontraron otros casos de síndromes febriles. 

“Hay que aprovechar los meses en los que no tenemos casos autóctonos para eliminar los reservorios. También tenemos que apuntar a los viajeros, que son los que pueden llegar a traer los virus”, finalizó Miravet. 

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