“Defender a Milagro Sala es defender la corrupción, la violencia y el maltrato a los que menos tienen”

“Defender a Milagro Sala es defender la corrupción, la violencia y el maltrato a los que menos tienen”

Como ya he dejado en claro, rechazó las expresiones del Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro con respecto a su pedido de “inminente liberación” de Milagro Sala, de quien dice  que “tiene un reconocido trabajo por los desposeídos”.

 

Lamento que Almagro utilice su alto cargo para invisibilizar el verdadero motivo por el cual la Justicia de la provincia de Jujuy investiga a Milagro Sala por hechos de corrupción. Es desde irresponsable, imprudente y hasta apresurado que el propio Secretario General adelante opinión del organismo cuando hay un procedimiento en marcha.

Advertimos en la conducta del Secretario General de la OEA, Luis Almagro, una actitud politizada, partidizada y parcializada preocupante que pone en riesgo la garantía de independencia de criterio y objetividad que debe preservar el organismo que le toca presidir.

Porque estoy convencida que sus manifestaciones revisten de una gravedad inusitada cuando hay un proceso iniciado que en sus diferentes etapas ha contado con la colaboración del gobierno nacional, el gobierno de la provincia de Jujuy y los diferentes estamentos de la justicia que intervienen en esta cuestión.

Es evidente la carencia de información por parte del  Señor Almagro, así como del Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas respecto del proceso de las causas, sobre las pruebas de los hechos de corrupción que figuran en los expedientes y, sobre todo, lo que refiere a los peligros procesales que justifican la detención preventiva de Sala. El Fiscal de Estado de Jujuy lo señala en los informes presentados sobre la influencia que conserva Sala sobre testigos de la causa: “se advierte con claridad que Sala, lejos sufrir una detención arbitraria, permanece encarcelada en función de un proceso debidamente acreditado donde justifica de modo razonable el riesgo procesal por colusión de testigos”.

Por ello, y como ya lo ha dicho la justicia jujeña, la prisión preventiva de Milagro Sala, cumple con los estándares internacionales en la materia y se justifica porque tiene, aún,  una marcada influencia y capacidad de llevar adelante mecanismos de coacción, de intimidación, lo cual hace imprescindible asegurar la integridad de los testigos que han aportado y que continúan aportando datos sobre la operatoria de la asociación delictiva, sea necesario evitar ese tipo de amenazas.

Claramente, se está pensando en la defensa de los derechos humanos de las víctimas. En Jujuy, todos conocen la manera de operar de Sala a través de intimidaciones, amenazas, aprietes y violencia física y psíquica.

Un hecho que tal vez desconozcan los organismos que reclaman por la libertad de la “dirigente social” es que hay más de 20 causas, en la secretaria de Derechos Humanos de la provincia, iniciadas por violencia y maltrato de manos de Sala

Por caso, y como fuera publicado por la periodista Rosario Agostini,  Martin (se preserva su identidad por obvias razones) realizó una denuncia por presunta violación a sus Derechos Humanos en instancias judiciales y ante la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia. “…Después de trabajar un tiempo con ella, decidí irme de la organización Tupac Amaru porque Sala nos maltrataba…

…El 3 de octubre del año 2012, estaba en la Municipalidad de San Salvador de Jujuy sentado en un banco, adentro del edificio cerca de la puerta, cuando ingresó Milagro Sala y me vio, comenzó a insultarme y patearme y al mismo tiempo me decía «¿qué te pasa chango?, ¿qué hacés aquí? Si seguís buscando ayuda voy a hacer violar a tus hijos y te voy a mandar a matar. Me escupió la cara mientras las otras dos personas que estaban con ella se me tiraron encima para amedrentarme…”

Otro testimonio, el de Luis, quien también la denunció: “Milagro Sala siempre nos sometía a castigos corporales cuando cometíamos alguna falta como por ejemplo una inasistencia al trabajo, y nos mandaba al «psicólogo». Ir al psicólogo consistía en que te llevaban a una habitación en la sede de la Tupac Amaru, nos encerraban allí, siempre estaba Milagro Sala quien junto a otras personas nos pegaban golpes de puños y patadas para corregirnos”.

Y hay más casos, muchos más. Como dijo la diputada Alejandra Martínez  “Milagro Sala no fue abanderada de desposeídos, fueron sus rehenes”. También están las amenazas e intimidaciones a la prensa y a todo aquel que denunciara el accionar de esta mujer y su agrupación.

Es por eso que se hace necesario, hasta imprescindible, que los representantes de los organismos internacionales se hagan presentes en la provincia. Que se interioricen sobre la totalidad de causas y expedientes. Pero, por sobre todas las cosas, que conozcan de primera mano, la versión de las víctimas. De todos aquellos que padecieron de manera directa o indirecta la violencia y el patoterismo de esta mujer, que amparada en su disfraz de “dirigente social” y con la complicidad de un gobierno que miraba para otro lado (en el mejor de los casos) se robó las casas y los sueños de miles de jujeños.

En definitiva, y para que quede claro, Milagro Sala NO es una presa política, es requerida por la Justicia jujeña por robarle a los desposeídos.

Argentina cumplió con informar los verdaderos motivos por los que Milagro Sala está detenida a través de un informe enviado a la  Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). La líder de la agrupación Tupac Amaru está acusada de ser jefa de una asociación ilícita, de responsable de extorsión y fraude a la administración pública por la extracción de $ 29 millones, a través de la sucursal del Banco Nación, de encubrimiento y  de lesiones graves. Delitos de acción pública y que se investigan de oficio. Poner fin a la prisión preventiva de Milagro Sala implicaría un claro peligro para la investigación por la gran cantidad de  evidencias en su contra que consta en los expedientes judiciales y por la existencia de vehementes indicios de que Sala tratará de eludir la acción de la Justicia o entorpecer su investigación.

Como señalara el Comité Nacional de la UCR en un comunicado emitido días atrás, “En el país comenzó un cambio, en Jujuy lo está llevando adelante el gobernador Gerardo Morales quien ha tomado la determinación política de dejar atrás tantos años de sometimiento y se encuentra en la senda del fortalecimiento de las libertad y dignidad de todos los jujeños. Se ha restablecido el imperio de la ley y la igualdad de todos ante ella. La justicia puede actuar libremente y así debe hacerlo”.

Defender a Milagro Sala es defender la corrupción, la violencia y el maltrato a los que menos tienen. Yo diría, entonces, que defenderla  va en contra de cualquier  argumento que invoque a los derechos humanos.

 

Por Silvia Giacoppo

Senadora por Jujuy

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