¿Cuál es la capacidad de testeos de coronavirus de los laboratorios públicos en La Plata?

¿Cuál es la capacidad de testeos de coronavirus de los laboratorios públicos en La Plata?

Los siete centros que operan coordinados por el Ministerio de Salud trabajan a pleno. Las razones del "cupo" a los hisopados que llegan desde el sector privado.

 

La dinámica de trabajo en los siete laboratorios que en La Plata trabajan en la detección del coronavirus es una rueda que no para nunca desde hace varias semanas para realizar entre 800 y mil estudios por díasEl ritmo de entrada de testeos demanda un tiempo de resolución de entre 48 y 72 horas, pero hace unos 15 días quedó al borde del colapso debido al aluvión de muestras que llegaban desde clínicas y sanatorios de La Plata. Eso obligó a las autoridades sanitarias a analizar las causas de semejante demanda y en función de ese análisis decidieron establecer un cupo de 5 muestras diarias para esos establecimientos.

“Eso llevó a que la relación fuera del 60% de muestras que llegaban del privado, mientras que el 40% lo que generaba el sistema público. Era un cuello de botella”, explicó a 0221.com.ar Marina Pifano, coordinadora de la red pública de laboratorios bonaerenses.

 

Foto: Telam

 

Revisar la situación llevó a una conclusión: había una cantidad importante de muestras que llegaban de clínicas y sanatorios y correspondían a personas que no estaban protocolizadas para ser hisopadas. Pacientes sin síntomas, otros que estaban por someterse a intervenciones quirúrgicas y personal de salud que era hisopadas por el sólo hecho de haber tenido contacto estrecho con un caso positivo (cuando en ese caso la recomendación es el aislamiento), aparecían entre las situaciones “irregulares” que se detectaron.

Otro dato que reflejaba que se tomaban muestras por fuera del protocolos es el bajo nivel de positividad que expresaban las estadísticas de los laboratorios de La Plata: menos del 20% de los test tenían determinación positiva, cuando en la mayor parte de las regiones supera el 50%. Esa tendencia empezó a revertise en la última semana, cuando además se invirtió la relación entre los test según su procedencia. Los del público pasaron a ser el 60%, contra 40% del sector privado.

El cupo impuesto para todos las clínicas y sanatorios hizo que uno de ellos, el Hospital Español, decidiera comunicar la suspensión de la realización de hisopados. La decisión, según explica la bioquímica, no fue rechazar muestras sino poner un cupo para regularizar la situación. En algunos casos -según indicó PIfano- llegaban entre 20 y 30 test por día y sumados completaban la capacidad operativa de todo el sistema.

 

Foto: Telam

 

Uno de los centros de detección más afectados por esa situación fue el del Hospital Rossi, que concentra la recepción de casi todos los privados. Su directora, Cecilia Jaschek, lo graficó desde su punto de vista: “Se nos fue achicando la capacidad operativa y si se atrasa el resultado termina siendo anecdótico, porque el paciente se acerca al final del aislamiento sin conocer si es positivo o no”.

Desde que el Ministerio de Salud tomó la decisión de limitar la realización el ingreso de test provenientes de clínicas y sanatorios, estos siguen mandando los cinco hisopados diarios y deben canalizar el excedente a través de laboratorios privados.

 

Cecilia Jaschek, directora del Hospital Rossi - Foto: Telam

 

En el Ministerio leen un “aprovechamiento” de parte de las clínicas del servicio gratuito del sistema públicos. Por eso Pifano reclama una cuota de solidaridad, una prescripción responsable de los test, respetando los protocolos de determinación de casos sospechosos, ya que si la red colapsa “terminan perjudicados por la demora también ellos”.

Y esa tardanza afecta a otros eslabones de la cadena. Prolonga el tiempo de internación de pacientes que están esperando el resultado y no tienen posibilidad de aislarse en su casa; complica la situación de pacientes que revisten mayor gravedad o son susceptibles de tratar con plasma y perjudica la búsqueda de los contactos estrechos de un paciente potencialmente positivo. “En todos los casos, cuanto más rápido esté el resultado, más rápido se pueden tomar las decisiones, remarca.

