Los “cuentos chinos” del kirchnerismo

Por Osvaldo Pepe

Fueron postales perfecta s del kirchnerismo en retirada. El sábado Máximo Kirchner salió de su rol de monje negro en las sombras y habló en un acto público de La Cámpora. En un discurso avejentado pidió algo que la Constitución prohíbe, como es la re-reelección de Cristina.

Todo un Kirchner. El jueves, su madre y Presidenta, hizo algo así como de locutora de una publicidad de tarjetas de crédito, incluso a una la definió como “la más importante de todas”.

Lo hizo al presentar el programa “Ahora 12”. Es decir, la compra en planes de 12 cuotas sin interés en ciertos electrodomésticos y otros rubros, de jueves a domingo. Apuestan a reactivar el consumo y bajar la fiebre del dólar alto. Según Cristina, “hay que invertir en cosas que se tocan y se ven, el resto es cuento chino”.

En la semana que pasó se difundieron cifras alarmantes sobre la proliferación de la pobreza y de las villas, que en la década ganada crecieron como hongos tras la lluvia. También se conoció otro retroceso en materia de excelencia educativa, mediante un “INDEC educativo bonaerense” que disfraza los aplazos en la Primaria “para no estigmatizar” al alumno. Si hay que aplazar que sea con 4, 5 y 6 y no con 1, 2 y 3.

Cien por ciento kirchnerista.

¿Son cuentos chinos para la Presidenta que haya crecido en los últimos 13 años un 156% la población en las villas de la Ciudad, que se supone el distrito más rico de la Argentina? ¿Lo es que desde el Censo de 2010, en apenas 4 años, se disparara en términos explosivos ese crecimiento hasta alcanzar un 70%, de acuerdo a datos oficiales del gobierno porteño?

¿Es un cuento chino para la Presidenta que el 42,6% de los chicos del GBA vivan en la pobreza?

Es decir, que 1,3 millón de menores de 18 años no accedan a los bienes necesarios para una vida digna, en base a los datos de la Encuesta del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia para 2013 elaborado por la Universidad Católica Argentina, decercanía notoria con el papa Francisco?

¿Es un cuento chino para la Presidenta que en nombre de una presunta inclusión en las aulas, acaso para construir una estadística que es un falso reflejo de la realidad, se separe el concepto del aprendizaje del de la calidad educativa? ¿Es un cuento chino el mal desempeño de los alumnos en las provincias del noroeste empobrecido y feudal, con índices de repitencia altísimos? ¿O que el éxodo de las primarias estatales a las privadas continúe sin mengua? La estadística dura, no el cuento chino, dice que en los últimos diez años los colegios del Estado perdieron 333.274 alumnos y las privadas ganaron 218.086.

La Presidenta meneó, además, el fantasma de la violencia social y rescató la ley del nuevo canje de deuda para sortear la enrevesada sentencia de Griesa. Quizá se evite el default tan temido y se eluda ese fallo poco equitativo. Pero en pobreza y educación deficiente, en plena década ganada, la Argentina ya quebró.

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