El proyecto para reformar la Constitución en Mendoza provocó fuertes cruces entre el justicialismo y el radicalismo. Incluso los principales dirigentes de la UCR acusaron al gobernador kichnerista, Francisco Pérez, y su vice, Carlos Ciurca, de presionar a legisladores para que apoyen la iniciativa que incluye, entre sus 80 puntos, la reelección del gobernador.

"El Gobernador y el Vice están presionando, y esa no es su función", acusó ayer el presidente del radicalismo provincial, Alfredo Cornejo, quien agregó: "El de Guillermo Simón es un acto sospechoso. Tienen que explicarlo Simón, Pérez y Ciurca".

Simón es el senador radical que había firmado un documento junto a otros doce legisladores, oponiéndose al proyecto. Pero luego cambió de opinión y anunció que daría el debate en la Legislatura.

Su actitud modificó los esquemas, porque con su apoyo el PJ cuenta con los dos tercios de los votos necesarios para avanzar con la iniciativa en la Cámara Alta. Simón además se separó del bloque de la UCR y, junto a otros tres senadores radicales alejados de la conducción partidaria, formaron uno aparte que se llama "Arturo Illia".

"Diálogo transparente es lo que me ofreció el oficialismo, que se pueda discutir punto por punto el proyecto", indicó Simón, quien de esta manera negó haber cedido por conveniencia personal, ya que tiene un estudio jurídico relacionado con la Dirección General de Rentas provincial.

"El caso de Simón es el mejor ejemplo de por qué no están dadas las condiciones para llevar a cabo la reforma de la Constitución", comentó Cornejo. A su lado, el ex vicepresidente Julio Cobos opinó que el único objetivo de la reforma es lograr perpetuar a Pérez en el cargo.

"La eternización no tiene nada que ver con una actitud democrática. Y esto tiene un pecado de origen porque ninguno de los gobernadores ha tratado de violar la Constitución y adecuarla para su propio interés", indicó.

"Antes de hablar de extorsión yo estudiaría lo que significa el término", respondió Pérez, quien aseguró que siempre ha ejercido un gobierno abierto y que nunca han presionado ni extorsionado a nadie.

"Del radicalismo que se hagan cargo los mismos radicales", dijo. Además, criticó a Cobos: "Está mucho en Buenos Aires. Me parece que está muy fuera de la realidad cotidiana y territorial. Está ya definido en una campaña electoral y todos sus dichos vienen en este sentido".