Cristina se corre de la campaña para liberarle el camino a Scioli

Cristina se corre de la campaña para liberarle el camino a Scioli

El candidato del FPV acordó la estrategia con la Presidenta para exhibir mayor autonomía e intentar diferenciarse del modelo en el tramo final rumbo al ballottage; especulaciones y desconfianza en el PJ

La presidenta Cristina Kirchner pactó con el candidato a presidente del Frente para la Victoria (FPV), Daniel Scioli, un retiro estratégico de la campaña por parte de ella.El objetivo era darle al gobernador bonaerense mayor protagonismo, un perfil más autónomo y poder diferenciarse en algunos aspectos del "modelo" para intentar ganar el ballottage del 22 de noviembre próximo.

La estrategia se definió en una reunión secreta de más de dos horas entre Cristina y Scioli, el lunes último en la residencia de Olivos. Participó también el secretario legal y técnico, Carlos Zannini, mano derecha de la Presidenta y candidato a vicepresidente de Scioli.

Luego, hubo más conversaciones telefónicas entre Cristina y Scioli. La Presidenta se comprometió a salir del centro de la escena hasta las elecciones. Hasta ahora, cumplió su palabra: bajó al máximo su perfil durante la semana y apenas se conoció públicamente un encuentro con la presidenta del Senado de Rusia.

En el peronismo y en el sciolismo se quejaban por lo bajo -Alberto Samid fue uno de los pocos que lo hizo público- de que la sucesión de 44 cadenas nacionales en 2015 y el extremo protagonismo de Cristina opacaron a Scioli. Además, el discurso confrontativo de la Presidenta le restó apoyo al gobernador en vastos sectores sociales que no comulgan con el kirchnerismo.

Hasta ayer la jefa del Estado, que partió a Río Gallegos por el fin de semana, no tenía ninguna actividad prevista en su agenda hasta el Día de la Soberanía, que recuerda la Batalla de la Vuelta de Obligado, el viernes próximo. Presidirá ese día, en plena veda electoral, el acto tradicional en la localidad bonaerense de San Pedro.

En la Casa Rosada aseguraron que la Presidenta se corrió de la campaña, por un lado, para atender mejor a su hijo Máximo Kirchner, diputado electo por Santa Cruz, operado de un absceso hepático el sábado último y dado de alta ayer.

Pero también ella se hizo a un lado porque acordó con Scioli dejarle a éste "la centralidad" de la campaña para permitir su "diferenciación" en los últimos días antes de las elecciones.

También existe otra visión, más conspirativa, de kirchneristas y sciolistas: Cristina lo dejó solo en el último tramo y, ante una eventual derrota electoral, lo culparía de haber perdido él solo en las urnas y sin poder echarle la culpa ni a ella ni a Aníbal Fernández.

El nuevo objetivo de Cristina, si Scioli pierde, consiste en que Macri no llegue al 54% de los votos, la marca que alcanzó ella en 2011. Por un lado, no quisiera que "la derecha" ni nadie le arrebaten su récord desde el retorno de la democracia.

Por otro lado, desea que Cambiemos no llegue al gobierno tan fortalecido, porque aspira a convertirse en la jefa de la oposición para desgastar a Macri desde su inicio.

Este último objetivo es difícil: los gobernadores del PJ, como el de Salta, Juan Manuel Urtubey, también le reservan a ella un plan de aislamiento en el peronismo porque consideran que sería la mariscal de una eventual derrota.

En el sciolismo despotrican por lo bajo: si bien Cristina decidió, aunque sea tarde, correrse de la campaña para no estorbar, otras figuras kirchneristas intervienen demasiado: Axel Kicillof insultó anteayer a Sergio Massa, pese a que Scioli debe seducir a los 5 millones de votos del líder del Frente Renovador.

Luego Hebe de Bonafini descalificó al presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti (ver aparte). José Pablo Feinmann destrató a María Eugenia Vidal y Aníbal Fernández volvió ayer a atacar al sciolismo, que había culpado al jefe de Gabinete de la pésima elección del FPV a nivel nacional. La cumbre de Olivos quedó así casi neutralizada.

Tal fue el desorden que José "Pepe" Scioli, hermano del candidato, debió aclarar ayer que Bonafini y Feinmann no lo representan.

"Si Cristina lo deja solo a Daniel puede hacerle pagar luego toda la derrota pese a que las listas y la estrategia las impuso ella", dicen cerca del gobernador bonaerense.

Dentro de las filas del candidato presidencial del FPV sobrevuela la idea de que a gran parte de dirigentes de La Cámpora, que conduce Máximo Kirchner, no les importa una derrota de Scioli y especulan con preservar ellos el protagonismo como futura oposición a Macri.

En el mismo lugar colocan a Aníbal Fernández y a Florencio Randazzo. Por lo bajo, les imputan "mezquindad" política. No la involucran a la Presidenta. Sin embargo, saben que La Cámpora y Cristina son casi lo mismo.

Del editor: qué significa. El cambio de estrategia llega tarde, como el cambio de discurso de Scioli. Ahora todos los giros parecen resultado de la necesidad, no una virtud

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