Cruz Roja Argentina cumple 140 años: "Esta pandemia es el mayor desafío de la historia"

Cruz Roja Argentina cumple 140 años:

El presidente de la Cruz Roja Argentina, Diego Tipping, detalló en qué se invierte la ayuda recolectada y cómo es el trabajo en 60 ciudades del país. "Nunca tuvimos tantas operaciones simultáneas", dijo. El mensaje para los anticuarentena.

La Cruz Roja Argentina cumple 140 años de trabajo solidario y campañas de ayuda a los más necesitados. A lo largo de su historia en el país, la ONG internacional atravesó todo tipo de emergencias y catástrofes, pero la pandemia coronavirus Covid-19 marcó un antes y un después. “Éste es el mayor desafío de la historia”, aseguró Diego Tipping, presidente de Cruz Roja Argentina, en diálogo con Ámbito. "Nunca tuvimos tantas operaciones simultáneas", agregó.

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A continuación, la entrevista completa con Diego Tipping en otro aniversario de la Cruz Roja Argentina.

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Periodista: ¿Cuántas personas forman parte de Cruz Roja Argentina?

Diego Tipping: Entre voluntarios, colaboradores y alumnos somos una familia de cerca de 150 mil personas en el país.

 

P.: ¿En qué consiste el Plan de Acción de la Cruz Roja Argentina en el marco de la pandemia de coronavirus?

D.T.: El Plan de Acción tiene varias estrategias de abordaje territorial, distintas líneas. La primera, asociada a la adquisición de insumos para el sistema de salud; estos insumos son los equipos de protección personal para todo el personal de salud (protectores faciales, barbijos, guantes, batas, overoles), pero también equipamiento de alta tecnología para las camas de terapia intensiva. En ese sentido estamos avanzando con la compra de respiradores, de bombas de difusión volumétrica y nos están llegando nuevos requerimientos. También avanzamos en el Plan Detectar. Ahí hemos adquirido más de 10 mil termómetros digitales para el testeo masivo casa por casa.

A raíz de algunas complicaciones generadas por el aislamiento, estamos trabajando la línea alimentaria en 43 ciudades de Argentina. También estamos trabajando muy fuerte en muchos centros sanitarios de contingencia del país, el más grande es el de Tecnopolis, donde tenemos cientos de voluntarios, y también en los municipios, apoyando los controles sociosanitarios.

 

P.: ¿Es suficiente el equipamiento del sistema de salud argentino distribuido hasta el momento o considera que aún falta?

D.T.: Lo que nosotros estamos adquiriendo es una parte. El Estado directamente también adquiere insumos. Nosotros, con lo que recolectamos en diferentes campañas, básicamente “Argentina nos necesita” y “Unidos por Argentina”, el Estado nos indica qué es lo que hay que comprar y dónde distribuirlo. Desde que empezó el aislamiento se ha logrado instalar muchísimas más camas de terapia intensiva, se ha logrado instalar 18.500 camas extrahospitalarias en todo el AMBA… si es suficiente o no, lo va a indicar la evolución de la pandemia. Hoy, con los números que se están manejando, sí es suficiente.

 

P.: ¿Cómo se selecciona a los voluntarios que trabajan cerca de pacientes con coronavirus?

D.T.: Más allá de su habitualidad como voluntarios de la Cruz Roja, les hemos hecho hacer una solicitud especial porque tenemos que ver que no tengan factores de riesgo ellos, ni la gente con la que habitan en sus casas. Tienen que llenar una declaración jurada. Se anotan específicamente para esta actividad y, a partir de eso, empezamos con todos los protocolos de lo que es el uso de los equipamientos de protección personal, la circulación dentro de la zona, la atención con la gente. Es un trabajo muy meticuloso porque es una zona de riesgo.

 

P.: ¿Qué diferencias encuentra entre esta emergencia sanitaria y otras que la organización haya asistido?

D.T.: El miércoles que viene estamos cumpliendo 140 años en Argentina y, sin duda, éste es el mayor desafío de la historia. Habitualmente, cuando uno trabaja en emergencias, tanto en Argentina como a nivel global, éstas son muy focalizadas y en un lugar puntual. Además, abarca a la totalidad del país; sumado a las medidas que han dictado no sólo en Argentina sino los distintos gobiernos, que restringen la circulación y que conllevan a la dificultad de la logística. Nunca tuvimos tantas operaciones simultáneas en el país. En este momento estamos trabajando en cerca de 60 ciudades y, a su vez, tenemos una red global de logística, con 190 operaciones simultáneas en todo el mundo. Esto ha hecho que casi todas las cruces rojas del mundo se tengan que arreglar con sus propios recursos, porque la capacidad de ayuda entre países es limitada, ya que estamos todos los países con la misma problemática.

