En un esfuerzo por distanciarse de las acusaciones de corrupción en su contra y generar una agenda positiva que logre reactivar la economía, el presidente brasileño, Michel Temer , presentó ayer un paquete de medidas para reducir el endeudamiento de las familias junto con una propuesta de reforma laboral tendiente a flexibilizar el mercado de trabajo, a la vez que negó que fuera a abandonar su cargo por las denuncias.

"¿Si pienso en renunciar? Confieso que no he pensado en ello", respondió durante una conferencia de prensa en el Palacio de Alvorada, donde fue cuestionado por las últimas revelaciones del acuerdo de delación premiada firmado con la justicia por ex ejecutivos de la compañía Odebrecht. Agregó que no tiene ningún problema con la operación Lava Jato, que lleva adelante las investigaciones del escándalo del petrolão, pero que las revelaciones constantes a los periodistas generan inestabilidad.

Según los trechos de las declaraciones de los empresarios que se filtraron a los medios, varios arrepentidos afirmaron que a cambio de sus favores para obtener contratos con Petrobras Temer recibió de Odebrecht sobornos por unos tres millones de dólares como donaciones a la campaña de 2014, en la que acompañaba a Dilma Rousseff como vicepresidente por la reelección. Además, el Tribunal Superior Electoral (TSE) lleva adelante una investigación por presunto financiamiento ilícito de esa campaña y por abusos de poder; de hallarse pruebas, la fórmula victoriosa podría ser anulada y Temer debería dejar el poder que asumió en septiembre, tras el polémico proceso de impeachment a Dilma.

"Si hubiera una sentencia definitiva, será acatada. Pero todo fallo puede ser y sería apelado", aclaró el presidente, para dejar en claro que piensa terminar su mandato en 2018.

Anteayer, Odebrecht y la petroquímica Braskem (en la que Odebrecht y Petrobras son socias) llegaron a un acuerdo con la justicia de Brasil, Estados Unidos y Suiza para pagar 3500 millones de dólares en multas por las coimas abonadas en 12 países, entre ellos la Argentina (ver Política).

Temer reconoció que su baja popularidad -la última encuesta de Datafolha la sitúa en un 13%- puede ser "desagradable", pero que no lo incomoda para gobernar, todo lo contrario. "La popularidad puede ser una jaula. Aprovecho esas bajas tasas para adoptar medidas necesarias, que un gobierno con amplia aprobación no podría ni proponer", resaltó, en referencia a la aprobación de su controvertida enmienda constitucional para congelar el gasto público por 20 años, la propuesta de reforma del sistema de jubilaciones y las medidas de reactivación y flexibilización laboral presentadas ayer.

Según el mandatario, el proyecto diseñado junto con empresarios y sindicalistas apunta a recuperar el crecimiento a través de la reducción del endeudamiento y la creación de empleos, y lo definió como un "bellísimo regalo de Navidad" para la clase media y trabajadora.

Entre los principales puntos propuestos se encuentran el recorte de las tasas de interés de las tarjetas de crédito; el permiso para que los trabajadores puedan utilizar sus fondos de garantía por tiempo de servicio -una suerte de seguro de desempleo- para el pago de sus deudas actuales; subsidios a las empresas que retengan empleados; la facilitación de contratos de trabajo temporario, y la extensión de la jornada de trabajo en hasta cuatro horas extras por día siempre y cuando la carga laboral por semana no exceda las 48 horas.

El proyecto será enviado con urgencia al Congreso una vez que termine su receso veraniego, en febrero. La expectativa del gobierno es que una recuperación de la economía, en inédita recesión desde hace dos años, traiga mayor calma política y social a Brasil. Sin embargo, los pronósticos económicos son aún negativos.

Una silla caliente

Michel Temer

Pesidente de brasil

Observado

Temer quedó más complicado luego de que un ejecutivo arrepentido de la constructora Odebrecht dijera a la justicia que pagó sobornos para financiar su campaña electoral