Puede, al final, que sólo sea la típica postal de los gobernadores sentados como un dócil contingente juvenil, a la izquierda deCristina de Kirchner. Pero la Casa Rosada se esforzó, esta vez más que otras, por transmitir al buró mayor del PJ, el clan de caciques provinciales, que la Presidente los espera esta tarde para participar, mudos y aplaudidores, del acto donde recordará que un lustro atrás, el 4 de mayo de 2010, Néstor Kirchner, su marido, juró como secretario general de la Unasur.

Tiempos del doble comando aquellos en que Kirchner logró, tras un pacto trabajoso ante la resistencia de Tabaré Vázquez, que su sucesor José "Pepe" Mujica traiga hasta un megahotel en Cardales el esquivo voto del Uruguay para que el patagónico sea entronizado como ordenador de la Latinoamérica toda desde una organización -la Unasur- que tuvo como ferviente promotor, porque pensó para sí esa poltrona, a Eduardo Duhalde.

Aquel 4 de mayo de 2010, Kirchner estrenó traje de jefe de la Unasur sin desatender sus otros oficios: partió raudo de la cumbre de presidentes en Campana para estar presente en la sesión para la aprobación del matrimonio igualitario, sanción que se operó al día siguiente. Como una sombra de Kirchner se movía, en esos días,Juan Manuel Abal Medina, ahora senador, que compartía asesoría en asuntos continentales con Rafael Follonier, por entonces enlace de Kirchner y en estos tiempos lazarillo de política internacional de Daniel Scioli.

Cumbre

El fin de semana largo sonaron los teléfonos de dirigentes, secretarios y gobernadores para que, a pedido de Cristina de Kirchner, desfilen por el Salón de los Patriotas al atardecer. Alguno, como Scioli, debió apurar su regreso de Paraguay; otros, modificar la agenda en sus provincias.

La mayoría se acomodó para estar arrastrados por la suposición, posiblemente peregrina, de que antes o después del acto ritual de homenaje a Néstor, la Presidente se junte con los caciques del PJ. Otras veces creyeron lo mismo y terminaron, los más puntuales, reunidos en las oficinas del ahora ausente Juan Carlos "Chueco" Mazzón o de Carlos Zannini.

En las últimas semanas, un despacho con alta circulación es el de Eduardo "Wado" de Pedro porque concentra varios títulos nobiliarios K: es vice del Consejo Nacional del PJ y, por su función como secretario general, anda siempre cerca de Cristina de Kirchner. Entre los caciquejos de La Cámpora, "Wado" es considerado el más PJ friendly.

Más allá del voluntarismo de De Pedro, la usina con más influencia es Zannini, que desliza, con su estilo zen, detalles sobre cómo será el esquema electoral que viene: días atrás avisó, por caso, que no hay chances de que en la provincia de Buenos Aires haya una sola boleta para gobernador, como sonó en ciertos corrillos, oportunamente después de queAníbal Fernández avise que bajaba a la riña por la gobernación bonaerense.

A las horas de que Aníbal F. blanquee su deserción de la fantasía presidencial, en La Plata apareció la versión de queGabriel Mariotto, número dos de Scioli, podría ser el vice del quilmeño.

Fernández y Mariotto, al igual que Julián Domínguez, Diego Bossio y la ristra vasta de precandidatos del peronismo K, se amontonarán el viernes en el congreso del PJ nacional donde, como única agenda real, el pleno partidario debe autorizar la conformación de una alianza electoral, el ya conocido Frente para la Victoria (FpV).

Anoche la expectativa en sectores del PJ era que la juntada por el homenaje a Kirchner derive en una cita política deCristina de Kirchner con los gobernadores para tener, de boca de la Presidente, un puñado de precisiones. O, al menos, para el pequeño protocolo de que ella les diga lo que antes tansmitía Zannini. Pero no había anoche, en verdad, ninguna certeza sobre que eso fuera a ocurrir.