Cupo femenino en el Poder Judicial: entre el reclamo legítimo y la campaña mediática

Cupo femenino en el Poder Judicial: entre el reclamo legítimo y la campaña mediática

¿Cuántas mujeres integran la mesa judicial de Cambiemos? ¿Cuantas mujeres fueron elegidas en estos tres años para ocupar puestos relevantes? El proyecto de Elisa Carrió para establecer un cupo de 30% de mujeres en la Corte Suprema, las cámaras federales y los tribunales parece más una provocación con supuestas buenas intenciones que una medida real para renovar el Poder Judicial.

 

Lo que Lilita sostiene es que la Corte Suprema debería contar con por lo menos dos mujeres de los cinco puestos que hay disponibles y que en el resto de los fueros nacionales y federales, se debe implementar un tercio de mujeres en sus integraciones.

En la actualidad, la disparidad en el acceso a los puestos de poder está más que clara en el todo el sistema de administración de justicia: hay un 56% de mujeres dentro de la estructura pero sólo representan un 44% de las juezas, fiscalas y defensoras. Y aquí vale agregar que la situación se balancea porque la Defensoría General es el único de los organismos que tiene mayor cantidad de mujeres que de hombres en puestos de liderazgo.

 

También hay que remarcar que dentro del Poder Judicial y del Ministerio Público Fiscal, las funcionarias son mayoría. Entonces, ¿Por qué no llegan? ¿Se alienta de alguna manera que las secretarias se presenten a los concursos? ¿Contempla el proyecto de Carrió alguno de estos tópicos o propone alguna solución? La respuesta no les sorprenderá.

Dentro de la estructura judicial, el momento de dar el salto hacia cargos de poder coincide con el comienzo de la maternidad y la escolaridad de los y las hijas. Como en el resto de los ámbitos, las tareas de cuidado recaen casi mayoritariamente en las mujeres, por lo que se "atrasan" en la carrera judicial. Aún son muchos los jueces que bloquean el ascenso de sus subordinadas porque no quieren "una secretaria que esté un año de licencia".

Mientras el proyecto de Carrió podría ser considerado progresista -"la perspectiva de género que las mujeres juezas puedan imprimir en la resolución de cada caso sin dudas colaborará a lograr progresivamente la igualdad en todos los ámbitos referidos”-, lo cierto es que nada dice de cómo se implementaría ese concepto denominado perspectiva de género. ¿O acaso una mujer, sólo por el hecho de ser mujer, tiene concepto de género?

Tampoco se vislumbra ni se menciona algo clave: el Consejo de la Magistratura. ¿Qué se les pregunta a las y los aspirantes a jueces que pasan por allí? ¿Hay preguntas sobre femicidios, sobre género, sobre cómo abordar a una víctima de violencia? La clave para tener más y mejores juezas -y más y mejores fiscales desde la Procuración General- tiene que salir también desde los lugares en los que se las selecciona y examina.

 

Por otro lado, en la misma semana en que Carrió decide reflotar el tema, el presidente Mauricio Macri y el jefe de Gobierno salen a criticar -de manera demagógica y sin haber leído el expediente- a una jueza que tomó una resolución que va en contra de su postura ideológica. El pedido de juicio político ya está en marcha. Ironías.

Cuando Macri tuvo que elegir integrantes de la Corte Suprema, eligió dos hombres. Cuando envío los pliegos al Senado para la integración de la poderosa Cámara de Casación Federal también prefirió todos hombres. En la nueva disputa por la Cámara Electoral -donde una mujer salió primera en el concurso- parecería ser que también optará por un hombre. Como diría Christine Lagarde: estás corto de mujeres, Mauri.

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