Diego Moya, Gaspar Segura, Fernando Vega, Flavia Quevedo y David Quevedo llegaron al juicio después de tres años imputados por el delito de homicidio en ocasión de robo con distintos grados de participación.

Moya fue condenado a pasar 21 años en el Penal de Miraflores por haber sido coautor, junto a Gaspar Segura -a quien le tocará purgar 19 años- de la violenta muerte de Marchetti; por su parte, Fernando Vega y Flavia Quevedo deberán cumplir sendas penas de 14 años de prisión por haber sido hallados culpables de participar necesariamente en el crimen por disponer los métodos de fuga y por intentar encubrir el asesinato, cuando los dos primeros imputados se accidentaron en su intento por escapar del lugar.

Por otro lado, Carlos David Quevedo, que llegó acusado como partícipe secundario, fue absuelto de culpa tal como lo había solicitado la Fiscalía, que no encontró elementos suficientes de prueba para mantener la imputación y solicitar una condena.

Todas las penas dictadas por los magistrados se condijeron con los pedidos elevados por los fiscales Jorge Silva Molina y Ezequiel Walther -el fiscal de Instrucción colaboró en calidad de coadyuvante- para condenar a los acusados en sus alegatos finales. La querella, por su parte, había pedido penas de 25 años de prisión para todos los imputados en su alegato.

Asimismo, cabe destacar que la votación de los magistrados con respecto a la imposición del monto de las penas halló voces divididas en el caso de los dos imputados con penas más altas en un encuentro de dos a uno. Para el resto, la votación fue unánime.

Por último, cabe destacar que durante la instancia final del proceso estuvieron presentes familiares y allegados de los imputados, no así la viuda del difunto Marchetti, quien optó por no presenciar el dictado de la sentencia.

Daniela Monjes había declarado ante los magistrados durante la etapa de recepción de testimonios, contando la trágica situación que le tocó pasar cuando los asaltantes ingresaron al lugar del hecho y dispararon contra Marchetti.

El crimen y el accidente

La noche del 7 de mayo de 2010, Segura y Moya llegaron a la quiniela ubicada en Adán Quiroga y Conesa e intentaron atracarla amenazando a Marchetti con un arma de fuego para que les entregara los 16.000 pesos en efectivo que tenía en ese momento. En un intento por resistir, Marchetti forcejeó con uno de los ladrones e intentó sacar un revólver calibre .22 que tenía en el mostrador del local. Durante la trifulca, Moya disparó -según se confirma ahora- dos disparos con una pistola 45mm, impactando uno de los proyectiles en el tórax y otro en el abdomen.

Posteriormente, los dos ladrones se dieron a la fuga por Conesa hacia el norte y una vez que pasaron avenida Ocampo, chocaron con un automóvil, quedando uno de ellos seriamente malherido como consecuencia del violento impacto. Su cómplice logró huir, pero una vez con el primer sospechoso a disposición, el fiscal de Instrucción Walther logró dar con el resto de los participantes del hecho. Los imputados Vega y Quevedo (Flavia Fernanda) fueron sindicados como presuntos partícipes necesarios, ya que uno de ellos conducía una camioneta para consumar el escape de los otros dos imputados y la otra persona proporcionó su motocicleta para el hecho y luego intentó “despejar” sospechas en el accidente. Carlos David Quevedo, absuelto en el proceso, se estima que actuó en calidad de partícipe secundario, ya que se encontraba con los otros dos imputados que coadyuvaron en el hecho, aunque sin conocer qué era lo que estaba ocurriendo con certeza.

Testimonios

Durante el proceso que finalizara ayer, uno de los dos principales imputados por el violento crimen -Diego Moya- no dudó en endilgarle la responsabilidad del hecho a su cómplice -Gaspar Segura-. Según Moya, él no tenía conocimiento de lo que Segura iba a hacer cuando lo acompañó en la moto de Quevedo hasta la quiniela. Además, dijo que el quinielero realizó el primer disparo y que por esta razón Segura respondió con dos disparos más, y que como saldo del hecho no lograron llevarse el dinero. La esposa de Marchetti contradijo casi todas las aseveraciones del imputado.