"Nos daban un bolsón por el voto, ahora queremos un terreno por el voto"

El ventarrón del norte no le impide a la gente preparar el guiso del mediodía en la olla puesta sobre el fuego, en lo que antes era una canchita de fútbol y en la que ahora, uno de los arcos sirve de soporte para sostener una lona que resguarda la mesa del almuerzo.

 

"No quiero que nadie me regale nada, quiero pagar por el terreno, si nunca tuve nada para mí ni para mis hijos, así que yo le pido al Gobierno que me deje pagar por este lote", expresó un joven de unos 27 años mientras alambraba su terreno sobre la avenida Los Terebintos.

Unos pasos más adentro de las manzanas usurpadas, que son propiedad de un hombre de apellido Ruzo, una mujer de unos 40 años asegura que usurpó "para dejarle algo a mi hijo, que es desocupado y que no tiene plata para pagarse un alquiler".

La usurpación cometida el domingo, en la que la gente se organizó por medio de una página de Facebook y mensajes de Wasap, se extendió ayer a una canchita de fútbol que está cruzando una calle paralela a la avenida Choya.

Allí se instaló un joven albañil que le dijo claramente al cronista de este diario que "me tuve que quedar a dormir acá para que no me quiten el terreno. Anoche ya había chicos que estaban rondando la zona en moto para sacarnos los lotes".

Sin ocultar su situación, contó que tiene 3 niños pequeños, que vive de su trabajo como peón de albañil, que paga un alquiler de más de $1.500 por una casa diminuta en el barrio Eva Perón y que está dispuesto a "darle mi voto a la Gobernadora, si ella me da el terreno. Porque antes nos daban un bolsón (con alimentos) para que los votáramos, pero con estas personas hay que negociar así: ahora queremos que nos den este terreno, y yo les doy el voto".Otra joven, madre soltera y con una pequeña, con menos pretensiones señaló que se "hartó" de concurrir al Instituto Provincial de la Vivienda y la Secretaría de la Vivienda para pedir una casa o materiales para construir. Ni siquiera entró con los requisitos del PROCREAR.

"Es absurdo que me digan en el IPV que la prioridad la tienen las familias con 3 hijos o más. Es decir que yo tendría que tener más chicos para poder llegar a una casa", manifestó. 

 ANTECEDENTES

Hasta octubre del año pasado, el director de Catastro de la Municipalidad, Pedro Monferrán, estimó que había alrededor de 26 asentamientos ilegales en toda la Capital, que contenían a unas 5 mil familias que usurpaban terrenos o viviendas.

La mayoría de las personas que tomó terrenos en forma ilegal tanto en el norte como en el sur de la Capital, son familias jóvenes, sin posibilidad de acceso al crédito porque no tienen trabajo fijo, desocupados y estudiantes universitarios.

La jurisdicción del norte de la Capital es el sitio donde mayor número de usurpaciones se registra. A pocos metros de los terrenos usurpados el domingo está el asentamiento La Esperanza, donde hay incluso un barrio a medio terminar que fue usurpado por unas 80 familias.

La práctica habitual del Estado provincial frente a las usurpaciones es la de legitimarlas luego de que ocurren, con la compra de los terrenos en disputa o bien con un acuerdo con los propietarios, para que se permita a los usurpadores el pago de los lotes en cuotas. Esta práctica se está poniendo en marcha, incluso, con los terrenos de la empresa Claro.

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