Cristina buscó apoyo del sector empresario para el modelo K

Cristina buscó apoyo del sector empresario para el modelo K
En videoconferencia con el titular de Techint, Paolo Rocca, y por cadena nacional, la Presidenta pidió a los industriales que acompañen y advirtió que los controlará
La locutora oficial anunció la cadena nacional. Cristina Fernández de Kirchner, de nuevo sentada por su reciente esguince, comenzó su discurso en la Quinta de Olivos. “Muchas gracias, la verdad que entre ayer y hoy, dos días muy especiales; señor gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, que hoy me acompaña”, fue el inmediato guiño de respaldo presidencial al mandatario, que enfrenta el peor conflicto docente de su gestión, para justificar su presencia a su lado.

En público fue eso, un gesto. Scioli no abrió la boca. Y Cristina apenas lo nombró tres veces, incluyendo la presentación. La segunda fue para remarcarle que de los 31 certificados que estaban entregando a parques industriales, 15 eran para su provincia. La tercera, rememorando el país de 2003, que su marido Néstor Kirchner describía “llamas, era un infierno”. “Daniel puede dar fe de ello, porque lo acompañó como vicepresidente”, citó esa parte del curriculum del ex motonauta que suelen recordar más en La Plata que en la Casa Rosada.

En ninguna de las tres ocasiones, tal como se repitió a lo largo del discurso, la jefa de Estado hizo una referencia explícita al inédito paro docente que hoy cumple 17 largos días. A lo sumo hubo una posible defensa elíptica. “Las cosas han cambiado: millones de argentinos han conseguido trabajo, millones de argentinos han visto mejorar año tras año sus salarios”, sostuvo Cristina en el único párrafos que incluyó el concepto de “sueldo”.

Sin un claro respaldo semántico, la Presidenta y Scioli secretearon un cordial diálogo que las cámaras fotográficas tomaron. Desde el día anterior estaba invitado el gobernador, pero sus asesores no sabían que tendría semejante lugar destacado en el acto. Tampoco en la Rosada estaba claro, hasta pocas horas antes, que el evento se transmitiría en cadena.

Como plus del apoyo público presidencial, en la gobernación bonaerense celebraban ayer la invitación del programa de TV ultraoficialista “6-7-8” al jefe de Gabinete provincial, Alberto Pérez. Anoche fue la primera vez que un sciolista explícito se sentó en esa mesa. Se dio vuelta la tortilla: resquemores surgieron en La Plata el día anterior, cuando vieron en ese mismo estudio a Roberto Baradel, titular del Suteba, unos de los líderes docentes más combativos.

“Quedó claro cuando le dieron el altar oficialista de la comunicación a Baradel, en “6-7-8”, que una facción del Gobierno impulsa el paro”, acusó el intendente de Junín, Mario Meoni. El massismo a pleno compartió esa lectura, culpando una “interna del kirchnerismo”, para apartar el dedo acusador sciolista que los apuntaba.

Al igual que el acto anterior, menos de 24 horas atrás en el aeropuerto metropolitano, Cristina Kirchner destacó el rol empresarial. Por videoconferencia, la escuchaba el presidente de Techint, Paolo Rocca. Pero el acto no sólo derivó en una visual defensa a Scioli. A metros de la mandataria estaba sentado el ministro de Economía, Axel Kicillof, quien venía de anunciar la esperada quita progresiva de subsidios al gas y al agua junto al titular de Planificación, Julio De Vido. “No tiene nada que ver con un tarifazo”, defendió la medida la mandataria, que excluye a las fábricas. “Lo hacemos con la firme convicción de mantener la competitividad y que la industria sepa escuchar el mensaje que da el Gobierno al mantener las mismas tarifas de energía”, fue el encargo a los empresarios. La presidenta también pidió un “un ida y vuelta de nuestros industriales y es para todos, los pequeños, los pequeñísimos, los medianos, los grandes, los grandecitos y los monopólicos”. Además habló de los consumidores: “Un argentino que entre a un supermercado o a un almacén de barrio a comprar un producto y paga su 21% del IVA está contribuyendo con esa compra a esos impuestos que son los que sostienen a la industria”, señaló. Y cerró con una advertencia materna, tal como se autodefinió: “Vamos a hacer un seguimiento de cómo se comportan todos porque queremos cuidar a este hijo. Yo me siento un poco la madre del país, la madre de todos los argentinos”.

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