"No creo que haya sido década ganada para todos; habrán ganado ellos"

"El kirchnerismo va a dejar una herida institucional muy difícil de revertir, dice Marina Calabró. En esta charla con Infobae, la columnista de Intrusos admite que extraña el periodismo político

Por: Tatiana Schapiro

-Cuando mirás hoy tu carrera, ¿te gusta el recorrido que fuiste haciendo?

Sí, me gusta. Estoy feliz haciendo Intrusos, me siento mucho más cómoda de lo que hubiera previsto. Pensé que iba a llevar más tiempo encajar en este equipo tan sólido de profesionales tan tremendos, y la verdad es que han sido muy generosos.

-En un año como el que estamos viviendo, próximos a las elecciones, ¿no extrañas el periodismo político?

La verdad es que sí, no te voy a mentir. Quizá me gustaría estar hablando también de Nisman y de la interna política. Entiendo que es lógico que la tele, el público, los programadores, necesiten entender quién sos y quizás hablar de los problemas de Nazarena Vélez y de la muerte del fiscal... es como raro. Hay que tener mucha trayectoria para lograr eso, como lo logró Jorge haciendo "Intrusos" y haciendo periodismo de fondo en "Ciudad Gótica". Pero no me genera un trauma ni un resentimiento que no me convoquen.

-¿Te gustaría que te convoquen si no implicara dejar "Intrusos"?

. Además esto del politólogo, que supongo le pasará a los periodistas políticos, cuando se dirimen cuestiones de actualidad que dividen a la opinión pública o en tiempos electorales, estar afuera de la cobertura de una campaña, te sentís rara.

-¿Qué puntaje le ponés a Cristina en su gestión?

El kirchnerismo, y sobre todo estos últimos años, va a dejar una herida institucional difícil de revertir. No la voté, no la votaría, no me gusta su estilo político, ni el de su gente; esta cosa autoritaria, patoteril, de amigo-enemigo. Me parece que si bien para que haya grieta necesariamente hay dos bandos, no se puede comparar la responsabilidad que le cabe a quien es la Presidente de todos los argentinos contra los intereses de una empresa, o de una corporación como les gusta decir. El desmérito de la grieta, se lo lleva ella. Más la inflación, más la habilidad para negar la realidad, ni hablar de este horror de Nisman donde uno quiere ser prudente sobre adjudicar responsabilidades, pero desde afuera se ve un Estado mafioso; más Lázaro Báez. No creo que haya sido la década ganada, por lo menos no por el conjunto, habrán ganado ellos.

-¿Ya tenés decidido a quién vas a votar?

No, todavía no. Me desorientó un poco la alianza entre Macri y Carrió. En política uno más uno no siempre es dos, a veces es cinco, a veces es menos cuatro. Es como si estuviera trabajando para Massa. Supongo que votaré a aquel que le haga fuerza al candidato oficialista.

-Hablabas de Nisman recién, ¿te parece que vamos a saber qué pasó en algún momento?

La sensación es que no. Es increíble que no se pueda determinar si fue realmente un suicidio con todas las letras, que no haya una palabra oficial, no hablo de la Presidente, hablo de la investigación. Y después, si se determinara, hablar de la inducción es inabarcable. ¿Cómo llegás al meollo de la cuestión? ¿Quién lo indujo? ¿Cómo? Me parece que la respuesta oficial fue torpe, con un ida y vuelta discursivo que luego negaron. Nos hicieron creer que dijeron siempre lo mismo, que la Presidente escribió lo mismo en la primera carta que en la segunda, como si no supiéramos leer. Esa cadena nacional señalando a Lagomarsino... Todo una desprolijidad, un espanto.

-Te cambio de tema ¿Probaste drogas?

Nunca. No lo digo como una cucarda, lo digo desde la verdad. Ni siquiera un cigarrillo de marihuana, ni un cigarrillo de tabaco, nada.

-¿Tenés opinión acerca de la despenalización del consumo de marihuana?

