-¿Cambiamos para mejor o para peor?, pregunta Cristina Kirchner y apunta el micrófono a la gente.

-Peor -, responde la plaza.

-¿Para mejor o para peor? -, insiste.

-Peor, le dicen, más fuerte.

-¿Para mejor o para peor?, retruca, gritando.

-Peor.

Primero fue "Nunca me faltes", la pegadiza cumbia de Antonio Ríos, luego un bailecito sobre el escenario y después, en medio de un discurso duro y a veces virulento, Cristina usó modos de animador de TV, con arengas y diálogos encendidos.

Ocurrió ayer a la tarde en Giardino, Villa Caraza, Lanús Oeste, conurbano sur. La ex presidenta se lanzó a una tumultuosa caminata de 200 metros hasta llegar al acto montado a un costado de la plaza en, dicen lo vecinos, "tierra peronista" donde "Cristina gana 4 a 1".

En todo el distrito, Lanús, su victoria fue más ajustada y ahora, como contó ayer Clarin, la ex presidenta se enfoca en tratar de retener esos territorios donde tuvo buen nivel de apoyo.

"¿El de acá es el de los Panamá Papers?", pregunta tres veces y tres veces le gritan sí. No nombra a Néstor Grindetti, alcalde del PRO, ex ministro porteño y uno de los funcionarios que apareció en aquel informe sobre cuentas off shore.

Cómoda en ese rito de preguntar y esperar una respuesta cada vez más ruidosa, la ex presidenta también habla de la inseguridad. "¿Está mejor o peor?", consulta.

De gira híper activa, Cristina viene caminando por territorios "amigos", donde ganó y espera volver a ganar el 22 de octubre. "Voto propio", lo definen y se enfoca en evitar que crezca Cambiemos. Es lo que, temen, podría ocurrir en Lanús, donde el candidato de Unidad Ciudadana (UC) es Edgardo Depetri.

"Me gustan esos actos callejeros, volver a la calle", se confiesa luego del saludo de Depetri que la ubica en el Olimpo PJ con "Perón, Evita, Néstor y Cristina".

"¿Reconocen esta camperita?", se señala la campera de cuero, rojo sangre, que lleva puesta. "Es la misma que usé el 23 de abril de 2003 cuando Néstor sacó 22%". Lo juega como cábala y para darle a su aventura electoral la épica de aquel Kirchner que corría de atrás para quedar segundo.

Cristina contó que llevaba puesta la misma campera que usó en las elecciones de 2003, cuando Néstor Kirchner cosechó el 22% de los votos.

Pero, también, lo usa como espejo para recordar la época pre Kirchner con la actual de Mauricio Macri, a quien llama "presidente-empresario". "Alguien debería recordarle que los derechos no se regalan, se reconocen", dijo.

Lo vinculó con dos episodios. Cuestionó al Gobierno por "encubrir" a Gendarmería por la desaparición de Santiago Maldonado y consideró "cavernícola" al Estado por la detención, en el subte, de una pareja gay.

"Dejen de psicopatear a la sociedad con fantasmas de cosas que no existen", apuntó y citó las amenazas de bombas en colegios bonaerenses "en época de elecciones". Fue una mención, indirecta, a María Eugenia Vidal. "No sean psicópatas, no psicopateen a la sociedad", repitió.