Cuál es la mega obra de infraestructura que se salvó del ajuste y evitó un conflicto con el Banco Mundial

Cuál es la mega obra de infraestructura que se salvó del ajuste y evitó un conflicto con el Banco Mundial

Estuvo a punto de caerse el financiamiento, pero un funcionario la rescató de la paralización. El interés de los gobernadores de inaugurar obras en sus provincias en un año electoral la salvaría también de eventuales frenos en el Congreso.  

 

La niña mimada del ministerio del Interior, la que se salvó del recorte de fondos para obras públicas previsto en la Ley de Presupuesto de 2019. La secretaría de Infraestructura y Política Hídrica que encabeza Pablo Bereciartua respira aliviada porque uno de sus caballitos de batalla, la obra conocida como Sistema Riachuelo, la más grande que financia el Banco Mundial en Argentina, vio reforzadas sus partidas presupuestarias para el próximo año.

 

 

El Sistema Riachuelo prevé la realización de 46 kilómetros de túneles divididos en tres partes que mejorarán el transporte de efluentes de la Ciudad de Buenos Aires y parte del Conurbano. Comienza en suelo porteño y concluye con un emisario que se adentra 12 kilómetros en el Río de la Plata a la altura de la localidad bonaerense de Dock Sud. Una vez concluida cumplirá con el mandato de la Corte Suprema de Justicia en la denominada “Causa Mendoza” respecto al saneamiento de la cuenca Matanza Riachuelo.

 

 

Las obras comenzaron en 2016 con una inversión total de u$s 1200 millones, financiada en su mayoría por el Banco Mundial (u$s 840 M) y por el Poder Ejecutivo (u$s 360 M). Pese a que varios empresarios detrás de los contratos están involucrados en la causa conocida como “Cuadernos K”, el interés del BM y de la secretaría para que continúe sin interrupciones se vincula a los retrasos que sufrió durante el kirchnerismo.

 

 

En las últimas semanas trascendió que el mismo Bereciartua le puso el cuerpo a la obra mientras se confeccionaba el Presupuesto 2019. Peleó partida por partida en Casa Rosada para mantener el financiamiento del Sistema Riachuelo en un contexto de recortes y ajustes de las obras públicas y el Estado en general. “En algún momento estuvo en riesgo el financiamiento”, reconoce en diálogo telefónico con El Cronista. “Hay un costo muy significativo si uno quiere cambiar el ritmo de la obra. Hay costos económicos que surgen de parar las máquinas”, explica.  

 

Mirá tambiénCómo queda el mapa del Central tras los cambios de figurasA través de cuatro decretos, el Gobierno oficializó salidas y llegadas dentro del organigrama de la autoridad monetaria.

 

En Infraestructura y Política Hídrica confían que se mantenga la fecha de finalización prevista para 2021. “Esta es una obra muy importante para el Banco Mundial. El mismo BM tiene mucho interés de que se complete porque cuando iniciamos el Gobierno era el peor incumplimiento de América Latina”, afirma.

 

 

El Sistema Riachuelo tenía orden de inicio para enero de 2015, pero recién comenzó en junio de 2016. El gobierno de ese momento demoró su inicio, según evalúan desde la administración actual, porque se trataba de un emprendimiento de larga ejecución que no podrían inaugurar en el tiempo que restaba el segundo mandato de Cristina Kirchner. Mientras tanto el Banco Mundial, que había aprobado el préstamo en 2009, cobrara los intereses y multas por no ejecutarse.

 

 

 

 

 

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