El cristinismo en su laberinto: La Cámpora quiere quemar las naves y los intendentes competir en las PASO

El cristinismo en su laberinto: La Cámpora quiere quemar las naves y los intendentes competir en las PASO

Los contrapuntos entre sectores del peronismo bonaerense en torno a la selección de las candidaturas para las próximas PASO ya son el culebrón nacional.

Anoche, en una reunión que se desarrolló en la sede del PJ se vieron las caras dos sectores que pretenden que CFK sea "la" candidata, pero que tienen posturas divergentes y contrapuestas sobre cómo resolver la instancia de las Primarias. Máximo Kirchner y el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, se plantaron pidiendo que ese espacio avance en una lista con los partidos "chicos" que formalmente integran el FpV, pero dejando afuera al PJ para sortear "el escollo Randazzo". Pero los jefes comunales no quieren, según expresó un intendente, "dejar el sello del peronismo para transitar las elecciones en un frente de centroizquierda como el FREPASO".

Las tensiones van in crescendo en cada reunión y en cada debate. Ya lo adelantamos en info BLANCOSOBRE NEGRO (ver http://www.infoblancosobrenegro.com/noticias/16637-cristinistas-puntearon-un-plan-de-accion-y-aparecio-la-idea-de-armar-listas-sin-el-pj) cuando publicamos una crónica sobre una reunión que se desarrolló hace un mes en la que La Cámpora y su aliado Nuevo Encuentro dispararon el debate en la Quinta Sección electoral.

En la noche de ayer se pudo comprobar , de acuerdo a lo que un vocero de prensa de un jefe comunal confirmó a este portal, que los intendentes peronistas no quieren eludir las elecciones primarias en el Partido Justicialista para ir a elecciones con una identidad que lo excluya.

Saben que la ley no puede impedir que el randazzismo compita en las PASO del PJ, y que la justicia electoral ya dejó de ser un reducto “amigo” desde que Cristina dejó la Casa Rosada.

Pero además, de acuerdo a la misma fuente, entre los referentes distritales del PJ sobrevuela el temor de desperfilar su sector a manos de fuerzas políticas de muy poca envergadura y que son prácticamente desconocidas por la mayoría del electorado.

“La identidad de los grandes partidos políticos está en crisis. Ya nadie se dice peronista o radical, ahora la gente sigue a los candidatos por la imagen que tienen, no por el partido al que pertenecen”, es el argumento que explica la férrea posición antipejota que esgrimieron los talibanes de Cristina.

En cambio, para los intendentes peronistas, la Lista 2, “la boleta de Perón y Evita”, y la pertenencia al justicialismo no son pavadas idiosincráticas. Por el contrario, son una marca casi indeleble que, entre otros factores, unifica a un movimiento cuya naturaleza es la contradicción y la síntesis, la heterogeneidad, y la tradición y la cultura política popular.

Quizá la centroizquierda tardíamente kirchnerista no comparte esa visión, pero anoche los referentes del pejota lo pusieron en blanco sobre negro: “Hay que buscar la unidad para evitar competir en internas, pero si no fuera posible lograr ese objetivo, que (Florencio) Randazzo vaya a primarias y evitemos la dispersión”, bramó en un pasaje del encuentro uno de los jefes comunales más importantes.

Se sabe que Cristina si necesitara congelaría el sello “PJ” para poner en carrera al recontra anunciado Frente Ciudadano. Nunca la ex presidenta se aferró a las estructuras partidarias tradicionales, y mucho menos al PJ.

Pero el dato más sobresaliente es que, por estas horas, ya dejó de ser un secreto a voces lo que siempre afirmamos en este medio: si no hay boleta única y Florencio Randazzo da batalla por encabezar las listas, la ex Presidenta acompañaría “al estilo Vidal”, es decir, apoyando activamente una propuesta electoral pero sin encabezar ni aparecer en la boleta.

Los nombres que, en ese esquema, impulsa el cristinismo de paladar negro son los de Máximo Kirchner y Axel Kicillof. También Martín Sabbatella pugna por estar entre los primeros de ese nuevo frente entre Nuevo Encuentro, el Frente Grande, el Partido Intransigente y otras fuerzas de centroizquierda.

El apoyo sindical en ese espacio es bastante magro. El grueso del sindicalismo peronista quiere que haya primarias abiertas en el PJ, y apoya el armado político – electoral de Randazzo.

