Una cruzada solidaria para ayudar a niños de San Martín

Una cruzada solidaria para ayudar a niños de San Martín
El grupo está formado por profesionales de diferentes especialidades. Partirá el sábado a las 7.

Con frío y hambre es imposible estudiar, por eso un grupo de personas que vive en la Villa de Merlo tuvo la idea de juntar ropa, alimentos y útiles, para llevárselos a los niños que asisten a la escuela "Casa de los Tigres", ubicada en la localidad de San Martín. “Trabajamos bajo el lema ‘Dar para sentirnos mejor’, ésta será la primera cruzada solidaria de muchas otras más que seguirán”, dijo el periodista Alejandro Calderón, uno de los miembros del proyecto “Renuevo”. El grupo partirá el sábado a las 7 con todo lo que puedan recolectar.

"Los chicos viajan hasta siete kilómetros diarios en burro o en mula, para llegar a la escuela”

Son dos los puntos establecidos para acercar las donaciones: uno en la calle Ciprés al 600, y el otro es en la misma calle al 500. Habrá que preguntar por Gustavo en el primero y por Roberto en el segundo.

La organización cuenta con un grupo interdisciplinario de profesionales que revisarán el estado de salud de los veintidós alumnos, cuyas edades oscilan entre los cuatro y los once años.

“Lo único que nos hace falta es un médico clínico, tenemos un psicólogo, un fonoaudiólogo y un dentista que viajarán con nosotros el fin de semana”, explicó Calderón y agregó que además de la colaboración de los especialistas reciben ayuda anónima.

Acceder hasta donde está ubicada la escuela "Casa de los Tigres" es muy difícil, tanto que necesitarán camionetas 4x4 para llegar hasta el establecimiento.

¿Cómo hacen los niños para llegar? Lo hacen en burro o en mula y recorren hasta siete kilómetros diarios, aunque llueva o el sol esté muy fuerte. En algunos casos uno de los maestros los recoge en el camino y siguen juntos.

“En esta época cambiaron los horarios de clase, es decir, los alumnos ya no entran a las ocho, van a las diez porque está muy frío más temprano. Después se quedan a almorzar y vuelven a sus hogares”, contó el periodista.

Según aseguró, el establecimiento no cuenta con los servicios básicos para acoger a los alumnos. “El agua que usan se potabiliza en un viejo pozo de campo, con una cisterna les traen el agua y les colocan pastillas de cloro. Desde ese pozo salen unas cañerías que en invierno se congelan”, dijo Calderón y agregó que tienen pantallas solares, pero no se pueden usar porque las baterías no funcionan. Para estudiar no pueden prender la luz, ni usar Wi Fi, tampoco sus computadoras.

Calderón afirmó que tienen un grupo electrógeno muy pequeño que necesita nafta. “Tengo entendido que el Estado les provee combustible para que puedan utilizarlos”, aseguró.

Al equipo solidario se sumará un grupo de quince adolescentes que se disfrazarán de payasos.

“Van a encontrarse con una realidad totalmente distinta a la que están acostumbrados. Ellos viven en una ciudad que tiene todas las comodidades. Queremos llevarle un poco de alegría a los pequeños que se esfuerzan mucho, todos los días, por estudiar”, concluyó el periodista.

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