Críticas K a la mano derecha de Cristina

El silencio fue la estrategia elegida por el Gobierno ante las acusaciones que recaen sobre la secretaría Legal y Técnica que encabeza Carlos Zannini. Dos días después de que el juez Federal Norberto Oyarbide señalara a Carlos Liuzzi segundo del área, como quien lo llamó para suspender un allanamiento a una financiera, en la Casa Rosada continúan optando por no responder.
Jorge Capitanich -jefe de Gabinete- ayer en su habitual conferencia de prensa no quiso opinar sobre la revelación de Oyarbide, “No es mi obligación contestar todas las preguntas”, señaló.

En el Gobierno no desconocieron el enojo de la presidenta Cristina Kirchner ante la situación, aún más fue su molestia cuando en algunos noticieros observaba que a la financiera que iba a ser allanada, la denominaban como una “cueva”, “esa definición no le gustó y le molestó la trascendencia mediática del asunto”, señaló una fuente oficial.

Los más optimistas desligan a Zannini de la situación y remarcan: “El que llamó, si lo hizo, fue Liuzzi no el “chino” (como lo apodan al secretario Legal y Técnico)”. Las acusaciones contra el área que conduce Zannini desde 2003, fuer on causal de nuevas internas. “Está más ocupado en posicionar a Máximo (Kirchner) que otra cosa”, soltó un integrante del Gabinete. Le adjudican las últimas exposiciones mediáticas que se refieren al hijo de la Presidenta como dirigente político. “Eso hoy no suma”, sentenció un dirigente K. La preocupación por la devolución social de las acusaciones de Oyarbide, es algo que inquieta incluso a Cristina.

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