Cristina se mostró con Scioli pero faltaron más de la mitad de los gobernadores

Cristina se mostró con Scioli pero faltaron más de la mitad de los gobernadores

El bonaerense fue uno de los pocos que se mostró con la mandataria. Tampoco estuvo Randazzo.

A pocas horas de la marcha de silencio en homenaje al fallecido Alberto Nisman, Cristina Kirchner encabezó un acto en la central nuclear de Atucha II, que intentó convertir en una demostración de poder pero ni siquiera tuvo respaldo pleno de los gobernadores oficialistas.

El respaldo más contundente que cosechó Cristina fue el de Daniel Scioli, quien se sentó en la mesa principal del acto, mientras que el resto de los mandatarios provinciales estuvieron sentados a un costado. 

Los otros gobernadores que estuvieron en Zárate fueron Lucía Corpacci (Catamarca), Martín Buzzi (Chubut), Sergio Urribarri (Entre Ríos) y Gildo Insfrán (Formosa). Una escasa concurrencia teniendo en cuenta otras demostraciones recientes de Cristina, como la firma de la refinanciación de deuda, donde los juntó a casi todos.

Quizás por esta razón la transmisión oficial casi no mostró a los gobernadores y apenas se los vio en planos muy generales del escenario. Si hubo muchas imágenes de la militancia, que ocupó en gran número el sector de la central nuclear donde se armó el acto.

Aníbal Fernández, Axel Kicillof, Jorge Capitanich, Alicia Kirchner y Julio De Vido encabezaron el grupo de ministros y funcionarios que ocuparon el escenario. Junto a ellos se sentó un sonriente Amado Boudou. Llamó la atención la ausencia de Florencio Randazzo, que venía con presencia perfecta en los actos de Cristina.

Durante el acto, Cristina evitó cualquier mención de la convocatoria del #18F, y tampoco aludió al fallecido fiscal Alberto Nisman, a un mes de su fallecimiento. Asimismo, sigue sin opinar sobre su imputación por presunto encubrimiento de los iraníes implicados en el caso Amia.

 

Cristina prefirió volver a centrar a su discurso en críticas a Estados Unidos e Israel, a los que acusó de intentar “trasladar a Argentina conflictos que no son propios”. “Pretenden instalar conflictos donde no están por eso el canciller envió las cartas”, agregó la mandataria en referencia a las misivas enviadas ayer.

"Que no nos trasladen conflictos que no nos son propios. Nuestra idiosincracia, nuestras costumbres, nuestros ideales son las de un país pacífico, donde conviven distintas religiones, etnias, somos todos hijos de inmigrantes", indicó.

Al destacar la política nuclear del país, destacó que Argentina no le pone "bombas nucleares a nadie" ni amenaza "con misiles nucleares a nadie". "Nosotros somos un país pacífico", remarcó y al diferenciarse de Estados Unidos e Israel afirmó que "en Argentina impera la ley".

"No somos aislados, vivimos en un mundo de intereses que quieren que unos estén subordinados y los otros mandarnos y se enfrentan con gobiernos como éste, que no permite que nadie le marque la cancha", enfatizó.  

En el mismo sentido, Cristina defendió su alianza con China y adelantó que se buscan construir "dos nuevas usinas nucleares: en la primera usina, 70 por ciento es de integración nacional y en la segunda, es miti miti, por el alto grado de transferencia tecnológicas que tienen que hacernos". 

Para responder a las críticas, incluso de sectores del sindicalismo oficialista, Cristina dijo que señaló que las obras en Atucha II fueron hechas "por mano de obra argentina", algo que no sería así con las obras binacionales con China, que exige traer mano de obra propia.

"Para algunos que ya hace algunos días desconfiaban acerca de acuerdo que fuimos a celebrar a China para hacer crecer la economía, para incorporar nuevas inversiones, quiero decirles que esta obra nuclear fue hecha enteramente por argentinos, por neuronas argentinas, mano de obra argentina", resaltó.

En un discurso, Cristina aclaró que no es "ingenua" y aseguró que "este gobierno no permite que nadie le marque la cancha". Luego, al citar un almuerzo durante el gobierno de Fernando de la Rúa, afirmó sin nombrarlo que "un empresario, justamente el que más crítico fue de los acuerdos con China, golpeaba sobre una mesa, donde estaba sentado el Presidente y los platos se movían. Le gritaba al Presidente", señaló que le contaron.

"¿Algún argentino se imagina (a un empresario) gritándole y golpeándole la mesa a esta Presidenta? Ese es el verdadero problema que hay, que al que se fue, después de entregar la vida (por Néstor Kirchner) nadie le gritaba y que a mí, ni siquiera él me gritaba, mucho menos un empresario", manifestó.

Según añadió, "ése es el verdadero problema que hay en la Argentina. Que antes gobernaban otros, que no eran los que la gente votaba en cada elección, al punto tal que podían golpearle la mesa y hacerle volar los platos".

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