Daniel insiste con ser candidato: Capitanich no quiere equivocarse

Daniel insiste con ser candidato: Capitanich no quiere equivocarse

El intendente de Campo Largo parece no haberse notificado de aquel fuerte llamado de su hermano respecto de lo inconveniente de perpetuar apellidos en el poder. Y fortaleció su precandidatura para suceder a Jorge hasta 2019.

Pareciera que a Daniel Capitanich no le llegó el telegrama colacionado que, a viva voz, reiteró en distintas oportunidades su hermano Coqui sobre la inconveniencia de las dinastías familiares en el poder, una regla que en su momento sirvió para denostar al clan Bacileff Ivanoff y que ahora se rompe para que el montenegrino galvanice su liderazgo más allá de los resultados electorales.

A poco de cumplirse el cierre de listas para las elecciones PASO del 24 de mayo, el hermano Daniel lanzó su candidatura a la Gobernación con un nutrido acto en la sede partidaria de la calle Mitre, rodeado de militantes del ala dura coquista pero con la ausencia del presidente partidario y gobernador.

Es que hasta el momento Jorge Capitanich mantiene por lo menos ante la vista pública una neutralidad exasperante para la dirigencia justicialista en su conjunto, esperanzada en que la bendición del máximo exponente del PJ provincial a alguno de los postulantes finalmente marque tendencia y conduzca al electorado a respaldar una figura que debería convertirse en «el hombre de Coqui».

El desafío principal de Jorge Milton es retener las riendas del poder partidario y sabe que nada le garantiza mejor ese objetivo que hacerse fuerte en el principal distrito electoral de la provincia donde se librara la madre de todas las batallas.

La imparcialidad del gobernador impacta en toda la estructura del PJ pero especialmente en su línea interna, donde hace peligrar el acuerdo con el senador Eduardo Aguilar, hasta hace un tiempo su indiscutido delfín y hasta el día de hoy custodio de la banca nacional a la que el actual mandatario iría al finalizar su mandato en caso de no postularse para la Intendencia de Resistencia.

¿Qué pensará Aguilar de la postulación del otro Capitanich? Posiblemente sienta lo que la mayoría: la presencia del hermano Daniel en la grilla de competidores de la carrera al poder es algo que genera preocupación, por ahora sólo eso.

A pesar de los corrillos de tenor crítico que se dejan oír en las catacumbas del poder, el primer mandatario confía en una libre flotabilidad de por lo menos cinco precandidatos que hacen su propio juego más cerca o más lejos de Casa de Gobierno pero convencidos de su potencial para dirimir pleitos en las primarias aunque la máxima autoridad provincial no se defina nunca.

Ese plan, de continuar como hasta ahora, resulta desmovilizador para muchos peronistas que anhelan un compromiso más profundo de Coqui con las estructuras del PJ, acostumbradas al verticalismo de los liderazgos fuertes y no a la horizontalidad imperante, en la que ni siquiera su propio hermano obtuvo un guiño de aprobación.

Después está la otra variante: Daniel Capitanich sin dudas habla en privado con su hermano gobernador y no resulta descabellado pensar en un acuerdo reservado para que se presente en las PASO sin la aspiración de sucederlo, sino para romper la polarización que podrían generar los nombres de Domingo Peppo y Eduardo Aguilar.

El ex titular de Vivienda y el actual senador tal vez sean hoy los aspirantes con mayores chances de llegar a las elecciones generales encabezando la fórmula del oficialismo por sobre otros nombres menos taquilleros como el de José Mongeló y hasta el del propio Darío Bacileff Ivanoff a quien -ahora- ya nadie toma en serio.

El hermano Daniel llegaría a las PASO como un factor de disociación entre los precandidatos que, finalizada esa contienda preliminar, podrían acordar un tándem a espaldas del jefe partidario y dejar a la fórmula del PJ sin una representación coquista de pura cepa algo que no resultaría fácil considerando la experiencia y la muñeca de quien juega su destino político en esta compleja elección, que de pronto se volvió difícil.

Un error y grave se cometió. Al tumbar la fecha del 8 de marzo la modificación debió haber llevado la fecha a la segunda quincena de julio, lo lógico, conforme al espíritu de las PASO y que hubiera permitido que el líder del peronismo chaqueño disponga de margen de acción para lo cual requiere tiempo algo que por estos días le está jugando en contra.

Allí interviene el factor Daniel, con un apellido consagrado que sin dudas atraerá votos en detrimento de Peppo, Aguilar y todos los demás aspirantes. En ese caso el resultado de las elecciones primarias simultáneas podría ser muy distinto más allá de que el hermano gubernamental quede primero, segundo o incluso tercero por una razón muy simple: partirá la torta electoral en más porciones y el ganador de las PASO tendrá menos poder intrínseco.

Un candidato a gobernador con menos brillo resulta funcional a la meta de fondo que persigue Capitanich, que es su propia continuidad en la jefatura del Partido Justicialista. Allí cobra sentido esa idea que -aseguran quienes lo conocen- ronda su cabeza desde hace meses: consagrar un gobernador débil, dependiente de su liderazgo, mientras él se instala en la Municipalidad de Resistencia para convertirse en el poder detrás del nuevo gobierno.

En todo este contexto queda su discurso, su palabra y su compromiso respecto a las llamadas dinastías y las portaciones de apellido, algo de lo que ahora no resulta fácil volver.

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