Cuenta regresiva para el paro

Cuenta regresiva para el paro

Ante la suspensión de las negociaciones por parte del gobierno nacional, la Ctera anunció que, si no son convocados, los sindicatos anunciarán acciones directas. El secretario general del Suteba, Roberto Baradel, denunció que amenazaron a su familia.

Los gremios docentes advirtieron que podrían no comenzar las clases el 29 de febrero y reclamaron al Gobierno que reactive la paritaria nacional, tras denunciar que las provincias, al no tener el piso salarial definido ni saber cuánto aportará la Nación a través del Fondo de Incentivo Docente, mantienen suspendidas todas las negociaciones. A sólo seis días del inicio del ciclo lectivo, el panorama es así nada prometedor. La Ctera intimará legalmente al Gobierno a que reactive la paritaria. Si no son convocados, hoy los sindicatos anunciarán acciones directas.

En este tenso escenario, el secretario general del Suteba, Roberto Baradel, denunció que amenazaron a su familia. La intimidación fue enviada a su hija mediante un correo electrónico que ordenaba al dirigente firmar “la paritaria por el valor propuesto porque si no vos y tus hermanos van a ser boleta”. Esta amenaza se sumó a otros hechos de amedrentamiento que enrarecen el clima de las paritarias (ver aparte).

Esta mañana la Ctera va a intimar formalmente al Gobierno a que reactive la paritaria nacional. “Están incumpliendo la Ley de Financiamiento Educativo al negarse a hacer una propuesta sobre cuál va a ser el piso del salario. Vulneran también el principio de buena fe en la negociación”, señaló desde el gremio Eduardo López (de los maestros porteños de UTE- Ctera). La intimación será entregada al ministerio de Trabajo, como paso previo a ser presentada ante la OIT (Organización Internacional del Trabajo).

Denunciará, básicamente, la decisión de la Casa Rosada de dar marcha atrás con la oferta que había formulado el ministro de Educación, Esteban Bullrich. La propuesta hecha en la paritaria nacional la semana pasada consistía en duplicar el Fondo de Incentivo Docente y llevar el salario inicial –lo que cobra un maestro de grado que recién se inicia por un cargo de jornada simple– a 8500 pesos. Estos números implicaban un aumento del piso salarial del 40 por ciento.

El ministro hizo la propuesta de manera verbal a los sindicatos y luego la anunció a los medios. Sin embargo, el acta oficializándola nunca fue firmada por Bullrich. En cambio, el gobierno nacional desanduvo sus pasos y planteó que primero los maestros debían acordar las paritarias provinciales. Por si hacía falta, el viernes Macri volvió a ponerle un techo del 25 por ciento a la paritaria. “Yo como presidente no tengo ningún docente”, declaró en Córdoba, aludiendo a que desde los ‘90 la educación está transferida de la Nación a las provincias; “las que tienen (que pagar los sueldos) docentes son las provincias. Todas han marcado que no pueden poner más del 25, y muchas dijeron que pueden poner menos”.

Lo concreto es que, a partir de entonces, tampoco las negociaciones en las provincias avanzaron: todo quedó en stand by. La mayoría de los gobernadores no llaman a continuar las paritarias porque no saben con cuántos recursos de Nación contarán para pagar los sueldos (una parte es cubierta por el Fonid y otra por recursos que la Nación acuerda no oficialmente con cada gobernador). En la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, la administración de María Eugenia Vidal había ofrecido un 24 por ciento antes de la propuesta de Bullrich; después, suspendió las conversaciones. En la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta hizo una sola reunión paritaria hace diez días y propuso un 22; tampoco volvió a llamar todavía a los gremios.

La intimación a reactivar la paritaria nacional tiene fundamento en la Ley de Financiamiento Educativo (26.075), de 2005, y el decreto que la reglamentó en 2007. Según explicaron en Ctera, estas normas establecen que la paritaria nacional docente “debe acordar la retribución mínima de los trabajadores. Es decir que un análisis lógico de la norma es que primero se acuerda el mínimo nacional y después las paritarias provinciales. Por eso las declaraciones del ministro Bullrich sobre que se vaya cerrando primero en las provincias es un contrasentido y una violación al espíritu de la ley y su decreto reglamentario”, señaló López.

Sobre el inicio de las clases, todo el arco gremial coincide en que su inicio a término está en serio riesgo. “El escenario es difícil porque lo que ha pasado es nunca visto”, definió Sergio Romero, de la Unión de Docentes Argentinos (UDA). “Entendemos que aquí las paritarias libre no existen, ya que el gobierno está tratando de imponer una proyección de la inflación anual del 25 por ciento, pero el traslado, la vestimenta, la alimentación y los impuestos han aumentado todos por encima del 25. Tratar de recomponer el salario por ese número, como pretende, es imposible”.

“Esto ha paralizado a todas las provincias”, completó Mirta Petroncini, de la FEB. “Si Nación no acuerda un piso, ¿cómo van a acordar las provincias? Es una postura inédita e irresponsable.”

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