Así lo informaron hoy fuentes judiciales. La causa se inició a raíz de la denuncia presentada por la defensa de Martínez y es instruida por el fiscal penal platense Marcelo Romero, quien ya pidió copia del expediente principal que tramita su colega Alvaro Garganta.

Romero requirió además a los canales de televisión copias de todas las entrevistas y declaraciones realizadas por el remisero desde noviembre de 2011 a la fecha.

También solicitó el informe de las pericias realizadas por la Policía Científica en la escena del crimen, como paso previo a la realización de una reconstrucción de lo que dice haber visto Tagliaferro.

La denuncia por presunto falso testimonio del remisero fue presentada en mayo último y, si bien en principio fue rechazada, el fiscal general de La Plata, Héctor Vogliolo, giró el expediente a la fiscalía 6 de La Plata.

Tagliaferro es el remisero que el 26 de noviembre último trasladó hasta el departamento ubicado en la calle 28, entre 41 y 42, de La Plata, a una de las víctimas, Marisol Pereyra, quien luego apareció asesinada en esa vivienda junto a Bárbara Santos; su hija, Micaela Galle, de 11 años, y la madre de Bárbara, Susana de Bártole.

Esa noche, la pasajera descendió y tras tocar el timbre fue recibida por un hombre que, según el remisero, era el karateca Martínez.

Pereyra ingresó a la vivienda y, siempre según el remisero, ese hombre salió y le informó que la mujer pediría posteriormente otro remis y le pidió que se retirara.

Al día siguiente, las tres mujeres y la niña fueron encontradas muertas a golpes y puñaladas.

Para la defensa de Martínez, Tagliaferro incurrió en falso testimonio ya que declaró dos veces en forma distinta.

Según la defensa del karateca, en su primera declaración el remisero dijo que no podría reconocer al hombre que esa noche salió a recibir a

Pereyra, mientras que en la segunda oportunidad aseguró que podía identificar con claridad su rostro.

También la defensa cuestionó las declaraciones de Tagliaferro, quien dijo que durante el viaje Pereyra hizo algunas llamadas por celular, que no fueron detectadas durante una pericia telefónica realizada en el marco de la causa.