Cristina Kirchner dedicó buena parte de su discurso a la situación económica, como anticipó LPO, y aunque se cuidó de esbozar una autocrítica de algún modo reconoció dos de los principales problemas que enfrenta: La caída de actividad que empieza a golpear sectores claves como el automotriz y la inflación, a la que evitó mencionar directamente.

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Fiel a su estilo eligió el ataque a otros para buscarle una explicación a los problemas que sufre la economía. Así, para abordar los problemas de las automotrices, se limitó a exigirle a Brasil coordinar una política común para el sector, a la vez que recordó que la economía de ese país es incluso más proteccionista que la argentina.

Mientras que la inflación fue tratada con un inédito reconocimiento de la devaluación que aplicó su Gobierno y que ella tantas veces había prometido nunca concretar. La mencionó al señalar que esa medida no explica aumentos de hasta el 45% en los vehículos. "Hubo aumentos de precios de hasta 45%, y no me digan que es por la devaluación porque los salarios los pagan en pesos y tienen la energía subsidiada”., afirmó.

La economía fue el primer tema que tocó Cristina Kirchner durante la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso, donde habló ante la Asamblea Legislativa durante 2 horas y 40 minutos, en un discurso que para su estilo fue poco confrontativo y bastante conciliador con la oposición.

Ayudada de sus clásicos machetes en hojas oficios, empezó su discurso tirando datos del Banco Mundial con cifras alentadoras que a su juicio "explican porque somos el proyecto con mayor crecimiento con inclusión de los últimos 200 años" de historia argentina.

Después en otra referencia elíptica a la disparada de precios, anticipó que presentará una agenda legislativa que “defienda de una buena vez a los usuarios y consumidores de sectores monopólicos y oligopólicos”, razón por la cual en Diputados quieren recuperar la Comisión de Defensa de Consumidor.

A diferencia de otros años, esta vez no ocultó los problemas comerciales con Brasil que viene quejándose cada vez mas fuerte del bloqueo a sus productos. Aunque lo hizo apelando a una diplomacia que no siempre usa.

Después de remarcar que Argentina “es el país de Latinoamérica con mayor participación de la industria en el PBI”, admitió que hay un problema de “sustitución de importaciones”.

“Pero no se trata de imperfecciones nuestras sino de cómo se distribuye la economía mundial. Porque cuando hay crisis se producen dos fenómenos: Guerras comerciales y de monedas.”, explicó.

“Pero para derivar mitos de acuerdo al último informe publicado en Brasil por la OMC, el país más proteccionista del mundo es Brasil. Y no es ninguna crítica. Le sigue India luego Estados Unidos, defensor del libre comercio y luego Argentina”, subrayó

La referencia no fue casual. El impacto de las trabas que Argentina puso a las importaciones brasileñas empezaron a impactar fuerte en el sector automotriz, porque Brasil disminuyó la compra de autos argentinos y ocasionó una crisis en el sector, que sufre una fuerte baja en sus importaciones a ese mercado clave.

Para solucionar ese problema, Cristina le propuso a su par Dilma Rousseff una “alianza estratégica a largo plazo con la industria autopartista, que nos permita a los bancos financiar investigación y desarrollo para que se produzca aquí en Argentina”.

“La devaluación no explica todo"

La presidenta cargó además contra las concesionarias locales que adjudican la caída de ventas al nuevo impuesto para autos "de lujo" y fue ahí cuando por primera vez se animó a hablar de la devaluación que instrumentó su Gobierno.

“Nos vamos a sentar con todo el sector y quiero que vengan los presidentes de las comisiones de Industria y Comercio porque tenemos otros números”, advirtió.

“Para nosotros el impuesto sólo alcanzó el 4,1% de los autos nacionales y hubo aumentos de precios de hasta 45%. Y no me digan que es por la devaluación porque los salarios los pagan en pesos y tienen la energía subsidiada”, señaló.

Cristina además elogió al presidente del Banco Central, Juan Carlos Fábrega, artífice de la devaluación que en definitiva logró ponerle un freno a la dramática pérdida de reservas que sufría el país.

Lo hizo comparando su actuación con las políticas que suele instrumentar la Reserva Federal de Estados Unidos. “Cuando deciden acomodar la política mentaría lo hacen no según un dogma, sino a las necesidades del país. Y se sabe que la política monetaria constituye un 40% de la economía”, explicó Cristina.

Y aunque no las adjudicó a las medidas de cambiarias, destacó algunos datos económicos favorables directamente vinculados con la devaluación, como el aumento del "turismo receptivo".

Elogios a Kicillof por YPF

"Kicillof peleó como un león. Chiquitito, pero rendidor", dijo Cristina sobre la actuación del ministro de Economía con Repsol.

La presidenta defendió la negociación. "Kicillof dijo que no íbamos a pagar lo que ellos (por Repsol) pretendían, lo cual es rigurosamente cierto. Pidieron primero 15 mil luego 10 mil y pagamos 5 mil con intereses pero en un plazo amplio", aclaró la presidenta.

En la oposición le recordaron toda la semana que con los intereses se llegará a la cifra de 10 mil que había solicitado Antonio Brufau.

"Con la recuperación de YPF vamos al autoabastecimiento de la energía. El autoabastecimiento era una falacia. Antes no tenían nada para enchufar, no se gastaba, ésa es la verdad del mito del autoabastecimiento", completó la presidenta.