Seis meses después del crimen de Leda Fabiana Raimundi, Lucrecia Ledesma atribuiría la tragedia a Mario Rojas y, en orden decreciente, a Gabriel Brandán, Yolanda Giménez y hasta a su propia pareja, Guillermo Pereyra.

Así lo adelantó anoche una alta fuente judicial, señalando que la mae romperá el silencio ante el juez Ramón Gómez.

De los cinco detenidos acusados por el homicidio, sólo resta conocer la versión de la mujer.

Su posición no es la mejor. Rojas, Brandán y Pereyra le endilgan la voz de mando la noche del 14 de junio y de drogar y acuchillar a Leda.

Frente al juez, Ledesma revelaría que junto con su hijo, Luis, esperaron en el auto cuando Rojas y Brandán descendieron a la mujer.

Sus dardos irían directo a la estrategia de Rojas, a quien atribuiría ser instrumento de algún pai umbanda con añejo rencor.

Añadiría que conoció a Rojas 72 horas atrás y que él le pidió idear un autorrobo para erigirse como héroe con Leda, su ex, como último y desesperado recurso para salvar su amor.

A criterio de la detenida, supo que Rojas (versión de Pereyra, mediante) luego iba a convencer a Leda para no denunciar nada.

Rojas sugeriría a la docente evitar todo problema policial, teniendo en cuenta su condición de docente, madre y divorciada.

“Esa noche Rojas no se comunicaba conmigo. Por celular, enviaba sms a Pereyra. Ignoro el porqué”.

Según la mae, “el crimen no tiene nada de umbanda; sí quizá pasional. El tema umbanda fue impuesto por la policía y mi comadre Yolanda Giménez”.

“Eran amantes”

La mujer agregaría que Rojas y Giménez eran amantes y que mantuvieron una comunicación rara la madrugada del 15.

“¿Ya hiciste lo que tenías que hacer”?, habría interrogado Giménez a Rojas, según confiaría la mae al juez.

Entre otros aspectos, la mae manifestaría al juez que el viaje de Santiago a Robles fue tranquilo.

Que ignoraba los planes de Rojas y que el fatídico descenlace sólo es conocido por Rojas y Brandán, ya que ambos bajaron a Leda en Robles y la abandonaron en la oscuridad.

Ciencia

A sabiendas de que la versión de la mae por sí sola resulta insuficiente, su abogado, doctor Emiliano Aguirre, después haría varios planteos.

Requerirá a la Justicia que coteje el puño de su cliente con el golpe que habría causado la tragedia.

El letrado tiene la certeza de que el resultado mejorará la situación de Ledesma.

También se la acusa de inyectarle alguna droga. Desde Salta se acaba de descartar la presencia de cualquier sustancia tóxica en el cadáver.

También algunos acusados afirmaron que Leda murió por una puñalada, en manos de la mae.

Aguirre alegará lo contrario, ya que la autopsia no descubrió herida alguna con tales características en el cuello.

Con la detenida impermeabilizada de las sospechas más durísimas, la lógica deja entrever que Ledesma emergerá del actual abismo judicial, aferrándose a una duda razonable para pelear en el juicio oral del 2013.