Cristina Kirchner, Sergio Massa, y la seducción electoralista

Rumores, internas y guiños en el peronismo de cara a la batalla que asoma en la provincia de Buenos Aires.

"Massa no es el enemigo, es uno de nosotros que se fue". Una frase breve, dicha en medio de un discurso con impronta electoralista por parte de la ex presidente Cristina Kirchner en los últimos días, volvió a despertar las especulaciones en la interna del peronismo en relación a un tema que resulta clave: la reunificación del partido.

No es el primer guiño de la ex mandataria hacia el líder del Frente Renovador en esta etapa de búsqueda de consensos.El peronismo, fragmentado, en su estado actual de descomposición, aparece en el radar de Cambiemos –sobre todo en la provincia de Buenos Aires- en su versión más accesible para ser derrotado en las próximas elecciones legislativas. Es más, el PRO de manera abierta fomenta esa división.

"Si la esperanza de (Florencio) Randazzo no se concreta vamos a terminar, en algún punto, refugiados en las terceras líneas del massismo, porque hoy no tenemos un candidato fuerte en la provincia", se sinceró a Infobae un dirigente del peronismo que trabaja en el Congreso, que representa al sector que mantiene buenos vínculos con el Gobierno y tiene diálogo con Massa y con el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey.

Alertada por las consecuencias de esta carencia, Cristina Kirchner comenzó a intensificar su participación en actos en la ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense, alejada de la reclusión post electoral de Santa Cruz (algunos fallidos: esta semana tuvo que reprogramar una jornada con intendentes bonaerenses por falta de quórum).

El denominador común, que también repite cada vez que puede el presidente de PJ, José Luis Gioja, es uno solo: abrirle la puerta institucional del partido a los díscolos. Al mismo tiempo, habilitó dejar correr la versión de su posible candidatura.

"Algunos ven en la reunión que mantuvieron Sergio y Máximo Kirchner hace varias semanas un compromiso para que todos los peronistas confluyan en una interna", agregó la misma fuente parlamentaria.

Pero desde el Frente Renovador desactivaron todos los rumores: "Hoy el kirchnerismo es un ciclo político terminado, no representa nada más que a un grupo de fanáticos", aseguró, de manera contundente, un legislador bonaerense del massismo consultado por Infobae. Y agregó: "No hay ninguna chance, Sergio lo dijo abiertamente en varias oportunidades,no queremos tener nada que ver con aquellos que tienen problemas en la justicia".

Otro dirigente fue tajante: "El espacio está consolidado, con marca e identidad. Esto está hablado y acordado entre Massa, (José Manuel) De La Sota y (Roberto) Lavagna. Ahora, si el peronismo quiere venir o apoyar, bienvenidos".

Justamente, el propio Massa en las últimas horas lo dejó claro."Son parte del pasado y traen en la mochila causas judiciales. Nosotros queremos dirigentes que traigan sueños y proyectos para el futuro de la Argentina", dijo en una visita a la ciudad de Posadas, en Misiones.

En el escenario, además y de manera colateral, aparece la figura de la diputada nacional por el GEN Margarita Stolbizer, una de las principales detractoras del kirchnerismo que parece haber consolidado su alianza con Massa. Pero el interrogante será cuánto peronismo pueda tolerar si el tigrense avanza con su armado cooptando algunos de los intendentes de la provincia de Buenos Aires.

En el massismo confían en que Stolbizer "tapone" a Elisa Carrió, que ya anunció su determinación de competir en las elecciones. El análisis es el siguiente: "Si Carrió tira mierda a Massa en la campaña, Margarita le asegura cierta calidad IRAM". Con las denuncias de narcotráfico y corrupción en primera plana, no es menor el rol que pueda tener Stolbizer.

Para Cambiemos, la referente del GEN es la carta para fomentar la fragmentación del peronismo. Los principales operadores del presidente Mauricio Macri y la gobernadora María Eugenia Vidal tienen como máxima que el peronismo vaya a los comicios debilitado en tres vertientes diferentes: el ortodoxo que representa Gioja, el kirchnerismo duro encolumnado en Fernández de Kirchner, y el dialoguista del denominado grupo Esmeralda.

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