Cuenta regresiva en el Senado de Brasil para votar si destituyen a Dilma

Cuenta regresiva en el Senado de Brasil para votar si destituyen a Dilma

La sesión que definirá el futuro del país comenzará en breve. Serán necesarios 54 votos para separarla definitivamente de su cargo. Una mayoría apoyaría su salida. La suspendida mandataria aguarda en el Palacio de la Alvorada.

 

 

Brasil cuenta los minutos con gran incertidumbre y espera que comience la sesión del Senado en la que se votará si la suspendida presidenta Dilma Rousseff es destituida o no. Para separarla definitivamente de su cargo será necesario el voto deuna mayoría calificada de 54 votos, equivalentes a dos tercios de las bancas del Senado.

La votación definirá lo que muchos analistas vaticinan: el desalojo definitivo de Dilma del poder y la confirmación de Michel Temer como presidente, que hasta hoy se desempeñó en ese cargo interinamente. Todos los sondeos de la prensa local apuntan a que en el Senado ya cuenta con esa mayoría.

Conteos efectuados por medios de comunicación locales encuentran que 52 senadores han dicho que planean votar por su destitución, mientras que 18 se oponen y 11 no han manifestado su posición al respecto. En mayo, la misma cámara votó 55-22 para suspenderla y hacerle un juicio político.

La votación será el corolario de un proceso que empezó en diciembre pasado y que ha sembrado una gran incertidumbre tanto en la política y el rumbo del Gobierno, como en una economía en una profunda recesión y casi paralizada desde hace meses. Dilma fue suspendida en mayo tras ser acusada de manipular las cuentas públicas para asegurar su reelección en 2014 y continuar con esa práctica al año siguiente. Ella niega los cargos y sostiene que el juicio es la herramienta escogida por una confabulación conservadora, liderada por Temer, para llegar al poder sin pasar por las urnas.

Dilma, según dijeron fuentes de su entorno, esperará la decisión que tomó el Senado en el Palacio de la Alvorada, la residencia oficial de la Presidencia que aún ocupa, pero que deberá desalojar en caso de que se confirme su destitución. Sus aliados han advertido que, si es destituida, llevarán el caso ante el Tribunal Supremo Federal, la máxima corte del país. Varias mociones en las que se solicitaban interdictos fueron interpuestas ante la corte a lo largo del proceso de juicio político, pero fracasaron.

Junto a ella estarán su antecesor y padrino político Luiz Inácio Lula da Silva y algunos dirigentes del Partido de los Trabajadores (PT), formación que llegó al poder en enero de 2003 y que ahora se ve frente a su mayor crisis, salpicada por corruptelas y frente a la posibilidad de ser relegada a la oposición otra vez.

Por su parte, Temer aguardará en el Palacio de Planalto, próximo a la sede del Parlamento, a la que se dirigiría por la tarde en caso de tener que asumir el cargo que ocupa interinamente desde el 12 de mayo, cuando se instauró el proceso y la mandataria fue suspendida de sus funciones.

Si así fuera, ya como nuevo presidente de Brasil, tiene previsto partir esta misma noche o durante la madrugada del jueves hacia China para asistir a la Cumbre del G20, que supondría su estreno en el ámbito internacional.

No obstante, y aunque pocos apuesten en ello, si Rousseff fuera absuelta de los cargos de irregularidades fiscales que justificaron el proceso, debería recuperar el poder hoy mismo, una vez que sea publicada la sentencia.

En ese caso, Temer volvería a ocupar la vicepresidencia, lo que todos los analistas consideran absolutamente inviable, debido a su pública y enconada enemistad con Rousseff, que lo acusa de forma abierta de "golpista" y lo considera el "jefe de la conspiración" que, según ella, pretende despojarla del mandato que le dieron las urnas.

 

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