Cuando entró en ritmo lo ganó sin problemas

Cuando entró en ritmo lo ganó sin problemas

Peñarol derrotó a Bahía Básket, por 96 a 83. Durante los primeros 15 minutos el partido tuvo un destino incierto. Pero más tarde el equipo de Mar del Plata se adueñó totalmente del trámite desde los primeros tramos del segundo tiempo.

Durante quince minutos (los primeros del partido), el juego tuvo un destino incierto. Después, Peñarol logró hacerse propietario de la situación, expuso sus credenciales de campeón y terminó derrotando sin problemas a Bahía Básket, por 96 a 83, anoche en el Polideportivo Islas Malvinas, en una nueva fecha de la Liga Nacional "A" de Básquetbol.

Cualquier tipo de limitación que pueda tener (de hecho, las tiene, como todos) Bahía Básket intenta disimularla con una intensidad que no se negocia bajo ningún concepto. Lo demostró cuando le tocó estar arriba en el resultado y también cuando el desarrollo y los números le fueron adversos. Eso, de por sí, lo transorma en un rival incómodo para cualquiera.

En ese intercambio inicial, con imposición de alto ritmo, el visitante tomó el control de las acciones. Sin establecer amplias diferencias en el resultado, pero haciendo su negocio aún a pesar de la rápida segunda falta de Lisandro Rasio, toda una referencia en la estructura defensiva y ofensiva de los bahienses.

Sin embargo, Peñarol se mostró poco preciso en sus ataques y entonces le costó bastante equiparar a su adversario. Lo consiguió fugazmente apenas pasado los 6 minutos, cuando Leonardo Gutiérrez completó una jugada de doble y foul para colocar a su equipo arriba 14-13.

Aún así, Bahía Básket lucía mejor. Ya estaba Alejandro Diez en cancha (a causa de la segunda falta de Gabriel Fernández), y a esa altura, los sureños repartían más su goleo, en tanto el local centralizaba sus puntos en sólo dos jugadores: Gutiérrez (7) y el productivo Adrián Boccia (7).

La continua rotación a la que recurre el entrenador Sebastián Ginóbili para mantener la intensidad -que ya se había visto en el juego ante Quilmes- le dio también buenas respuestas anoche, al menos durante gran parte del primer tiempo, en el que Peñarol tuvo que correr de atrás en las cifras. En esa rotación incluso también fue utilizado el base Diego Gerbaudo, quien había dejado el partido en Once Unidos a causa de una esguince leve en uno de sus codos.

Para el inicio del segundo cuarto, Bahía Básket tuvo dos llaves importantes: el encendido inicio de Lucio Redivo y la defensa zonal urdida por el "Sepo" con un par de justificativos: hasta allí, Peñarol hacía daño con rompimientos y penetraciones pero no había asustado con su tiro exterior.

La zona logró su cometido durante un lapso de 4-5 minutos. Aisló el juego interior de Peñarol, lo obligó a tirar de afuera y como los porcentajes del "milrayitas" venían torcidos (0 de 7 triples), el visitante disfrutó de sus mejores pasajes en el encuentro, aún sin distanciarse demasiado en el marcador.

Frente al vértigo propuesto por su oponente, Fernando Rivero también tuvo que apostar a un equipo combativo y veloz para responder en defensa. El olavarriense Diez se ganó por mérito propio una buena cantidad de minutos, y también Franco Giorgetti, quien tendría una ráfaga muy positiva.

El primer triple del local lo convirtió Fernández, desde 8 metros, y le devolvió la delantera a Peñarol (32-30), a 6m30s del cierre del primer tiempo. El dispositivo zonal de Bahía Básket comenzó a dudar, pero antes de cambiar, recibió otros dos impactos lejanos de manos de Giorgetti. Había pasado la mitad del segundo cuarto, los de Rivero se adelantaron 38-32 y de allí en más construyeron una victoria parcial que reflejó en las cifras una amplitud que no tuvo en el desarrollo. Y eso que con el retorno de Rasio, el visitante recobró una vertiente muy positiva en ofensiva. Pero con el resultado a favor, las chances de contraataque y puntos sencillos fueron más frecuentes y el local supo capitalizarlas.

En los primeros tramos del segundo tiempo Peñarol se adueñó del partido con absoluta autoridad. Incrementó su puntería en la misma medida que decayó la de Bahía Básket. Con impecables trabajos de Gutiérrez y Diez (11 puntos y 10 rebotes), hasta que llegó el esperado triple de Forrest Fisher para sellar una ventaja enorme (67-49) antes de cruzar el meridiano del tercer cuarto.

Era demasiada ventaja para todo lo que faltaba, con una clara señal de partido definido antes de tiempo. Un par de minutos después, la diferencia en las cifras superó la barrera de los 20 puntos (72-51).

Aún con una cuesta demasiado empinada por remontar, Bahía Básket no bajó los brazos. Continuó luchando a sabiendas de que enfrente tenía a un rival superior. Y esa vergüenza deportiva, al menos, evitó que el letargo invadiera definitivamente al público presente anoche en el Polideportivo.

Como consecuencia lógica de la ventaja acumulada, el "milrayitas" se relajó demasiado en el tramo final, dejó hacer a Bahía Básket, la brecha se acortó (88-77) y fue necesario un tiempo muerto de Rivero que puso las cosas en su lugar.

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