En ese contexto parte de la vanguardia empoderada por CFK, que supo armar las listas en tiempos de bonanza, ahora se encuentra en una encrucijada inesperada. La coyuntura demuestra que los otrora líderes reemplazables por “fuerza propia” son imprescindibles para darle volumen al espacio cristinista.

Pero al mismo tiempo amenazan con poner el freno para que el tiempo haga derivar la nave hasta el borde del cierre de listas. Entonces no quedará otra opción que cumplir con lo que, según el randazzismo, exige la reforma que creó las PASO.

Entretanto, en cada distrito el rumor circula con inocencia y maldad. Esta semana los ultras repetían por las redes (ámbito de “militancia” cada vez más activo y adictivo entre la tropa joven y no tanto) que el sobrino de Héctor Magnetto había establecido un puente con Randazzo para favorecer al Grupo Clarín. Los randazzistas, menos belicosos y con cierto aire de inevitabilidad de loquevendrá repiten que su referente no necesitaría sobrinos si quisiera establecer un vínculo con el poderoso pool informativo. Pero el sobrino de Magnetto ahora es tan famoso como Fede Bal.

Además los randazzistas endilgan a los talibanes cristinistas que Daniel Scioli (devenido en un bello progresista ) también era señalado como un traidor potencial peligrosísimo que había que constreñir, acotar, domar y castrar.

Como siempre en estas pujas de alto nivel (aunque quizá no de alta calidad), todo tiene un telón de fondo que impide el debate político: el minimalismo conceptual, la chicana zonza, los intereses económicos disimulados, los pactos non sanctos, los egos individualistas y todo el sello del neoliberalismo que marcó el devenir político y social durante la década del 90.

Nadie puede estar en la intimidad de CFK, salvo sus hijos y algún dirigente incondicional, como para saber en qué momento Cristina dejará de tensar la cuerda, o si por el contrario dejará que queden sólo los “leales”.

Al fin y al cabo, así fue desarrollándose el sendero político kirchnerista durante 12 años: se angostó tanto que los traidores o los funcionales a la derecha fueron apilándose por decenas.

Ahora algunos rostros conocidos, como el del incansable competidor Daniel Scioli se pavonean en el Instituto Patria. Reciben afecto y reconocimiento por su verticalismo, su lealtad y su incondicional disposición a encabezar boletas electorales.

Pese a todo, aunque Cristina Fernández de Kirchner pueda ser señalada como una floja estratega para la construcción y el armado político electoral, se sabe que hay un sector que la venera con incondicionalidad, como a las estrellas de cine, casi.

¿Es un 30 % o más? ¿O mucho menos? Nadie dijo, por ahora, qué justifica tanto pleito y fuego amigo si la ex presidenta en verdad tuviera tan alto porcentaje de votantes asegurados. El Barcelona no teme competir contra Deportivo Cambaceres.

Incluso se nota otra contradicción discursiva de ciertos dirigentes en esta etapa de profunda crisis de representatividad, y en la que escasean partidos políticos sólidos y estables. Si fuera verdad lo que repite a coro la prensa “hegemónica” junto a las consultoras que tienen el hábito de falsear los datos que publican, que adjudican un 30 por ciento de intención de voto a la ex primera mandataria (Roberto Navarro se entusiasmó y ya llegó al 40 por ciento), ¿por qué no competir en internas y zanjar una posible grieta en el frente electoral que expresó la vereda de lo nacional y popular con el PJ como columna vertebral?

Lo que está en juego, de fondo, y no tan escondido entre el ruido del debate, es cómo el peronismo establece un nuevo sistema de preferencias, representatividad y funcionamiento en la era postkirchnerista.

El peronismo perdió hasta en la cuna que lo vio nacer: la ciudad de Berisso. Desde allí partieron, como desde Ensenada, las primeras columnas de trabajadores desarropados y políticamente huérfanos el 17 de octubre de 1945.

Por primera vez en ese distrito ganó otra fuerza, y encima de tradición liberal. ¿Era posible otro escenario para los herederos de Perón que un big bang argento y enquilombado? Todos saben que no, pero militan el mientrastanto.

Si el peronismo y zonas aledañas no resuelven cómo volver a construir una mayoría para encarar lo que vendrá y no para debatir en irracionales tertulias lo que es historia , entonces Cambiemos será el gran ganador de una compulsa simple, con final cantado, y en la quizá sobren peronistas dispuestos a cruzar el cordón que divide su propia vereda de la ancha avenida del medio massista.

 

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