Cuádruple femicidio: escalofriante relato de policías

 Cuádruple femicidio: escalofriante relato de policías
Los efectivos que recorrieron el departamento de La Loma declararon en el juicio que se inició este martes. El abogado del "karateca" cargó contra Quiroga.
Minutos antes de las 8 de la mañana del domingo 27 de noviembre de 2011 el oficial José Robledo vio el horror con sus propios ojos: fue la primera persona que recorrió la escena del cuádruple crimen perpetrado en el barrio platense La Loma. Este miércoles, en la segunda audiencia del juicio, fue el primero de los seis efectivos que declararon. Dio detalles escalofriantes de su recorrida por el departamento de 28 entre 41 y 42 donde fueron masacradas tres mujeres y una niña. En la misma línea narrativa se expresaron otros policías que preservaron el lugar hasta la llegada de peritos, fiscal y juez de Garantías. Todos coincidieron que se trató de un cuadro impactante. También declaró el periodista que escribió el primero de los libros del caso. Este jueves declararán los investigadores policiales del caso.

Al momento del hecho Robledo era oficial principal de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) La Plata. Al ser consultado por el fiscal Álvaro Garganta sobre lo que percibió en su recorrida por el lugar el efectivo aseveró que se trató de “una escena impactante a la vista, no pensaba encontrarme con semejante cuadro”. En el pequeño departamento estaban desparramados los cuerpos de las víctimas rodeados de un baño de sangre, de piso a techo.

El efectivo abundó en detalles. Recordó que el mayor desorden estaba en la cocina. Allí yacían los cadáveres de Susana de Bártolle (63) y su amiga Marisol Pereyra (35).

También contó que en la habitación donde estaban las camas cuchetas, lugar donde dormían Bárbara Santos (29) y su madre Susana, “había cajones (de placard) sueltos y ropa tirada”.

Ese detalle no pasó desapercibido a los jueces. Ernesto Domenech, presidente del Tribunal Oral Criminal III de La Plata, consultó al testigo para que exprese, desde su experiencia profesional, cómo debía interpretarse el estado de esa habitación. “Daba signos de búsqueda de algo”, fue la respuesta del policía que luego recordó haber visto “billeteras vacías” sin dinero que, se sospecha, eran de las víctimas adultas. Fuentes consultadas aseveraron que esas afirmaciones del testigo podrían dar pie a determinar un posible móvil del hecho distinto a la celotipia sostenida por el fiscal Garganta y el juez de Garantías del caso, Federico Atencio.

De las fotos policiales que figuran en el expediente se observa que el o los asesinos no se llevaron documentos de identidad, ni tarjetas de crédito o débito como tampoco carteras, pero esas imágenes a las que accedió Diagonales serán materia de evaluación para jueces y partes.

Martina Barrosa, policía de la comisaría Cuarta de La Plata, retrató en su exposición que alcanzó a ver “un cuerpo y muchísima sangre”. Ella no entró a la escena del crimen pero observó que el pasillo de acceso al PH “se veían marcas de zapatillas hechas con sangre”. La uniformada al momento del hecho llevaba casi dos décadas en las filas policiales. Desde su experiencia consideró que se trató de “algo horrible” y sentenció: "Esas pocas imágenes que tengo no me las voy a olvidar más".

Antes habían declarado los policías Nahuel Iddig , Sebastián Velázquez y Víctor Pereyra. Velazquez dijo que "nunca vio un hecho similar" a éste en su carrera. "No podía salirme del asombro por la cantidad de sangre que había en el lugar". Y completó: "Había caos, como si las víctimas se hubieran intentado defenderse".

Por otra parte, los oficiales Pereyra e Iddig patrullaban la zona cuando fueron comunicados de la llamada que había ingresado al sistema de emergencias 911. Fueron hasta el lugar, una vecina les franqueó el acceso y en el pasillo vieron manchas de sangre y huellas. Llegaron hasta el departamento, que estaba ubicado al fondo del complejo habitacional horizontal. Allí se encontraron con el vecino que hizo la denuncia, quien les comentó que la noche anterior escuchó el "sonido de un vaso roto", además de una especie de "zapateos" y pasos como si alguien estuviera corriendo unos muebles. Entonces, se imaginó que las mujeres que habitaban el departamento estarían matando unas ratas, ya que días antes las había visto preocupadas por la presencia de los roedores. Velázquez fue el que dio unos pasos hacia dentro del departamento, vio un cuerpo desnudo boca abajo, al que supuso sin vida, un palo de amasar chico "ensangrentado y con pelos" arriba de un modular y sillas revueltas.

El palo de amasar recogido en la escena del crimen fue el utilizado por el o los asesinos para golpear en la cabeza a las víctimas con el objetivo de desvanecerlas o menguar su capacidad de defensa para luego asestarles varias puñaladas en el cuerpo.

La evidencia fue exhibida en la segunda audiencia. El trozo de madera aun preserva manchas de sangre coagulada y varios mechones de pelo rubio que, se sospecha, son de Bárbara Santos.

De periodista a testigo. Damián Fernando Tocho es un joven periodista de La Plata que lleva más de seis años recorriendo el mundo de las noticias. Fue propuesto como testigo por el abogado Fernando Burlando. El cronista declaró, pero el letrado pegó el faltazo a la segunda parte de la audiencia.

Tocho es el autor del primero de los libros que se escribió sobre el caso y que editará la próxima semana. Contó que en el marco de su investigación periodística se topó con José Fabián Lencina, quien declaró una secuencia distinta a la narrada por el remisero Marcelo Tagliaferro, principal testigo de la acusación, pero que está procesado por “falso testimonio”.

Gritos. Durante la investigación Lencina detalló en su testimonio ante el fiscal Álvaro Garganta que escuchó “gritos” que provenían del Citroën C3. También que vio a Tagliaferro discutir con otro hombre frente al PH de 28, 41 y 42 y que en un momento ve que hacen descender en forma violenta a una chica. El vehículo del cual la bajan, no sería, además, el mismo auto que luego llevó Tagliaferro a peritar.

Siempre durante la instrucción del caso, la defensa añadió a esa secuencia el testimonio aportado por el marido de una de las primas de Marcelo Tagliaferro, quien detalló espontáneamente que el remisero les había manifestado que manejaba “un Corsita de los últimos”.

En sus fundamentos, el defensor de Martínez expuso que “con los elementos colectados puede arribarse a la conclusión de que Tagliaferro participó activamente de los hechos investigados, y que asimismo con su actuar ocultó elementos de prueba para la investigación, lo cual demuestra que el mismo entorpeció el procedimiento”.

Otro aspecto que destaca la defensa es que sólo hay un par de pisadas de ida y vuelta, pertenecientes a una misma persona en el pasillo del PH. Las huellas terminan en el remís de Tagliaferro.

Por este hecho están acusados Javier Quiroga y Osvaldo Martínez, ex novio de Santos. El primero está detenido. Su ADN fue encontrado en la escena criminal y en el cuerpo de dos de las víctimas. Martínez llegó a juicio en libertad por falta de mérito, es decir, la Cámara Penal de La Plata no encontró pruebas para mantenerlo tras las rejas.

Julio Beley, defensor de Martínez, aseguró que, a su criterio, "no hay dudas que el autor material del hecho fue Javier Quiroga".

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