Sí. Por formación, o por convicción filosófica, tiendo a pensar que el Estado no debe intervenir en la vida de los sujetos. También creo que una vez que le quitás, lo prohibido, la informalidad, o el hecho de ser un mercado negro, también reducís lo que es ganancia extraordinaria y por ende, no digo matás, pero afectás sensiblemente al negocio. A pesar de no haber probado nunca ninguna droga, estoy a favor de la despenalización.

-¿Por qué creés que creció tanto el narcotráfico en la Argentina?

Uno tiende a pensar que hay facilidades, connivencia política en todos los niveles, policías... si querés es la explicación más fácil. También intuyo que habrá un correlato en el consumo y en la medida en que es negocio y genera ganancias extraordinarias. También hay incentivos para su desarrollo a escala planetaria, no sé si Argentina es una isla en esto.

-Estudiaste con Capitanich.

Sí. Hicimos la maestría en economía juntos. Lo paradójico es que era una escuela ultraliberal, Escuela Austríaca de Economía. No hay nada más liberal que eso. Lo raro es que estuviera él, no yo.

-¿Cómo era? 

Era igual, verborrágico, expansivo, histriónico. Libraba todas las batallas y ahí eran todos contra él básicamente, en términos ideológicos y de debate.

-¿Qué cargo tenía en ese momento?

Me parece que tenía una función legislativa, no recuerdo, no era gobernador todavíaYa estaba en política y muchas veces venía con custodia. No era muy sociable, era bastante encriptado, enigmático, esa gente que no terminás de sacarle la ficha. Lo que sí, era un hombre muy leído, muy firme en sus convicciones, con una idea muy clara sobre la economía. Creía en una economía más al estilo Keynesiano y cuando venía con eso eran divertidos los "tole tole" que se armaban porque le saltaban todos a la yugular.

-¿Lo extrañás a tu papá?

Mucho, sí. Hace dos días habría sido su cumpleaños (se emociona). Me dió mucha ternura porque la nena le hizo un dibujo y me decía: "¿Vos creés que el abuelo Cala lo estará viendo mi dibujo?" Dibujó una nube con un angelito arriba y un corazón con una flechita, muy tierno. Y me dice: "¿Dónde querés que lo guarde? ¿Lo guardo en tu mesa de luz?" Y le digo: "sí, está bueno, está lindo".

-¿Le pudiste decir todo lo que querías?

(Emocionada) Sí, no me quedé con nada. Quizás necesitaba en el último tiempo que él me dijera a mí más que yo a él, por esta cosa egoísta que tenemos los humanos. Me acuerdo que en su última diálisis, ya estaba muy ido, muy debilitado, no había nada que hacer; sabíamos que eran sus últimos días y le digo: "¿Papi vos me querés a mí?" y sentía como que él registraba lo que le estaba diciendo pero no podía articular una respuesta. Entonces le repetí: "¿Papi vos me querés a mí?" Y me dijo: "Con toda mi alma, hija". Fue todo lo que yo necesitaba escuchar y es lo que resuena en mi cabeza; cuando lo extraño, cuando voy manejando sola, escuchando música, y es muy gratificante. Quizás las lágrimas son de emoción, no de dolor. Me alegro de haberle preguntado. Él no era muy demostrativo, ni con las palabras ni con los gestos físicos de abrazar, pero creo que me lo dijo porque sabía por qué yo se lo estaba preguntando, cuánto lo necesitaba y que eso era lo que yo me iba a quedar, que era lo que iba a atesorar de él. Fue un esfuerzo para él decirlo, en todo sentido, desde físico hasta ir en contra de esa personalidad más bien osca e introspectiva y poco demostrativa.

-¿Eras la preferida de tu papá?

Yo creo que sí. Él lo negaba porque obviamente nos amaba a las tres, incluyo a Coca en esto. Pero tenía como una debilidad por mí que ni él entendía bien por qué. Ni yo he sido la hija que menos dolores de cabeza le dio, ni la hija que más pendiente de él estuvo, ni la hija diez. Pero esas cosas inexplicables, que uno tiene debilidad por alguien y no es muy racional.

-¿Con tu hermana cómo estás?

Muy bien. Es una mujer fuera de serie Iliana.

