La cueva de ñoquis de La Cámpora

La cueva de ñoquis de La Cámpora

La agencia de noticias oficial Télam triplicó su plantilla de personal con militantes rentados que forman parte de la agrupación que conduce Máximo Kirchner. Acólitos de Cristina sin formación o preparación que dilapidan millones de pesos al año del erario público.

 

Por estas horas hay una tremenda avidez en las mentes oficiales por dejar su fruto en el Estado nacional, lo que los lleva a cometer todo tipo de dislates con el manejo del dinero público, dilapidando cientos de millones de pesos para pagarle a militantes rentados de La Cámpora cuantiosos sueldos por tareas que no pueden justificar de ninguna forma.

Una de esas situaciones se vive hoy en la agencia de noticias oficial Télam, que desde que el kirchnerismo se hizo cargo allá por mayo del 2003, ha casi triplicado su cantidad de personal, con el agravante de que la mayoría de ellos corresponde a adherentes a la agrupación juvenil K que no cumplen ninguna clase de tareas efectivas dentro de la agencia.

De los 435 empleados que Télam tenía hace doce años atrás, hoy llegan a más de 1.100, lo que ha llevado a que el viejo edificio que tenía la agencia haya quedado chico, teniéndose que construir otro inmueble para abarcar a los militantes rentados que se dedican casi exclusivamente a fijar una postura política a favor del gobierno nacional y criticar con fiereza a la oposición.

Fabián “Conu” Rodríguez, titular de la agencia, fue incluso acusado en su oportunidad de haber sido la persona responsable de haber difundido públicamente la imagen del pasaje de Aerolíneas Argentinas rumbo a Israel que había tomado el periodista Damián Pachter luego de ser amenazado por haber dado a conocer la muerte del ex fiscal Alberto Nisman, demostrando un total desinterés por la ley.

Guarida camporista

 

La agencia pública se ha transformado en una cueva donde los seguidores de la agrupación que conduce Máximo Kirchner la han tomado como propia, con cientos de “ñoquis” camporistas, no permitiendo el pensamiento disidente (ver cuadro) y transfigurándola en una parte más del aparato de propaganda K.

En diálogo con Hoy, la presidenta de la Fundación LED (Libertad de Expresión + Democracia), Silvana Giúdici, afirmó que “el gobierno ha consolidado en Télam a través de miembros de La Cámpora, un organigrama de uso de los medios públicos como herramienta de propaganda partidaria del oficialismo".

La legisladora porteña electa por el PRO, señaló que “la función de Télam y de todos los medios públicos es lograr una pluralidad y diversidad de voces, dejando a todas las expresiones políticas y sociales levantar su voz. Nada de eso sucede hoy en día, donde sólo el oficialismo es el que se expresa en la agencia estatal”.

“Hoy vemos cómo Télam se ha convertido en un brazo más del aparato oficial al servicio de los intereses particulares del kirchnerismo, de su campaña política y de su constante hostigamiento hacia todos los sectores opositores, perdiendo sentido los medios públicos y su función social”, destacó Giúdici.

Una de las principales quejas es que la mayoría de los camporistas que han ingresado en la agencia oficial no cumplen tareas que tengan que ver con el periodismo, sino que por el contrario, sólo se dedican a tejer y armar campañas en contra de los principales referentes de la oposición.

El oficialismo, fiel a sus dictados de ir por todo, intentará dejar en Télam a toda una red de ñoquis de La Cámpora que sirvan a sus mezquinos intereses políticos una vez abandonado el poder el 10 de diciembre, buscando condicionar así al próximo gobierno en materia comunicacional.

 

El comisario comunicacional K

 

Como nunca antes, el kirchnerismo busca controlar todo lo que se dice o escribe en el país. Es así que amigos de la familia presidencial han acrecentado su poder en áreas comunicacionales con acciones casi ridículas.

 

Los medios es una de las obsesiones de Máximo Kirchner, de allí que el líder de La Cámpora haya puesto a un amigo de la infancia, como Hernán Reibel Maier, en la Subsecretaría de Comunicación Pública, con la intención de que no se le escape nada de lo que se dice en los medios públicos y privados amigos del poder.

 

Reibel Maier ejerce una especie de comisaría política comunicacional, revisando cada cosa que se dice o hace en Télam y los medios públicos, ejerciendo una autoridad que va más allá de las atribuciones del puesto que ocupa.

 

Además, es mencionado como el cajero de la agrupación K, aquel que maneja el destino de los dineros y es considerado una pieza clave en el andamiaje cercano al hijo presidencial.

 

Incluso su novia, Desiré Cano, fue nombrada por el empresario Cristóbal López como Gerenta General de Producciones Periodísticas del Grupo Indalo, que integran entre otros medios, el canal de cable C5N y Radio 10.

 

La obsesión oficial por controlar la palabra es tan grande, que lo lleva a cometer atropellos como estos, intentando así “bajarle línea” a los medios, no importando el método usado, sino sólo conseguir el fin deseado: hacer escuchar su voz y solo su voz.

 

Presión oficial

 

Tras las elecciones del 25 de octubre, la dirección de Télam, que comanda Fabián Rodríguez, ha comenzado a mandar una serie de e-mail a los trabajadores, en donde da a conocer las “virtudes” de Daniel Scioli por sobre Mauricio Macri, y los llama a votar por el candidato del FpV.

 

El periodismo militante que exige La Cámpora a los trabajadores de la agencia oficial es tan grande, que incluso en esos mensajes se llega a sugerir que si gana el candidato de Cambiemos, Télam puede llegar a desaparecer.

 

Se ha llegado incluso a poner carteles de propaganda oficial en las oficinas de la agencia, en donde se destaca que el 22 de noviembre no sólo está en juego el modelo de país, sino también las de las fuentes de trabajo que se han creado en la empresa a lo largo de la última década.

 

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