El culto al bajo perfil

El culto al bajo perfil

El jefe de Gabinete porteño, Felipe Miguel, se convirtió en cuatro años en una de las personas de mayor confianza de Horacio Rodríguez Larreta. Aunque prefiere mantenerse bajo el radar de los medios, su nueva desginación lo llevará a tener mayor exposición mediática.

Diciembre de 2011 encontró al actual jefe de Gabinete, Felipe Miguel, en una situación particular. Hacía tiempo que colaboraba con los equipos técnicos del PRO, de los cuales muchos de los integrantes habían intentado que pegara el salto desde la rama privada hacia la pública. El 11 de ese mes, tomó la decisión. Dejó su cargo en la aseguradora Boston y comenzó a prestar funciones como jefe de asesores de Horacio Rodríguez Larreta, que por ese entonces ocupaba el cargo que él ejerce ahora.

 

Abogado egresado de la Universidad Católica Argentina, con un máster en Administración de Negocios de la Universidad de Darden, en Virgina, Estados Unidos, es uno de los máximos cultores del bajo perfil en el gobierno porteño. No es fanático de los flashes, ni de las apariciones mediáticas. Aunque no son pocos los que vaticinan que ante sus nuevas responsabilidades deberá comenzar a tener una mayor exposición.

Casado, padre de cuatro hijos, de los cuales una es mujer, fanático de los deportes, en especial del fútbol y el polo, procura mantener, según varios de sus allegados, una vida familiar plena.

Su regreso luego de sus estudios en el extranjero lo encontraron trabajando para varias firmas, entre ellas Boston Cía. Argentina de Seguros, SDM Consulting Group, Led Argentina y Pull Argentina. La mayoría de ellas dedicada a la tecnología, la información y a la importación de maquinaria agrícola.

El G-25, usina de captación de profesionales del sector privado que desarrollaron los actuales ministros de Transporte y Educación, Guillermo Dietrich y Esteban Bullrich, respectivamente, fue su puerta de ingreso. Primero, mientras se desempeñaba en el área privada, se acercó para dar algunos consejos y opiniones sobre diversos temas. La presión, en el buen sentido como recuerdan varios de los participantes, para que pasara a las filas del PRO fue demasiada. Los que lo conocen sostienen que siempre “tuvo vocación política”, y que ese fue el momento justo para que pegase el salto a la función pública.

Con la nueva gestión de Mauricio Macri en la Ciudad selló su desembarco. Rápidamente comenzó a tener una gran relación con Rodríguez Larreta, en especial con su hermano, el actual vicepresidente del Banco Provincia, Augusto. Ambos son amigos y comparten muchas actividades en la Comuna 14, Palermo.

En el seno del macrismo destacan su parecido, en las formas, con Rodríguez Larreta, aunque también sostienen que no era un persona habitué de Uspallata, ya que tenía una labor más externa.

El ascenso de Miguel en las filas del macrismo fue meteórico. Casi de inmediato se convirtió en uno de los hombres de máxima confianza del ahora Jefe de gobierno. Es, junto al ministro de Energía, Juan José Aranguren, uno de los “mejores descubrimientos en el ámbito privado”, como definen en el PRO.

Cultor al extremo del bajo perfil, considera que su trabajo habla por él, con la nueva modificación de la ley de Ministerios gozará de mayores atribuciones que su jefe político, del cual remarcan que es “100% leal a Horacio”.

Pero su buena relación no es solamente con el nuevo titular del Ejecutivo porteño, Miguel también cosecha elogios desde Balcarce 50. “Además de contar con el visto bueno de Mauricio (Macri, presidente de la Nación), tiene el de Nicky (en referencia al empresario de la

construcción Nicolás Caputo)”, señaló una de las personas más cercanas a Miguel en el macrismo. Los elogios del alter ego de Macri tienen de por sí un peso mucho mayor que el de varios de los ministros.

Sin embargo no todo es color de rosa, como consecuencia de su labor en carácter de asesor externo deberá enfrentar dos situaciones, la primera, comenzar a ser conocido dentro de Uspallta. La mayoría de los empleados conoce su nombre, pero desconoce su cara. La segunda será la creación de su equipo de trabajo. Boca, el club de sus amores, siempre se encuentra presente. No le escapa a las definiciones sobre el Xeneize. Para él, el ex delantero y máximo goleador histórico del Club de la Rivera, Martín Palermo, es el ídolo más importante de la institución. Conocedor de la interna que protagonizó el “Titán” con uno de sus ex compañeros de equipo, Juan Román Riquelme, sostiene que a éste último “hay que estarle agradecido por todo lo que dio”.

La gestion en la Ciudad

En lo que respecta a su forma de gestión, en el PRO remarcan su compromiso. “Es tan o más detallista que Horacio”, explican. Lo cierto es que luego de cuatro años bajo el ala de Rodríguez Larreta, Miguel sabe con lujo de detalles cuáles serán sus principales funciones. “Históricamente Horacio tuvo tres labores como jefe de Gabinete. La primera fue estar en la gestión diaria, la segunda, convertirse en el armador político en la Ciudad y la tercera, ser el vocero del Gobierno. Felipe hará un poco de las dos primeras”, sintetizó uno de los actuales ministros que estuvo en el tintero para ser el jefe de Gabinete.

Integrante de la mesa chica de Rodríguez Larreta, comparte dicho espacio con el ministro de Ambiente y Espacio Público, Eduardo Macchiavelli, el titular de la cartera de Desarrollo Urbano y Transporte, Franco Moccia, el secretario de Trabajo de la Nación, Ezequiel Sabor, y Néstor “el Turco” Abbas. Con los dos primeros mantuvo, desde la victoria en el balotaje porteño, una disputa por ser el sucesor de Rodríguez Larreta. “Es una persona muy inteligente, muy trabajadora. Empezó hace poco en el PRO pero sabe hacer las preguntas correctas para tomar las decisiones”, explicó una calificada fuente partidaria que recientemente comenzó a tener más trato con Miguel. Dentro de sus tareas para el ejercicio 2016 se destacan, entre otras, el control a las obras de la Villa Olímpica y el arroyo Medrano

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