 

P.: En este contexto, ¿cree que el empresariado argentino está a la altura de las circunstancias respecto a la RSE?

D.T.: Toda nuestra actividad humanitaria la hacemos con fondos privados. Estamos viviendo un momento histórico: nunca tantas empresas se acercaron para colaborar, y tan fuertemente. En la campaña “Argentina nos necesita” con más de 300 empresas, se han recaudado más de $340 millones y sigue creciendo. Otras empresas se han acercado a través de otros programas y en total estamos hablando de casi $600 millones. Para nosotros es inédito, es la mayor respuesta de la historia para apoyar un plan de acción de nuestra organización.

 

P.: ¿Hubo alguna situación dentro de su trabajo en la pandemia que lo haya impactado o conmovido particularmente?

D.T.: Hubo varias. En lo personal, yo llegué de Qatar los últimos días en que estuvieron abiertas las fronteras. Me quedé haciendo el aislamiento y me pasó que los vecinos del edificio me habían visto en alguna nota (periodística), y me tiraron una notita por debajo de la puerta para ver si necesitaba algo, que estaban a disposición y me daban una mano. Fue un poco fuerte para mí, porque generalmente uno sale a ayudar, nunca había sido receptor de la ayuda. Fue un gesto súper lindo que me reconfortó mucho.

Pero también hubo algunas situaciones que nos dieron mucho enojo y que nos dicen que todavía tenemos que trabajar mucho más el tema de la empatía. Es el caso de algunos voluntarios a los que les pegaron carteles de que no vuelvan a sus casas porque ponían en riesgo al edificio, lo cual demostraba un desconocimiento muy marcado de lo que es esta pandemia y de cómo se transmite.

También nos pasó con una voluntaria que nos mandó un mensaje que decía, ‘en mi trabajo decían que yo los expongo. Me dieron a elegir entre el trabajo y la Cruz Roja. ¿Y, saben qué? Los elegí a ustedes’. Por un lado, te emociona; pero, por el otro, te da mucha bronca que los expongan a esta situación de elegir el trabajo o ayudar a la gente. Por suerte, hace pocos días salió la sanción de la Ley de la Cruz Roja en el Senado, que contempla la protección de nuestra gente, así que estamos muy felices por eso.

P.: Respecto a este desconocimiento que me menciona, ¿cree que sigue vigente o que la población ya está mejor informada sobre la pandemia?

D.T.: Creo que hay información, sobre todo de las medidas personales de aseo, cuidado e higiene. Pero lo que se ha generado muchas veces es esto del estigma con el personal de salud, que nos puede contagiar. Y si cada uno de los que trabaja en las áreas esenciales cumple con todos los protocolos, el riesgo se minimiza a su más mínima expresión.

 

P.: En las últimas semanas surgieron algunas reacciones contra la cuarentena. ¿Podría explicar la importancia y la necesidad del aislamiento social?

D.T.: Todos estos días han sido un esfuerzo muy grande de toda la población. Lo que tenés que hacer en cualquier emergencia –y la pandemia lo es- es prepararte para la respuesta. Si hoy tenemos números que si bien vemos que están subiendo, en términos de lo que ha pasado en el mundo todavía no son tan altos, hay que entender que si hoy estuviésemos una situación tan extrema como la que pasaron muchos países, nadie estaría pensando en “cuarentena no” ni en salir. Eso se genera porque hoy los números relativamente acompañan, si hoy tuviéramos una situación inversa, no estaría en discusión. Yo entiendo que hay muchísimas dificultades asociadas a distintas angustias, asociadas a dificultades económicas, pero hay que entender que esto es una responsabilidad colectiva y nuestra acción individual influye en lo colectivo. Al romper este tipo de medidas no sólo nos ponemos en riesgo nosotros sino que ponemos en riesgo al resto.

 

P.: Como miembro de una organización que trabaja con pacientes con Covid-19, ¿qué siente cuando alguien viola la cuarentena sin una necesidad válida?

D.T.: Que hay que trabajarlo más, que hay que generar empatía, que hay que explicarle a esa persona por qué esto es importante. Hemos visto reacciones violentas de la sociedad y eso no está bueno. Lo que tenemos que hacer para acompañar el esfuerzo de esa gente que se expone de verdad, es acatar las medidas y quedarnos en casa si lo podemos evitar.

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