Como cualquier imputado. Así nomás Cristina Kirchner deberá pasar por los tribunales la semana próxima para cumplir con el rito de que le tomen las huellas digitales y le hagan un estudio socioambiental. Como todos los procesados que están en camino al juicio oral y público.

En su desfile por tribunales de este año, la ex mandataria fue nuevamente citada por el juez federal Claudio Bonadio en la causa en que supuestamente ordenó realizar operaciones de venta de dólares en el mercado de futuro a menos precio que el de mercado, lo que provocó un perjuicio económico al gobierno de Mauricio Macri, que tuvo que pagar por esos contratos. Está procesada y con el procesamiento confirmado por la Cámara Federal.

Como su situación procesal quedó firme, Bonadio está haciendo los trámites previos a la elevación a juicio: cumplir con los requisitos de una evaluación socioambiental, extracción de huellas digitales y certificación de sus antecedentes penales.

Para hacer la evaluación socioambiental, Bonadio la citó ante asistentes sociales en la oficina de Delegados Judiciales de la Cámara Federal, en el segundo piso de Comodoro Py 2002. Llegado el caso, el trámite podría hacerse en su domicilio.

La ex presidenta ya estuvo tres veces en los tribunales federales de Retiro este año: el 13 de abril fue indagada por Bonadio por esta causa y ella convirtió el interrogatorio judicial en un acto político, al que asistieron miles de militantes. Regresó a Comodoro Py el 6 de julio a las 10 de la mañana, el día del cumpleaños de su hija Florencia, para notificarse de los procesamientos por esta causa. Y finalmente, el 31 de octubre pasado, volvió a recorrer los pasillos de Comodoro Py 2002, nuevamente hasta llegar al cuarto piso, para declarar ante el juez Julián Ercolini en indagatoria, es decir como sospechosa, esta vez por un acto de corrupción: haber direccionado la obra pública santacruceña en beneficio de Lázaro Báez. Ésta será su cuarta visita.

El trámite se activó luego de que Cristina Kirchner puso en marcha una estrategia judicial para llegar al juicio cuanto antes con la intención de convertir los tribunales en la plataforma política de una eventual candidatura en 2017. Si es que le dan los tiempos. Renunció a oponerse al juicio oral para que le pongan fecha de inicio al proceso cuanto antes, en la creencia de que un tribunal oral y un juicio público serán menos permeables a la presión política. Y más en esta causa donde la acusación, pese al fallo de Bonadio y de los camaristas federales, aún es criticada por parecerse más a una decisión política no judiciable que a un delito.

De todas maneras, hay diez días hábiles después de la resolución de la Sala II de la Cámara Federal, que confirmó el procesamiento -firmada el viernes pasado-, para que alguno de los procesados pida la revisión del fallo en su contra. Con lo que todo el trámite se demoraría.

Los tiempos judiciales permitirían, de no mediar más dilaciones, que antes de fin de año Bonadio pueda elevar la causa a un tribunal oral federal designado por sorteo. Los tres jueces de ese tribunal decidirán entonces la fecha del juicio oral por el dólar futuro.