La Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires señaló que entre 2011 y 2014 el gobierno porteño invirtió en la cuenca Matanza Riachuelo más de $1.653 millones. Aunque el organismo de control indicó que “no hay identificación presupuestaria de las acciones que integran el Plan Integral de Saneamiento (PISA), se está trabajando en ello”.

 

Es que el fallo de la Corte Suprema de Justicia, que ordenaba el saneamiento del curso de agua, establece que “para facilitar el control público de los fondos, la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR) debe asignar un código de identificación a las partidas presupuestarias que tengan relación con la ejecución del programa”.

Según lo acordado entre ACUMAR y la Auditoría General de la Nación (AGN) “cada una de las jurisdicciones debe tener su identificación a fin de realizar su seguimiento y monitoreo”. En la Ciudad, “el código es el 60” y el organismo de control local destacó que “su generación –aunque tardía- provocó una mejora”.

El informe de la AGCBA, aprobado en 2016, expone cuánto dinero gastó el gobierno porteño por año y por línea de acción del PISA.

 

La Urbanización de villas y asentamientos y el Ordenamiento territorial (vinculado a la recuperación de espacios públicos para mejorar las condiciones habitacionales) son las dos áreas en las que la Ciudad realizó una mayor inversión.

Llama la atención que para la línea de acción 9, Expansión de la red de agua potable y saneamiento de cloacas, no se gastó dinero ni en 2011 ni en 2012, mientras que al año siguiente se invirtieron $2,4 millones y en 2014, unos $18,8.

En cuanto a Educación Ambiental, hubo un crecimiento de la partida presupuestaria, en 2013 se le destinaron $177 mil y en 2014 se gastaron $24.8 millones.

La limpieza de márgenes y del camino de sirga es otra de las líneas de acción del PISA. Para esta última, ACUMAR trabaja desde la coordinación de ordenamiento territorial y al respecto la Auditoría porteña destaco que “se logró recuperar el paso entre los puentes Nicolás Avellaneda y Pueyrredón, se incorporó la forestación de toda la margen y se están generando espacios públicos con la instalación de plazas”. A esto, agrega el informe, se suman “las tareas que diariamente se realizan en las márgenes y el espejo de agua”.

La AGCBA señala que “todas estas acciones comienzan a apreciarse en la ribera del Riachuelo” y están “íntimamente relacionadas con la relocalización de personas que habitan sobre la cuenca”.

Por otro lado, el informe detalla cuánto dinero destinó por año la Ciudad de Buenos Aires para el Fondo de Compensación Ambiental, que administra la ACUMAR y que “va prioritariamente a la protección de los derechos humanos y a la prevención, mitigación y recomposición de los daños ambientales”.

En el período 2011-2014 la Ciudad de Buenos Aires aportó $120,5 millones que se distribuyeron de la siguiente manera:

 

El presupuesto de 2014 “representa un incremento del 70.5% en relación con el ejercicio 2013 y de un 78% frente al 2011 y 2012”.

Por último, para aquellas actividades que se ejecutan en la Cuenca pero que “no pueden identificarse con ninguna línea de acción, aunque contribuyen a cumplirlas” existen las Acciones complementarias para las que la Ciudad invirtió $3.600 millones.