El debate por el mega-DNU marcó la ruptura final del macrismo con Massa y el acercamiento al "peronismo dialoguista"

El debate por el mega-DNU marcó la ruptura final del macrismo con Massa y el acercamiento al

Durante la última sesión, el oficialismo comprobó que solo le basta una buena relación con el sector que responde a los gobernadores para llegar al número necesario para aprobar las leyes. Desde el massismo consideran que el Gobierno ningunea al Congreso.

 

Los tiempos de “amor y paz” del Gobierno con la oposición antikirchnerista están comenzando a quedar atrás. El resultado favorable para Cambiemos en las legislativas del año pasado le permitieron incrementar su representatividad en ambas cámaras del Congreso.

Esto no solo le permite al macrismo imponer su agenda legislativa sino también depender menos del resto de los espacios, ya sea para obtener quórum al comienzo de la sesión o aprobar los proyectos.

Parte de esta “fractura” quedó en evidencia con la primera sesión ordinaria del año en la cámara de Diputados. Es que tras aprobar los proyectos que reemplazan al DNU sobre desburocratización del Estado y a punto de votar la derogación del decreto, los legisladores oficialistas decidieron levantarse de sus bancas y dejar la sesión sin el número necesario para votar.

Esto provocó la fuerte reacción de los representantes del Frente Renovador, cuyos miembros ayudaron al Gobierno a aprobar leyes consideradas impopulares mientras el oficialismo era amplia minoría durante el 2016 y el primer semestre del año pasado. Entre ellas se puede mencionar la que permitió la renegociación de deudas con los holdouts y el blanqueo de capitales.

Y confiesan que los asombró la jugada “al filo del reglamento” llevada a cabo por los legisladores macristas, que los retrotrajo a los años en que gobernaba el Frente para la Victoria, en los que el ritmo y el temario de las sesiones era manejado de acuerdo a los pedidos que efectuaba la entonces presidenta Cristina Fernández.

Graciela Camaño calificó de “bochorno” lo hecho por Cambiemos durante la sesión del pasado miércoles. “Me extraña del presidente del interbloque; de quien integra el bloque de la Coalición Cívica y pregona republicanismo. Me extraña de algunos diputados del Pro que en el pasado solían quejarse del kirchnerismo…”.

“Demuestran que es mentira que son el cambio y muestran que son la vieja política que tanto aseguraron no ser. Realmente es un escándalo”, agregó.

En ese sentido, durante la sesión, la diputada dijo que “el kirchnerismo siempre ganó y nosotros siempre pataleábamos, pero ellos tenían el número. La prepotencia del kirchnerismo era la prepotencia del número que habían sacado en las elecciones. Yo no me quiero imaginar este Congreso con una mayoría de Cambiemos… Si esto logran hacer siendo nada más que la primera minoría, no me quiero imaginar de qué manera van a atropellar y llevarse por delante las instituciones”.

Desde el massismo, también acusaron al Gobierno hacer uso de “la chequera y los latigazos”, con lo que “se llevaron de las narices a los diputados de la UCR” y “a muchos justicialistas que se olvidaron de Perón, de Evita y de la defensa de los intereses de los trabajadores y la justicia social”. Esto en clara referencia al denominado bloque Justicialista, cuyos 17 integrantes ayudaron –tras negociar algunos cambios- a aprobar los mencionados proyectos.

Precisamente, desde ese bloque le manifestaron su malestar a iProfesional y consideraron que será un año parlamentario “complicado”.

En ese punto, destacaron que puede marcar un quiebre en la relación si el Gobierno continúa manteniendo la famosa “escribanía”, en referencia a la práctica que popularizó el kirchnerismo, consistente en aprobar los proyectos tal cual los enviaba el Poder Ejecutivo, sin posibilidad de debate. 

Además, agregan que el decreto “fue una especie de venganza” por los episodios de diciembre, en el que se opusieron a los cambios en los cálculos de movilidad jubilatoria.

En el fondo, parte del massismo siente que el oficialismo los “ningunea” y que ya no serán tenidos en cuenta ni oídos a la hora de impulsar modificaciones.

Y, vaya paradora, coinciden -en este caso- con lo señalado por el Frente para la Victoria ya que la maniobra del oficialismo “deteriora el Estado de Derecho y calidad de las instituciones”, pero desde el kircherismo fueron más allá y agregaron que “a Cambiemos no le interesa el funcionamiento del Congreso de la Nación, la intención del gobierno de Macri es gobernar por decreto”.

Desde el bloque Justicialista no ven con preocupación a esta situación. Consideran que lograron “ponerle un freno” a varias de las medidas impulsadas por el Poder Ejecutivo en el denominado decretodesburocratizador ya que sin esos cambios, no lo hubieran apoyado de ninguna manera.

El tucumano Pablo Yedlin consideró “bochornoso” el decreto ómnibus, pero valoró que se hubiera convertido en “lo que debió ser”. “Celebramos que el oficialismo no tenga mayoría en esta Cámara, que se dé marcha atrás en muchas ideas”, dijo, destacando los cambios formulados en el texto original. “En definitiva, hemos aportado racionalidad al debate”, sintetizó.

En el Senado, tanto el oficialismo como el peronismo “dialoguista” tienen 25 legisladores. Esto, si bien podría representar un peligro para el macrismo, no lo es tal porque el bloque de Miguel Pichetto suele responder a los pedidos de los gobernadores que -en los últimos tiempos- se mostraron cercanos a los pedidos de la Casa Rosada.

Esta situación se acentuó luego de la firma del Pacto fiscal, en el que los mandatarios provinciales se comprometieron a reducir el déficit y a no incrementar la planta de empleados públicos a cambio de dinero para infraestructura.

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