A sus interlocutores les dice que no será candidata. Pero pasan los días y sube su perfil político. Cristina Kirchner regresó a Buenos Aires, participó de un acto en la sede porteña de ATE y se prepara para encabezar otro el miércoles en el Club Atenas de La Plata, su ciudad natal, con estudiantes universitarios. 

Se puso la “conducción” del kirchnerismo al hombro, como le reclamaban desde su propia tropa, en un momento delicado para ella en materia judicial, porque fue llamada a indagatoria por el juez federal Julián Ercolini.

En su último discurso llamó a construir mayorías y habló de la vocación de volver al poder, cuando criticó al PJ que se queda en “la rosca” y en las discusiones “que no le importan a nadie”. 

En su búnker, en la calle Rodríguez Peña al 80, recibe a intendentes, ex intendentes y legisladores que la escuchan hablar de la preocupación que tiene por la situación económica y social y ensaya posibles listas de diputados y senadores para 2017. Ella no se incluye, y pone en su lugar al ex gobernador bonaerense Daniel Scioli y a la diputada Juliana Di Tullio para los cargos de senadores. Y para la nómina de Diputados menciona al ex jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, a la diputada Teresa García, a Martín Sabbatella y al jefe del PJ bonaerense, Fernando Espinoza.

Todos, menos García, formaron parte de las listas el año pasado. Fernández y Sabbatella compartieron la fórmula a la Gobernación que perdió contra María Eugenia Vidal. Y Fernando Espinoza fue precandidato a vicegobernador bonaerense con Julián Domínguez. 

Pero en el kirchnerismo, al menos entre los más duros, la convicción es que la que tiene que dar el presente en las listas es la propia Cristina Kirchner. “Tiene una imagen positiva alta, por más que su negativa también sea alta. Es muy competitiva”, dicen. Y añaden que es la única que puede garantizar una buena performance.

Falta mucho. Lo cierto es que el Frente para la Victoria nunca se caracterizó por adelantar con tanta anticipación cuáles serían sus candidatos. Así que no queda descartado que la ex presidenta pueda postularse. En 2007, Néstor Kirchner jugó hasta último momento con que la candidatura a presidente sería “pingüino o pingüina”. En 2011, CFK coqueteó con que no se hicieran “los rulos”. “Nos vamos a enterar un día antes del cierre”, explicó un diputado K a PERFIL.