Un día después de su detención, Diego Sánchez, el motorman de la formación que en la noche del domingo chocó contra una locomotora en la estación de Temperley y Nicolás Navarro, su ayudante al momento de la colisión, fueron trasladados ayer a los tribunales de Lomas de Zamora para prestar declaración indagatoria. Al cierre de esta edición, ambos maquinistas se encontraban declarando ante el juez federal de Lomas de Zamora Alberto Santamarina, subrogante del Juzgado Federal 2 de esa jurisdicción. Se desconocía ayer por la noche si el magistrado mantendría la detención.

La abogada que los representa, Valeria Corbacho, indicó que "no tiene sentido" el arresto de sus defendidos y el allanamiento a sus hogares dos días después del choque, al tiempo que rechazó las acusaciones de sabotaje vertidas desde el Ejecutivo. "No tiene nada que ver con un sabotaje, están intentando confundir a la opinión pública", aseguró la letrada en declaraciones a radio Vorterix. Según quedó demostrado por las cámaras de seguridad, previo a impactar a la locomotora Sánchez ignoró por completo las señales visuales que le indicaban que debía detener la marcha de la formación, y desoyó los reiterados pedidos recibidos desde la torre de control, que le exigían que frenara. En base a esa evidencia, horas después del accidente el ministro de Interior y Transporte Florencio Randazzo habló de "sabotaje" y acusó por el mismo a La Fraternidad, el gremio de los conductores de trenes, que desde hace años mantiene un durísimo enfrentamiento con el actual precandidato a la presidencia del Frente para la Victoria. Randazzo fundamentó la acusación en los videos que registran el momento en el que se produjo la colisión de una formación diesel contra una máquina que operaba en la playa de maniobras, luego de hacer caso omiso a dos señales en rojo y a la voz de alerta de la torre de control, que durante 28 segundos le pidió que se detuviese.