-¿Cuán real es cuando se enoja y dice que no te puede contar las cosas? 

Es verdad. Yo prefiero que algunas cosas no me las cuente porque después se filtran, se publican, yo no fui y ella piensa que soy yo. Pero hago un poco de autocrítica y soy un poco estómago resfriado. Está bien, lo que quiere mantener en reserva, está bien. Igual tampoco eso quiere decir que no nos contemos nada. Estamos hablando de chiquitaje, obviamente que si ella necesita mi reserva en cuestiones comprometidas la va a tener, como la ha tenido y como yo la tengo de ella y la tuve siempre.

-¿Cómo está tu hija, con esto de que la mamá esté de novia?

No sé si decirte contenta, pero ya lo toma bien, al principio no. Me decía: "Martín (Albrecht) es tu amigo, ¿no?, no es tu novio". Un día vio una promo de la revista Paparazzi en la tele, que nos había puesto en la tapa, y me dijo: "Mamá, ¿sabés qué sé? a veces, en la tele mienten, porque yo escuché que dijeron que Martín era tu novio y es tu amigo, no es tu novio". Ahí fue empezar a explicarle de a poquito, no soy de enchufárselo, quedarnos en su casa o hacer viajes. De hecho, no nos hemos ido de viaje con los chicos de él ni con ella. Prefiero que sea una cosa que se dé progresivamente, que sea natural.

-¿Querés tener más hijos?

No. Es uno de los pactos de la pareja, está hablado y hay una concordancia entre los dos. Martín ya tiene tres, yo tengo a Mía, no soy una nena, tengo 41, él 46, así que no. Nuestra pareja está fundada en un disfrute casi de novios. Es una relación madura y sólida, pero de esto de disfrutarnos. No somos una familia ensamblada, somos novios.

-¿Y van a seguir siendo novios, o en algún momento imaginás la convivencia, el casamiento? 

No dramatizo la convivencia y tiene cosas buenísimas, hay momentos donde te dan ganas, pero nos ahorramos los roces y todo eso. Quizás cuando los chicos sean más grandes. Creo en esperar que las cosas se den naturalmente, que fluyan. Vamos paso a paso.

-¿Perdonarías una infidelidad?

No, pero particularmente con Martín no. Tengo un amor tan posesivo, tan simbiótico y tan carnal, que lo viviría como una traición enorme. Quizás si esto mismo me lo hubieras preguntado hace unos años, te hubiese hecho la separación entre la cuestión estrictamente sexual y lo afectivo; y me hubiera enroscado con la explicación. Hoy me costaría mucho porque me causaría un dolor y una herida enorme. Contra lo que pensé toda mi vida, hoy me dolería tanto que creo que no podría. Ojalá que si eso pasara, que espero no pase jamás, fuera capaz de perdonar porque siento un amor enorme, pero lo dudo.

-¿Vos fuiste infiel alguna vez?

No. No he sido infiel.

-¿Y amante?

Tampoco. No a conciencia, quizá alguno me mintió alguna vez. No tengo vocación de amante, ni de roba maridos. No tengo rollos con hombres casados, lejos de resultarme tentador, me da como... no te digo rechazo, pero es como si uno los vedara, porque no me gusta sufrir. Me evité esos dolores.

-¿Cuál es tu mejor plan con Martín un domingo a la noche?, ¿qué te gusta compartir en pareja?

Estar en su casa pegoteados mirando Netflix, haciendo zapping entre series, o alguna película; ir a comer a un restaurante muy chiquito que hay a una cuadra y pasar horas con él. Y tratar de desenchufar el teléfono que, a veces cuesta, y él me lo recrimina.

-El sexo, ¿es importante?

Muy. Particularmente con Martín se dio una conexión muy desde ese lugar. No sólo desde ese lugar, obviamente, pero fue como una sorpresa, un redescubrimiento.

-¿Te lo imaginabas distinto?

No me imaginaba construir algo tan nuestro, tan íntimo, tan distinto, tan único... No sé, tampoco lo pensaba. Me encanta nuestro mundo a nivel intimidad.

Comentá la nota