Cuando las luces se apagan, la ciudad muestra su peor cara

Cuando las luces se apagan, la ciudad muestra su peor cara

La inseguridad y el vandalismo afean el paseo urbano, imponiendo vidrieras blindadas con cortinas metálicas. Este escenario atenta contra el interés de convertir la capital en un polo de desarrollo turístico y comercial

Cuando los negocios cierran al público, la ciudad muestra la peor de sus facetas. Pese a todos los esfuerzos y las millonarias inversiones que se realizan para embellecer cada uno de los espacios de Capital y conformarla en un polo de atracción turístico y comercial, la delincuencia y el vandalismo siguen siendo determinantes en la arquitectura urbana.

Las vidrieras que en otras épocas estaban iluminadas y seguían exhibiendo para los caminantes nocturnos sus productos, ahora lucen con cortinas metálicas o chapones encadenados, grises y apagados, que repelen la mirada. Sobre los mismos, grafiteros, tribus urbanas, agrupaciones políticas y rebeldes imponen sus firmas y pintadas o expresan sus ideas o broncas contra el sistema.

Basta hacer un recorrido por la avenida San Martín y las calles que la interceptan para encontrar sobrados ejemplos de esta situación. Un inconveniente cada vez más difícil de resolver y que atenta contra el obstinado afán de transformar el microcentro en una Ciudad Maravillosa, que seduzca a viajeros y mendocinos a disfrutar de sus tiendas, de la gastronomía y las actividades artísticas.

Al mismo tiempo obstaculiza el objetivo de darles batalla a los shoppings y malls al convertir la ciudad en un centro comercial a cielo abierto tal como impulsan, desde 2015, la Federación Económica de Mendoza (FEM) junto con la Cámara Empresaria de Comercio, Industria, Turismo y Servicios de la Ciudad de Mendoza (Cecitys) y la Municipalidad de Capital.

Juan Retali, gerente del Centro Comercial a Cielo Abierto, precisó que no es bueno para las metas comerciales que se extienda este aspecto que adquieren los negocios cuando comienzan a blindarse contra la inseguridad. "Se rompe el concepto de la ciudad como un lugar para pasear y el espacio adquiere una imagen horrible y sin vida", apuntó.

Retali lamenta que cada vez más propietarios coloquen cortinas para frenar robos y que el aumento de las tarifas de la energía limite el tiempo en que permanecen iluminadas las pocas vidrieras que aún exhiben sus ofertas. Sobre ambos aspectos, señaló como solución estimular a través de distintos eventos un mayor movimiento de gente durante la noche que haga revivir el centro.

Controles e infracciones

La Comuna de Capital lleva adelante una batalla contra lo que desde el Código de Convivencia denominan "la degradación visual del entorno urbano".

Raúl Levrino, secretario de Seguridad Ciudadana, explicó que lentamente desde que se sancionó el código la Municipalidad avanza en controles y sanciones sobre las personas que rompen la armonía del espacio público.

"El código tiene como eje central preservar el espacio público como un lugar de convivencia y civismo y plantea normas de conducta, por eso sancionamos a las personas que no sean solidarias o que ensucian o destruyan el mobiliario urbano", dijo Levrino, y contó a modo de ejemplo que la semana pasada se multó a una persona por rayar un cantero de la plaza Chile.

Las multas que la Comuna establece por realizar un grafitti o pintada son de $3.640 (2.000 unidades tributarias), de acuerdo con el artículo 21 del Código de Convivencia.

El responsable de Seguridad detalló que para evitar hechos delictivos y proteger los negocios se están colocando 100 cámaras más de seguridad en puntos estratégicos.

 

 

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