Crisis municipales: los garrotazos y las zanahorias

Crisis municipales: los garrotazos y las zanahorias

La mitad de las intendencias cambiaron de signo, pero lo que no consiguió con el clientelismo, el Gobierno provincial lo fuerza con el apriete de la caja.

Aunque cueste creerlo cuando uno mira el estado de las calles, la Municipalidad de Salta contaba durante la gestión de Miguel Isa con abundantes recursos de caja.

El actual intendente, Gustavo Sáenz, asegura que heredó, entre otras cosas, una "deuda flotante" de más de 100 millones de pesos -gran parte, en cheques diferidos- y que, como contrapartida, el Gobierno provincial le retacea entre 4 y 12 millones de pesos mensuales, de libre disponibilidad, que daban oxígeno a su antecesor.Aparentemente molesto con el intendente por una entrevista publicada el domingo en El Tribuno, el gobernador Juan Manuel Urtubey dijo a una radio que "cuando Gustavo Sáenz tenga más experiencia se dará cuenta de que los primeros meses del año son complicados en materia de recaudación.

A todos nos pasa lo mismo". Y agregó el mandatario priovincial que decir que la gestión de Miguel Isa haya recibido más fondos por parte del Gobierno provincial "no es técnicamente cierto".Más allá de la retórica, el presupuesto provincial 2016 desautoriza al gobernador.

En primer lugar, asigna a la coparticipación municipal de 2.358 millones de pesos para las 60 intendencias, el 7,5% de las ingresos globales de la Provincia, muy por debajo del 24% que él mismo informó en una columna publicada en un diario porteño. A esa cifra se suman 398 millones de aportes a gobiernos municipales, 130 millones del Fondo Compensador y 13 millones del Fondo de Fortalecimiento Tributario.Esos 540 millones anuales son distribuidos discrecionalmente, según el criterio del gobernador.

Eso es lo "técnicamente cierto", según la ley de presupuesto. Sáenz afirma que de ese dinero no le mandaron nada en tres meses.En realidad, sostener que a Sáenz le falta experiencia no suena demasiado creíble. Hace varios meses, el intendente había advertido que "cuando un ministro llama a un intendente electo que va a asumir y le dice "si no estas con nosotros no te damos la plata'' es un apriete". Tras adelantar, en agosto, que no iba a aceptar aprietes, Sáenz aseguró que ya habían ocurrido y que los intendentes no urtubeicistas se lo habían dicho personalmente.En ese entonces, quien hablaba con "los díscolos" era el ministro Juan Pablo Rodríguez.Sáenz adelantó en un programa de televisión, los mismos días, que "tienen que dar el mismo trato a los intendentes electos que a los anteriores". Comparó los aprietes con las políticas del kirchnerismo y adelantó: "Si me toca vivir esto, lo voy a denunciar públicamente. Si a Miguel Isa le mandan tanta plata y a Sáenz le mandarán 12 millones menos, evidentemente habrá animosidad y yo lo voy a hacer público, voy a mantener la dignidad".

El domingo, Sáenz informó públicamente que el Gobierno está retaceando esos fondos.La respuesta de Urtubey deja abierto un debate que tiene una connotación política, ya que ambos pertenecen a la misma generación y se disputan lo mismo.Pero el problema de fondo es que el primer bimestre del año va confirmando que se profundiza la crisis de los municipios salteños.En Coronel Moldes, que podría ser intervenido esta semana, las denuncias contra el intendente Osvaldo García replican lo que sucede en los otros 59 municipios.En Cerrillos, Yolanda Vega sobrevive a la agobiante herencia que dejó Rubén Corimayo y, al parecer, les están haciendo pagar con el garrote su rebeldía frente a la invitación a alinearse.

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