La frágil posición de Sergio Massa de cara a las generales de octubre, acota las estrategias del Frente Renovador para seguir disputando espacios de poder en los años venideros. El crecimiento que, se espera, lograra Mauricio Macri en su carrera presidencial, en desmedro del tigrense, tiene a todas las filas del massismo en vilo.

Por ese motivo, como una manera de facilitarle posiciones a Macri y promover un gobierno de coalición a partir de diciembre de 2015, Massa se reunió a puertas cerradas con Solá para pedirle que decline su candidatura nuevamente por el bien del espacio. La idea es permitirle a María Eugenia Vidal quedarse con la provincia para garantizar, de este modo, la victoria del Frente Cambiemos en la presidencial. El objetivo es abrir un frente de negociación concreto para garantizar al FR ciertos ministerios en provincia y en Nación.

“Yo podría haber sido candidato del Pro, pero elegí no seguir en ese espacio. Y tampoco quiero volver, olvidate”, fue la tajante respuesta de Felipe, ante un Massa que trataba de contener el enojo de la única ficha de valor que aún mantiene en el tablero.

Es que Massa entiende que si Macri continúa creciendo en las encuestas, posicionándose como la única opción para ganarle al kirchnerismo, el poco peso electoral que todavía mantiene el Frente Renovador se verá licuado, sin poder hacer nada para evitarlo.