Crimen en Gesell: las pruebas apuntan al ataque en patota premeditado y sin piedad

Crimen en Gesell: las pruebas apuntan al ataque en patota premeditado y sin piedad

Dos de los 11 detenidos por el ataque mortal "son los que tendrían mayor responsabilidad en el hecho"; sólo declaró uno de ellos, que aseguró que estaba en Zárate esa noche.

Por Carlos Rodríguez.

Los rugbiers que provocaron la muerte de Fernando Báez en un boliche de Villa Gesell, habían sido echados previamente del local por provocar a otros jóvenes. Uno de los deportistas –el que presuntamente pateó a Fernando cuando ya estaba muy lastimado en el piso—, tuvo que ser sacado por la fuerza por dos patovicas, como quedó registrado en la filmación de una cámara de seguridad. Virginia, una chica de 17 años, que fue testigo de la pelea y una de las tres personas que intentaron reanimar a la víctima cuando quedó tendido en el suelo, declaró que Fernando “estaba tirado, de costado, con el torso desnudo y sin zapatillas, tapado con la ropa de sus amigos, porque hacía mucho frío”. Dijo que hubo “una pelea entre dos grupos” con “patadas y piñas” en la cual “Fernando fue uno de los que quería separar y la terminó ligando”. 

Los testimonios y los videos reunidos servirían para “esclarecer totalmente los hechos”, dijeron fuentes judiciales. Ayer, chicas y chicos hicieron una sentada de protesta frente al boliche Le Brique -que continuaba con sus actividades y vendiendo entradas para los shows de la semana- para pedir justicia. 

De acuerdo con las fuentes allegadas a la investigación “dos de los primeros diez detenidos serían los que tendrían mayor responsabilidad en el hecho”, que fue caratulado como "homicidio agravado por el concurso premeditado por dos o más personas", un delito por el cual podría haber penas de prisión perpetua. 

Sólo declaró uno de los 11 detenidos

Hasta ahora, el único que prestó declaración indagatoria fue Pablo Ventura, el detenido número 11. El joven, que fue detenido en Zárate y de quien se dijo que se había fugado, aseguró ante la fiscal del caso, Verónica Zamboni, que no estuvo en Gesell y que el viernes por la noche cenó con sus padres en la ciudad donde vive. Además, aportó el testimonio de cuatro personas con las que estuvo durante la madrugada del sábado, en Zárate, cuando ocurrían los hechos en la ciudad balnearia.

Las fuentes judiciales, además de informar sobre los dichos de Ventura, confirmaron que la autopsia determinó que la muerte de Báez se produjo “en el acto” como consecuencia de “un grave traumatismo de cráneo”. La Fiscalía de Gesell analiza ahora las pruebas presentadas por Ventura, quien aportó un video en el cual se lo ve junto a sus padres cenando en un restaurante de Zárate.

En su declaración de 45 minutos, Ventura dijo que “no es rugbier”, pero conoce a los otros diez imputados por su actividad deportiva, aunque aclaró que él practica remo. Ventura fue detenido por los otros diez sospechosos lo señalaron como presunto responsable de los golpes fatales que sufrió Báez. Ventura admitió que tuvo alguna “diferencia deportiva” con quienes lo imputaron.

José María Ventura, padre del imputado, hizo declaraciones en la puerta de la Fiscalía de Gesell. Aseguró que la detención de su hijo “no tiene ningún sentido” y por ese motivo confiaba en su “pronta liberación”, a la vez que ratificó que el joven pasó el fin de semana en Zárate. Mientras se analiza la veracidad o no de su coartada, Ventura sigue detenido en la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) de Villa Gesell. Prestó declaración ante la fiscal Zamboni acompañado por su abogado, Jorge Santoro.

Pruebas en video

Luego de la indagatoria, Santoro aseguró que en la audiencia en el primer piso de la fiscalía se presentaron como pruebas “el video de una cámara de seguridad del restorán en el que el viernes a la noche estuvo cenando con su familia, su teléfono celular y los nombres de cuatro testigos que estuvieron con él la madrugada del sábado”. Esos testigos declararon poco después, pero nada se informa acerca de esas manifestaciones.

Santoro dijo que en el expediente consta "un informe médico que dice que el chico no presenta ningún signo físico de haber estado en ningún tipo de riña o gresca”. El abogado agradeció “el buen trato recibido durante la indagatoria” por su representado. Por otra parte, informó que la Fiscalía ordenó la extracción de muestras de sangre de todos los detenidos, para cotejarlas con las manchas encontradas en las ropas de los diez jóvenes detenidos en primera instancia. Esas prendas fueron halladas en el chalet que alquilaban los rugbiers, donde este lunes se realizó un nuevo allanamiento.

Absoluto silencio y un abogado en común

Los otros diez detenidos, integrantes del club Arsenal Zárate Rugby, son defendidos por el abogado Hugo Tomei, quien les aconsejó que por el momento se negaran a prestar declaración indagatoria. Los detenidos son Matías Benicelli (20); Ayrton Viollaz (20); Máximo Thomsen (20); Luciano Pertossi (18); Ciro Pertossi (19); Lucas Pertossi (20); Alejo Milanesi (20); Enzo Comelli (19); Juan Pedro Guarino (19) y Blas Cinalli (18). Cinco están presos en la comisaría 2 de Villa Gesell y los otros cinco en la comisaría primera de Pinamar. Las fuentes judiciales confirmaron que “dos de los acusados están más comprometidos que el resto”, porque fueron señalados como quienes golpearon al joven cuando ya se encontraba en el piso. Uno de ellos sería el que se observa “más exaltado” cuando los diez eran expulsados por los miembros de la seguridad del boliche. “Nueve de los jóvenes se fueron sin ofrecer resistencia, pero uno de ellos tuvo que ser sacado por la fuerza, tal como se ve en el video". 

Una fuente judicial dijo que algunos testigos señalaron que, una vez expulsados del boliche Le Brique, los rugbiers se quedaron esperando a Fernando y a sus amigos, algunos de los cuales también sufrieron golpes y lesiones. “El grupo agresor estaba tan exaltado, que algunos de ellos no podían dejar de pegarle, aunque ya estaba en el piso”. Algunos de los que protestaron frente a la sede del boliche, expresaron su crítica “a la seguridad de Le Brique, que no hizo nada para intervenir y evitar que siguiera la pelea, que fue justo frente a la puerta principal”. 

Virginia, la testigo de 17 años, dijo que tenía temor de que no la dejaran entrar porque es menor de edad, pero no tuvo problemas. Se fue poco antes de las 5 de la madrugada del sábado “porque estaba lleno de gente y no se podía respirar”. "Cuando salía veo que hay unos chicos en la esquina y otro grupo muy grande que estaba peleando en la puerta. No sé el motivo, ni cuándo comenzó la pelea. Pero hubo, piñas, patadas y chicos tirados sobre el cordón de la vereda". 

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