 

Foto: Telam

 

“Eso está vinculado con la baja inversión en general del sector privado y de los laboratorios para hacer diagnóstico molecular”, explica la bioquímica. Y considera que “desde hace muchos años se arrastra eso, por lo que esta pandemia agarró al sector público teniendo que absorber esa demanda”.

“No es que pusimos un cupo y no nos importa más el privado, sino que tomamos esa decisión como para empezar a regularizar la situación. Y buscamos herramientas para sostener la cantidad de sospechosos diarios que tenemos”, agrega.

 

En el caso del Hospital Rossi, la directora explicó que se agregó un tercer turno de extracción de la muestra, que es la etapa del proceso que más tiempo lleva. “Esa es la limitante, porque se hace una por una y representa el momento de mayor riesgo de contagio, por lo que se requiere extremar las medidas de seguridad”. Después, en el ciclador, donde se realiza el PCR, se pueden poner 98 muestras a la vez. Con el turno nuevo, el trabajo es destajo desde las 8 y hasta las 21.

Después del desborde, cuando los laboratorios de La Plata fueron los que empezaron a tener retraso de hasta cinco días se paró la recepción por un tiempo para para ponerse al día. El promedio normal de diagnóstico es de entre 48 y 72 horas pero el objetivo de máxima es volver a las 24 horas.

 

Foto: Telam

 

LA RED

Desde que la realización de test de detección de COVID-19 se descentralizó y ya no fue el Instituto Malbran el único centro, la red pública de laboratorios bonaerenses fue creciendo especialmente en La Plata, donde hay 7 centros de los 29 de toda la Provincia. Están en los Hospitales Rossi y San Juan de Dios, en el Instituto Biológico y en las facultades de Ciencias Exactas, Veterinaria (que tiene dos laboratorios) y Medicina de la UNLP. Todos juntos suman una capacidad operativa de entre 800 y mil determinaciones por día.

Son laboratorios que reciben muestras de la Región Sanitaria XI, de la cual La Plata es cabecera, pero también de la VI, la cual incluye distritos con alta circulación del virus, como Lomas de Zamora, Avellaneda, Almirante Brown, Berazategui, Esteban Echeverría, Ezeiza, Florencio Varela, Lomas de Zamora, Quilmes y Lanús.

Los laboratorios de los hospitales Rossi y San Juan de Dios, y los del Instituto Biológico y la facultad de Exactas, pueden resolver hasta 200 testeos por día cada uno, a los que se suman otros 50 de Veterinaria y Medicina.

Pifano explica que el trabajo se complementa con una gran tarea administrativa. Cada muestra llega con una fecha que tiene que ser cargada en el sistema de notificación, porque es obligatorio. Y en el laboratorio se tiene que verificar que esa carga esté realizada ya que de lo contrario no se habilitará, posteriormente, la carga del resultado. 

 

Foto: Telam

 

El tiempo físico en el laboratorio puede rondar las cuatro o cinco horas. La extracción del ARN es la más engorrosa debido a que se hace de modo manual, una por una, y cada muestra requiere un tratamiento individual con protocolos de bioseguridad de tipo de 2 porque es la etapa de mayor riesgo de contagio. Después pasan al ciclador ART/PCR, donde pueden trabajarse hasta 98 muestras a la vez. Allí se amplifica el ADN para detectar el genoma del virus del COVID-19. El trabajo termina con la interpretación del resultado por parte del bioquímico, quien deberá leer una serie de curvas para determinar si el virus existe o no para notificar el “positivo” o “negativo” según el caso.

“Hay cierta fantasía en torno a la velocidad, pero para que las cosas salgan bien requieren un tiempo”, sintetiza Pifano y concluye con que cada eslabón debe hacer lo que corresponde para que al final no termine recayendo todo sobre el último, que es el laboratorio.

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