¿Qué opina de los primeros seis meses del gobierno de Vidal?

-Extraordinarios. A María Eugenia la conocía bastante, pero no era amigo, ni mucho menos; no podía decir demasiado. Ahora, que la trato con frecuencia, semanalmente en las reuniones de Gabinete y en las giras, te digo que es tremendamente completa, y por eso tiene la aceptación que tiene. Es una muy inusual combinación de inteligencia, conocimiento, capacidad y sensibilidad. Por si fuera poco, hay que tener en cuenta la orfandad en la cual asumió. Por ejemplo: tardó cuarenta días en tener internet. Y además afrontó a poco de asumir una situación personal (N de la R: por la separación de Ramiro Tagliaferro). Vidal está de-jando la vida, pero no desde un concepto heroico-mesiánico. Junta gente, hace que trabajen en equipo, sigue los temas, te llama, te pregunta, te corre el arco y coordina con Nación. Pero, como ella dice, estamos recién empezando, tratando de cambiar un ciclo de abandono de muchos años. 

-¿Estos seis meses “extraordinarios” catapultan a Vidal a romper ese histórico maleficio que no permite ganar una 

elección presidencial a un gobernador bonaerense?

-Estamos a años luz. Imposible hablar de eso. 

-Cada vez que Marangoni hablaba del Bapro de la Gobernación de Scioli, todo era muy bueno… 

-Lo primero que encontré fue el agujero. Faltaban 30 mil millones de pesos, más de tres veces el patrimonio neto del banco. Este es un banco que más 

o menos desde 2001 es seguido cotidianamente por el Central, preocupado porque sus parámetros son distintos a la media de los bancos. En diciembre, el Banco Provincia llegó a estar monitoreado a diario por el Central por problemas de liquidez. ¿El porqué? La Provincia se llevó la plata para pagar sueldos. Reconozco de la gestión anterior y de la de Guillermo Francos que empezaron con un impulso de modernización tecnológica y que le dieron cierto dinamismo a la colocación de préstamos. Pero el precio que pagaron fue altísimo. La foto del 31 de diciembre, el día que a mí me nombran, era la de un banco insostenible. En ese camino no se podía seguir. No se podía continuar colocando fuertemente sin tener la plata para hacerlo. Un banco son dos columnas: los depósitos y los préstamos. No puedo prestar lo que no tengo. El requisito número uno de un banco público es que no pierda plata. Podés perder en una operatoria, pero no en todas. 

-¿Cómo es el mano a mano del banco con los municipios?

-Nos están pidiendo apoyo para la compra de maquinaria para hacer distintas obras, desde caminos rurales hasta bacheo. Tanto la empresa de Leasing como el propio banco están receptivos a eso, aunque, por supuesto, hay que estudiar caso por caso. En la medida que podemos tratamos de ayudar. Los municipios son como socios estratégicos del Bapro.